Los sistemas fotovoltaicos de abasto de agua en zonas rurales de Cuba sufren sistemáticamente robos que quedan impunes

Desde que el Gobierno cubano comenzó a instalar sistemas de abasto de agua que funcionan mediante paneles fotovoltaicos, ubicados en numerosas comunidades aisladas del país, los robos han acompañado a dichas instalaciones, informó esta semana el periódico oficial Granma.

En Holguín, por ejemplo, al menos tres de estos sistemas de bombeo han sido afectados por robos, entre los que sobresale el realizado en la localidad de Pedernales, en las cercanías de la capital provincial, donde fueron sustraídos los paneles solares en dos ocasiones.

En tal sentido, Alexander Valdespino Leyva, presidente de la estatal Cubasolar en este territorio, dijo que la tasa de hechos contra el equipamiento de las instalaciones fotovoltaicas de bombeo ha ido en avance. "Se trata de tecnologías que no están en grandes parques, sino en sitios aislados, en las cercanías de comunidades, lo que favorece que sean acosadas por personas inescrupulosas, que intentan lucrar con bienes colectivos", subrayó.

Asimismo, indicó el funcionario, poco después de que fuese instalado uno de estos sistemas de bombeo en la comunidad de Rejondones, del municipio Báguanos, le robaron los cables. De igual forma, ladrones sin identificar por ahora se llevaron dos bombas y los cables de la estación de bombeo de la comunidad de Tacámara. Además, en el asentamiento de Playa Girón fueron sustraídos una bomba y otros componentes del sistema.

Otro hecho de este estilo ocurrió en la vaquería Desembarco del Granma, en Lucrecia, Banes, donde los ladrones fueron sorprendidos mientras desinstalaban la bomba para llevársela y, al ser detectados, se retiraron a toda prisa con los cables, afectado igualmente el funcionamiento del sistema.

En Villa Clara, por su parte, el director provincial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, Pavel Lázaro Irving Segrera, indicó que han ocurrido dos hechos vandálicos contra estaciones de bombeo de agua, uno en la Zona de Desarrollo de Ranchuelo, en el que fueron hurtados los paneles solares, y otro en un almacén de logística del territorio.

"Es normal que en sitios en los que es complejo el abasto de agua se exijan soluciones a las autoridades locales.  Sin embargo, a veces sucede que, una vez montados los equipos en la comunidad, esta no es recíproca en la protección de esos bienes que tanto los beneficia", dijo Valdespino Leyva, culpando a los pobladores de las comunidades de los robos cometidos.

No obstante, "cabe destacar que las empresas encargadas de concretar esos proyectos, ya sea Recursos Hidráulicos o Acueducto y Alcantarillado, tienen el mayor protagonismo a la hora de seleccionar el lugar más indicado para su ubicación, y los medios de protección de esos equipos, además de la obligación de no desentenderse de esos sistemas una vez colocados, como ha ocurrido en algunos lugares", cuestionó Granma.

Frente a los intensos y sostenidos problemas con la energía eléctrica y el abasto de agua, que lastran el ya depauperado día a día de numerosas comunidades del país, para muchas de las cuales estos problemas son crónicos desde hace años, las autoridades cubanas comenzaron a instalar electrobombas solares, con ayuda de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

Así, el programa de los sistemas de abasto de agua que funcionan mediante paneles fotovoltaicos incluye la instalación de 1.312 equipos en todo el país, con una potencia de diez kilowatts, lo cual generaría, según el cálculo oficialista, el potencial ahorro de 17 gigawatts anuales. Ello se traduce en 10.000 toneladas de diésel, y entre 42 y 46 millones de pesos cuando finalice el plan inversionista, algo que, no obstante, es lastrado por los robos recurrentes a las instalaciones.