Numerosos artistas cubanos se han manifestado en las redes sociales contra el cierre del popular club Jazz Café, ubicado en el tercer piso del edificio Galerías Paseo, en el Vedado, el cual será presuntamente transformado en una tienda de productos en Moneda Libremente Convertible (MLC).
Uno de los primeros en denunciar el cierre del local fue el fotógrafo Carlos Hueso, trabajador del Centro Nacional de Música Popular, quien afirmó que el espacio "dejará de ser un elegante y popular centro nocturno", pues su espacio será utilizado "para ventas comerciales" en MLC.
El trovador Frank Delgado también se sumó a las críticas, pues dijo que "parece que es definitivo", y confesó que inicialmente tenía la esperanza de que las autoridades dieran marcha atrás a la medida como sucedió "con el muro de 70".
"Que golpe bajo, que traición, ¿serán los templos de la cultura desechables y provisionales? ¿Será que, aprovechando la oscuridad en que nos ha sumido la pandemia, los deseos inconfesables de los mercaderes van a ir desarticulando icónicos templos de la mente?", preguntó el músico.
"¿Es esto parte del milagro de la multiplicación de los peces y los panes? ¿Alguno de los artistas que nos representan en la Asamblea tomó cartas en el asunto? ¿No se enteraron? ¿Entonces para qué sirve su escaño? ¿Solo para votar a coro?", agregó.
La musicóloga Rosa Marquetti, por su parte, recordó todos los espacios culturales que han desaparecido en la Isla: "Matamos con alevosía al edificio del Teatro Musical, casi donde antes estuvo el Teatro Alhambra; matamos por decreto los lugares donde la gente simple iba a bailar con sus vestidos y trajes domingueros, desde los Jardines de La Tropical hasta el Salón Mambí, donde al grito de guerra de Bacalao con Pan, Irakere llevó al delirio a las multitudes".
"Dejamos morir por indolencia la belleza de los Jardines de La Polar, comparables con el Parque Güell en Barcelona, ambos diseñados por arquitectos catalanes; y matamos con igual alevosía el circuito de pequeños clubes que le daban trabajo a tantos músicos y alegría y placer a los que no tenían mucha plata en los bolsillos; y aunque sigue vivo, matamos El Gato Tuerto que crearon Felito Ayón y tanta gente de buen gusto", agregó.
"Y así hemos ido matando lo que somos, desdibujando el trazado espiritual de la ciudad, acabando con los lugares que han marcado a fuego nuestra vida con la música, con el arte...Nos hemos ido dejando sin recuerdos, sin asideros de la memoria y cuando pensábamos que ya habíamos acabado con todo, nos sorprende algo que, al menos a mí, me dice que siempre puede haber algo peor... ahora muere el Jazz Café... muerto y rematado con ensañamiento, por un puñado de dólares", finalizó.
El jazzista Paquito D´Rivera contestó a Marquetti: "¿Dices que 'matamos', mi querida Rosa? Si fuera el Jazz café solo estaríamos bien. Lo siento, pero yo no maté nada, a mi más bien me mataron todo".
Lo mismo afirmó el cineasta Manuel Pérez Iglesias: "Ni tú ni yo ni la mayoría de los que leen esto 'matamos' todo eso que mencionas, como los cientos de cines que hacían de La Habana una ciudad única, fueron otros con poder y muchísima ignorancia e indolencia quienes han hecho impunemente tanto sacrilegio cultural y patrimonial sin responder por ello".
Otros artistas cubanos como Telmary, Toni Pinelli, Luis Alberto Barbería, Juan Carlos Piñol, Osdalgia, Lizt Alfonso, Vicente Feliú, Raúl Martín, Roly Berrío y César López, también se mostraron contrariados con la noticia.
A pesar de que el Gobierno cubano anunció a mediados de julio la apertura de 72 tiendas en MLC para venta de productos de primera necesidad, desde entonces se han seguido abriendo establecimientos comerciales en dicha modalidad, lo que muchos señalan como un proceso de dolarización del país.
Una de las principales consecuencias que ha traído este tipo de comercios es el incremento de la desigualdad entre los cubanos, pues solo pueden acceder a ellas quienes tengan divisas.
Recientemente el periódico Venceremos de Guantánamo publicó una queja de los ciudadanos porque los caramelos colocados en las vidrieras de uno de esos establecimientos provocaban el llanto de los niños, ante la imposibilidad de ser adquiridos por sus padres, que no tienen acceso a las monedas foráneas.
La semana pasada el narrador, ensayista y poeta cubano Pedro de Jesús López Acosta calificó la apertura de una de estas tiendas en su localidad de residencia como un hecho "tristísimo" para muchos que viven solo de su salario o su pensión y no podrán comprar productos de primera necesidad, que no existen en ningún otro lugar del pueblo.
Nada de peces y panes ,,,ESTP ES DE A PENE por lo militares apurados por hacerse millonarios antes que los cubanos, digan ya y se les acabe el negocito de la explotacion y la semiesclavitud a la que tienen sometidos a los cubanos,,,,,,Cuba anque esta roreada de mar los peces se fueron hcia otros mares ,,, solo hay langostas y camarones para Mariela Castro y otrod secuaces del regimen criminal.