La ruina de la antes floreciente industria lechera en Camagüey no ve fondo, con una producción y entrega a las empresas estatales cada vez menor y una cada vez más reducida población a la que llega el alimento fresco, publicó el periódico Adelante, que responsabilizó de la situación a los campesinos deudores, al descontrol y a los evasores fiscales.
El autor del artículo no entiende por qué hace cuatro o cinco años atrás, bajo condiciones bastante similares, cuando a los productores se les pagaba el litro a precios menores, se acopiaban 300.000 litros diarios en la etapa de primavera.
René Mola Valera, jefe del departamento de Acopio de la Empresa Láctea, dijo que a partir de la segunda quincena de agosto el promedio fue solo de 161.000 litros de leche diarios.
A la disminución sostenida de las entregas, se añade, además, que entre un 30% y un 40% de esa suma adquiere la categoría de leche ácida, por los apagones que afectan los centros de refrigeración, distantes de las fábricas, y las altas temperaturas predominantes. Esa leche, imposible de distribuir, se emplea en otros productos en la industria como quesos, pero tampoco la materia prima da para mucho.
De enero a julio de 2024, el plan era de 26.311.900 litros, y solo se acopiaron 22.124.000. De los 8.023 productores registrados, solo 2.685 cumplieron con la contratación, mientras 1.376 no entregaron leche ni queso. Para el medio oficial, este último dato es "ilustrativo del descontrol por parte de las entidades administrativas responsables".
De las bases productivas, 241 no cumplieron sus compromisos. Los municipios de peores resultados en la entrega a la industria son Guáimaro, al 57%; Minas, al 71%; Santa Cruz del Sur, al 78%; y Nuevitas, al 82%.
El mismo reporte señaló que, producto de esta situación, más de 78.000 enfermos con dietas médicas llevan muchos meses sin recibir leche fluida.
Elisa, una camagüeyana de 71 años, con dieta médica desde hace tres décadas como parte del tratamiento para una enfermedad oncológica, considera que "no hay justificación para llevar meses y meses, sin recibir leche fluida", a pesar de las muchas explicaciones que dice haber recibido.
En los últimos meses, muchos campesinos se han quejado de que el depósito de los pagos en tarjetas magnéticas entorpece el cobro por parte de los productores de leche, que necesitan el "dinero constante y sonante" para satisfacer las necesidades económicas familiares. Esto afecta no tanto a los grandes productores, con muchas hembras en ordeño, históricamente destacados en las entregas y por tanto con mayor solvencia, sino a los tenentes de una masa pequeña, opinó un campesino camagüeyano citado.
Adelante acusó a un segmento de este último grupo de "salir en una araña (carretón de caballo), o mandar a un amigo a vender la leche 'por la izquierda' en puntos de la ciudad, en lugar de aportarla como es debido".
El medio dice que la falta de efectivo, un problema derivado de la Tarea Ordenamiento y agudizado por la bancarización, "no puede tomarse como escudo para incumplir en algo tan serio como la alimentación del pueblo, mucho menos la leche", pero no menciona lo onerosos que son para los campesinos la falta de recursos materiales para trabajar, los frecuentes impagos y deudas del Estado para con estos productores y esas políticas fracasadas del Ministerio de Agricultura que mantienen atenazadas a todas las fuerzas productivas del país bajo control estatal.
El periódico también acusó a muchos actores económicos de evasión fiscal y de ser culpables de una parte de la situación: "envían sus ingresos a las cuentas corrientes personales y, además, no entregan el efectivo, lo cual ha creado el caos en los bancos y en los cajeros automáticos".
Este 4 de septiembre una nueva normativa adoptada por el Ministerio de la Agricultura y publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba para atar más la comercialización agropecuaria, forestal y tabacalera para 2025. En opinión del economista Pedro Monreal, la Resolución 275/2024 "pudiera ser el peor traspié de política económica en Cuba desde el 'ordenamiento'".
Sobre las contrataciones de la leche de vaca, la norma establece aspectos como la natalidad y la entrega a la industria-comercio del 87% de la producción. El sobrecumplimiento tendrá como destino solo la industria alimentaria, el pago de la leche será por calidad con un máximo de 38 pesos y en los casos de los productores agropecuarios que no puedan entregar leche fresca y sean aprobados en una comisión municipal de la leche, se contratará el potencial productivo en forma de queso, estableciendo el precio del mismo por acuerdo, entre otras condiciones.
Para Monreal, la resolución "se basa en el diagnóstico erróneo de que la contratación inadecuada es causa significativa de la débil capacidad de respuesta de oferta del agro".
"La resolución 275/2024 invierte la dinámica de la conexión entre producción y distribución. En realidad, es el fallo de oferta derivado de la carencia de insumos e infraestructura, la baja inversión y mercados disfuncionales lo que origina problemas de contratación", señaló.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, la masa ganadera ha decrecido casi de forma constante desde 1985, a tal punto que Camagüey, al igual que Cuba, perdió el 25% de las reses.
Por décadas el territorio agramontino fue el eje central de la ganadería cubana. En 1989 aún producía el 40% de toda la leche de la Isla.
2020 fue un año trágico para la ganadería camagüeyana. 41.000 reses murieron por desnutrición y el mal manejo del rebaño.
A pesar de que la escasez de leche no ha hecho más que empeorar, la fábrica de Sibanicú mantiene sus ofertas de productos lácteos para las plataformas de venta online y los hoteles de Varadero, Santa Lucía y la Cayería Norte de Ciego de Ávila.
Es lo que tiene la mala leche gubernativa.