La cooperación entre los gobiernos de Cuba y Rusia se extiende también al mundo del cine, pero solo el cine oficialista, el reconocido y amparado por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). En tal sentido, el ministro cubano de Cultura, Alpidio Alonso, su asesor y comisario cultural Fernando Rojas, y el presidente del ICAIC, Alexis Triana, están de visita en Moscú para cerrar acuerdos en materia de restauración, exhibición y financiación de la menguada industria cinematográfica de la Isla, informó la agencia estatal Prensa Latina.
"Amanecemos en Moscú, recorriendo las instalaciones del Fondo Fílmico de Rusia (GOSFILMOFOND) donde hemos encontrado más de 75 filmes cubanos, en formato de 35 mm, en buen estado de conservación, algunos de ellos que ya no se conservan en Cuba", escribió Triana en su perfil de Facebook.
En la visita a la entidad moscovita, el director del Departamento de Cinematografía del Ministerio de Cultura de Rusia, Dmitry Davidenko, subrayó que "estamos ante un nuevo amanecer en nuestra cinematográfica gracias a las sanciones norteamericanas. Hoy en los cines rusos se ve hasta más de un 70% de cinematografía nacional, y nuestros cineastas confiaron en esa posibilidad. Vamos a hacer cine juntos. Estamos interesados en coproducir junto a ustedes".
Por su parte, Denis Alexandrovich Aksionov, director de GOSFILMOFOND, afirmó que "estamos abiertos a toda la colaboración del ICAIC. Y restauraremos con todo amor varios filmes de Julio García Espinosa, entre otros muy importantes, cuyas obras conservamos". La conservación cinematográfica es un área que fue por muchos años desatendida por las instituciones culturales cubanas, cuya desidia provocó el deterioro y la pérdida de decenas de rollos de celuloide. No obstante, en los últimos años, instituciones de Francia, EEUU, Canadá, España y Alemania han contribuido a la restauración de la obra de, entre otros, Tomás Gutiérrez Alea, Sara Gómez y Nicolás Guillén Landrián.
En este encuentro en Moscú, Alonso Grau insistió en "elevar nuestras relaciones de trabajo al nivel de nuestras relaciones políticas. Quisiéramos que aquí se conociera el nuevo cine cubano, con sus relevantes directores, guionistas, actores y extraordinarios técnicos".
"Estamos determinados a comenzar una nueva etapa de trabajo con Rusia, en medio de las transformaciones que vive el ICAIC y el propio cine cubano, donde conviven la producción estatal y la no estatal, y se articulan nuevas formas de gestión y producción cinematográficas", agregó.
Sin embargo, esa etapa de transformaciones no es tal, y la convivencia entre el cine estatal y el independiente ha estado marcada por tensiones, censuras y silencio, que han provocado que se encuentren ahora en uno de sus puntos más álgidos, toda vez que la dirección de ICAIC ningunea a los cineastas independientes y las vías de diálogo están inequívocamente marcadas por la política.
Mientras los dirigentes culturales del régimen exhiben una realidad que no es, y buscan en Rusia un aliado para financiar la recuperación de la depauperada industria cinematográfica nacional, la cineasta independiente Rosa María Rodríguez escribió recientemente en su perfil de Facebook: "La política de la nueva directiva del ICAIC está llena de silencio. Silencio que se convierte en irrespeto a los cineastas". Y agregó: "en otros tiempos, la directiva del ICAIC le daba la cara a sus cineastas, no a un grupito, le daba la cara a todos y todas. Escuchaba, discutía y le daba el frente a las demandas. Por eso se convirtió en incómodo para las autoridades culturales, porque la orden es no trabajar juntos ni tirar para el mismo lado. La orden es ignorar".
