Con los apagones al alza en Cuba, el Gobierno sigue apostando por el 'cuento de hadas' de las energías renovables

El Gobierno cubano, incapaz de sostener la generación eléctrica del país, sigue vendiendo humo los ciudadanos con la inviable y costosísima instalación en la Isla de fuentes renovables de energía. Así quedó demostrado, una vez más, en la Consejo Nacional de Innovación celebrado este lunes, en el que las autoridades del país pretendieron vender la instalación de paneles solares como un denodado avance científico de la nación, informó el periódico oficial Granma.

"Son 26 parques solares fotovoltaicos los que en la actualidad se encuentran en diferentes fases de construcción en todas las provincias, lo cual significa un esfuerzo constructivo enorme para el país", indicó Alfredo López Valdés, director general de la Unión Eléctrica.

En tal sentido, en un artículo reciente para DIARIO DE CUBA, la economista Rafaela Cruz escribió: "Pretender que el Gobierno que ha retrotraído a Cuba al neolítico será el mismo que la convierta en un moderno país alimentado íntegramente por energía limpia, no puede ser más que una treta propagandística para ofrecer soluciones irreales a problemas reales para los que no tienen solución alguna".

No obstante, el ingeniero Lázaro Guerra Hernández, director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), repitió lo que se ministerio lleva años diciendo e incumpliendo: "Resulta imprescindible contar con una matriz de generación diversificada, que priorice las fuentes propias, como son el crudo nacional; el gas acompañante de la extracción del petróleo cubano, y las fuentes renovables de energía".

Dijo, asimismo, que la instalación de estas últimas es un asunto "esencialmente científico, que se ha potenciado a partir de la aprobación, en 2014, de la Política para el desarrollo perspectivo de las fuentes renovables de energía y la eficiencia energética". Sin embargo, el avance en la última década ha sido muy leve, debido, fundamentalmente, a los altos costos de este tipo de energía y la poca capacidad de gestión asociada invariablemente al Gobierno cubano.

A pesar de que la mayoría de los análisis indican que este no es el camino correcto para el país, la jefa del Laboratorio de Investigaciones fotovoltaicas de la Universidad de La Habana, Lídice Vaillant, detalló que ya están instalados cerca de un millón de paneles fotovoltaicos, y se montarán otros 3,6 millones de paneles más. Ello significa, destacó, que "en dos años se multiplicará, en cerca de cinco veces, la potencia que se ha instalado en los últimos diez años". Sin embargo, los apagones continúan y se acrecientan.

Como parte de esa estrategia, en Cuba "se lleva a cabo un amplio proceso de inversión que consta de dos proyectos. El primero de ellos permitirá instalar 1.000 megawatts en un periodo de dos años; el segundo proyecto, de igual cantidad de generación, debe estar listo en 2031", detallaron los funcionarios, que siguen sin ofrecer soluciones reales a los ingentes problemas eléctricos de la nación.

"Pero para llegar a tal porcentaje de generación eléctrica partiendo desde el actual 5% de energía renovable ya instalada, el Gobierno tendría que dedicar durante los próximos cinco años alrededor de 1.200 millones de dólares anuales solo a este tema, entre parques solares y eólicos, campos de baterías y renovación de una red eléctrica quintomundista", indicó Cruz en su análisis reciente.

"Como todos los demás, eventualmente Cuba tendrá que adaptarse a fuentes de energías amigables con el medio ambiente, pero dado que por su insignificante actividad económica actual la huella ecológica del país es irrelevante, las prioridades nacionales deben estar muy alejadas de ese salto tecnológico y centradas en utilizar bien a fondo la tecnología ya instalada… si es que sobrevive cinco años más de castrismo. No es más energía verde lo que necesita Cuba, sino menos ideas rojas enjaulando las potencialidades de una nación que se pudre en la oscuridad, puesta a morir como un traidor", concluyó.