La librería Arenales de Madrid acogerá la presentación del volumen Desnudando al poder a finales de noviembre. En la fecha, que aún está por definir, la artista visual cubana Lorena Gutiérrez Camejo mostrará parte de las obras que surgieron de su primera exposición personal en Madrid, ¿Hay alguna explicación inocente?, realizada en febrero de 2023.
"La idea inicial era hacer un catálogo sobre esta exposición con el apoyo de Cuban Art Group. Finalmente fuimos extendiendo un poco, agregándole cosas de otras obras que ya no eran parte de aquella exposición. Terminó siendo un libro que quedó precioso", cuenta a DIARIO DE CUBA la artista visual cubana.
La presentación de Desnudando al poder llega justo cuando Gutiérrez Camejo realiza su segunda exposición personal en la capital española, titulada Luminol. En este trabajo la artista juega con el líquido que se echa en las escenas del crimen para desvelar evidencias que no son visibles al ojo humano.
"Yo quería revisitar la historia de Cuba, con ciertos hechos que yo creo que tienen mucha importancia y que muchas personas de mi generación no conocen. Además, son cíclicos y creo que tienen una vigencia superimportante. Temas como la censura, que en el quinquenio gris fue bastante punzante con la intelectualidad cubana, y ahora mismo persiste alrededor de todos los artistas, no solo en Cuba, sino en muchas partes del mundo", dice la artista visual.
Para argumentar este concepto, Gutiérrez Camejo incluyó en Luminol ocho obras. "Pentagrama negro (Concierto para muchas manos)", era un de ellas; un trabajo específicamente vinculado al tema de la música.
"Habla de 13 músicos que fueron censurados en Cuba en diferentes épocas, y que, por alguna razón, no pudieron regresar más a la Isla. Celia Cruz es la figura insigne, pero hay otros como Bola de Nieve. Él sí pudo tocar en Cuba, pero quedó relegado a los clubes nocturnos. O sea, nunca tuvo los grandes escenarios ni una proyección en los medios para promover su trabajo. Y era, a lo mejor, por haber sido homosexual y negro", explica.
"Pentagrama negro" se creó en colaboración con el curador y musicólogo Tommy Meini y la música Arianna Cana, de la Fundación Gladys Palmera. Es una mezcla con todas las voces de los músicos aludidos. Gutiérrez Camejo la considera un homenaje a ellos.
Otra de las piezas de Luminol es "Breve historia nacional". Se trata de una obra que juega con los colores de los años 60 del movimiento hippie, algo que también "censuraron en Cuba. No se podían llevar ni pantalones campanas o no podías escucha música de los Beatles".
"Máximo común divisor", otra de las piezas, habla sobre cómo ha devenido el poder militar en poder empresarial en Cuba. Por su parte "La revolución es una cosa abstracta" aborda cómo se ha proyectado la historia de la Revolución y sus "grandes logros" al resto del mundo.
Lorena Gutiérrez Camejo vive en España desde hace seis años. Tomó la decisión cuando su trabajo comenzó a tener una proyección mucho más internacional. Había participado como artista invitada en 2018 en la Bienal de Berlín junto a obras de las fallecidas Ana Mendieta y Belkis Ayón. Luego el museo Thyssen-Bornemisza adquirió cinco de sus piezas. También llegó a la muestra Iberoamericana de Toro. Y, en ese recorrido profesional, decidió afincarse en Madrid. Aun así, Lorena Gutiérrez Camejo sigue creando con Cuba en su cabeza.
"Cuba está en el corazón a pesar de que una ya no vive allí, de que no tienes el mismo contacto con lo que sucede ahí. Te va a seguir doliendo todo. Son brotes que uno necesita exponer al resto del mundo. De hecho, Luminol sucedió en el marco de Apertura, un evento que se hace aquí en Madrid, donde todas las galerías hacen un cambio de temporada y presentan las nuevas exposiciones. Yo pensaba que era un poco arriesgado una exposición que hablase solamente de Cuba. Pero es interesante que la gente pueda conocer otras formas de ver el país desde aquí. Fue muy provechoso. En un solo fin de semana recibimos más de 400 personas todas con interés en dialogar sobre la historia de Cuba".
Hablar sobre Cuba es para Gutiérrez Camejo una necesidad creativa y una responsabilidad social, según explica. "Una cosa viene con la otra cuando tú sientes esa necesidad por tu país, por lo que sucede ahí. Es una responsabilidad hablarle a las nuevas generaciones que hay en Cuba. Falta mucho acceso a la información, falta poder contrastar cualquier tipo de discurso oficial y esa libertad es necesaria para que pueda existir un diálogo".
Gutiérrez Camejo acaba de regresar de una residencia artística a la que fue invitada en Santo Domingo de Silos. La experiencia consistió en pasar un mes allí dedicado exclusivamente a la creación. Es un pueblito de Burgos que tiene 96 habitantes.
"Hice una obra muy espiritual. La pieza es como una cápsula del tiempo donde coloqué diferentes objetos que me pertenecen. La enterré en el Convento de San Francisco. Mi idea es que dentro de 65 años mi hija la desentierre y pueda encontrar objetos que para mí fueron muy significativos. De alguna manera, te despojas de ese ego que pueden tener los artistas y vas un poco más a lo espiritual".
La pieza se llama Inmemoria negada" y cumplió el objetivo de la residencia. Sin embargo, la cubana terminó haciendo otros trabajos. Cuando conoció la historia del pueblo conectó con el tema de la libertad y se inspiró para realizar una pieza sobre los presos políticos en Cuba. La tituló "La libertad se consigue también al filo del grillete".
"Luego hice otra que se llama 'Perpetuum Inmobile' y que es con bridas. De alguna forma, la brida es esa representación del grillete, pero mucho más contemporáneo. Entonces hice una especie de retrato con bridas. Es una forma de trabajar nueva para mí con la que voy a seguir experimentando".