El régimen cubano espera que el Gobierno de Estados Unidos adopte nuevas medidas en su contra en los próximos meses, o incluso en los próximos días, y así lo expresó el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, en la noche del sábado, durante un encuentro con emigrados de la Isla afines a La Habana, celebrado en la Embajada de Cuba en Washington.
Según lo citó el portal oficial Cubadebate, el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) afirmó que el propósito de la actual Administración es incrementar "lo que en el primer mandato de Donald Trump (2017-2021) se llamó la política de máxima presión".
Fernández de Cossío señaló que, durante mucho tiempo, "algunos" han tenido la aspiración de ver el fin de la Revolución cubana y que "por la forma en que se pronuncia este Gobierno (de EEUU) creen que ese momento está cerca".
"Algunos tienen esa embriaguez de que realmente eso es posible", dijo y, de acuerdo con Cubadebate, no descartó que, en los "próximos días, meses" el Gobierno que encabeza el magnate republicano anuncie nuevas medidas contra La Habana.
Fernández de Cossío afirmó ante los presentes el régimen cubano tiene "la voluntad de construir una relación respetuosa". Sin embargo, la existencia de bases de espionaje chinas en la Isla, de las que el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Estados Unidos (CSIS, siglas en inglés) ha revelado evidencias, demuestran lo contrario.
De acuerdo con Cubadebate los cubanos residentes en EEUU que se reunieron con Fernández de Cossío fueron "abogados, hombres de negocios, religiosos, entre otros, "todos unidos por el deseo de que el bloqueo y las políticas hostiles que impone Washington se eliminen y que se produzca un acercamiento que sería favorable para ambos pueblos".
Esos emigrados suelen amplificar la narrativa del régimen que culpa al embargo por las penurias que enfrentan los cubanos. Sin embargo, no cuestionan la desproporcionada inversión estatal en el turismo y la construcción de hoteles, mientras la población se ahoga en la miseria.
Un día antes, el vicecanciller cubano sostuvo un encuentro similar en la sede del Instituto de Estudios Políticos (IPS), que fue coordinado por el Grupo de Trabajo de América Latina (LAWG) y los Amigos de América Latina.
De acuerdo con el medio oficial cubano, en esa reunión Fernández de Cossío recordó que, en el primer día de su retorno a la Casa Blanca, Donald Trump revocó la orden emitida por su predecesor, Joe Biden, el 14 de enero, de retirar a La Habana de la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
"La revocación de Trump está en línea con la postura de línea dura de su Administración sobre Cuba y cuenta con el apoyo del secretario de Estado Marco Rubio, quien ha abogado durante mucho tiempo por sanciones contra la nación isleña", citó Cubadebate la invitación del IPS.
"Esta forma de hacer cumplir el bloqueo económico, su reforzamiento y las nuevas medidas agresivas seguirán teniendo efectos severamente nocivos para la economía de Cuba, el nivel de vida, el potencial de desarrollo y los legítimos sueños de justicia y bienestar del pueblo cubano, como ha sido el caso en los últimos años", destacó la convocatoria, colocando una vez más en las políticas de Washington la responsabilidad por la crisis sin precedentes que atraviesa la Isla.
Aunque que el régimen sigue culpando al embargo de Washington de la crisis profunda que vive Cuba, sus compras en EEUU no paran de crecer y superaron en 2024 las de años anteriores, al cerrar con más de 400 millones en alimentos y otros productos básicos, así como una cifra superior a los 50 millones en carros, todas autorizadas por leyes estadounidenses.
Además, las donaciones humanitarias millonarias que cada año hace EEUU a Cuba sumaron, en casi diez años, 153.821.102 dólares, según cifras divulgadas en septiembre pasado por el Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, principal lobby a favor de los negocios con La Habana de la nación del norte.
