"Siempre temí atravesar el verano"
Desde el banco observo a través del espejo
que cubre a la Mona Lisa
y me sirve de amparo:
muchachas flacas con sus perros "cara de malos".
Aunque le falte el cuadrante superior
(al espejo)
me deja ver los gestos de esas madres
que llevan a sus hijos de la mano
como los llevaba yo.
Y a esa muchacha loca —que era yo también—
desde la otra esquina,
gritándoles.
Me deja ver las poses de los que sacan
músculos obscenos de sus camisetas
y hablan por audífonos blancos
bajo el sol de las 8 am.
Un edificio crece en la esquina
donde solo ha quedado un viejo árbol,
podado.
Los constructores son los únicos que saludan
al pasar frente a ellos con mi carga de libros,
la sombrilla
y el apuro que la vejez nos da.
Tan pequeño todo ante la mole de los días
con su hormigón perfecto
que se vuelve concreto,
ansiedad.
Ni un agujero me brinda protección
del otro lado
hasta donde no puedo llegar aún.
Sé que el cuadrado que falta debajo de ella
se burla con malicia
y sonríe de mi pretensión
de ver lo que no está,
pero se cerrará muy pronto:
se cerrará.
Reina María Rodríguez nació en La Habana, en 1952. Autora de numerosos libros de poesía, algunos de los más recientes son: O piano /El piano (Lumme Editor, São Paulo, 2014) y Poemas de Navidad (Bokeh, Leiden, 2018). Este poema pertenece al libro inédito Cortar las muñecas.