Más de 41.000 reses murieron Camagüey durante el 2020 como resultado de la desnutrición y el mal manejo del rebaño, informó el periódico Adelante al reseñar la debacle del sector ganadero en la provincia que aporta una cuarta parte de la leche y la carne de vaca que anualmente se producen en Cuba.
La muerte de los animales coincide con una de las peores hambrunas que azota a ese territorio, incapaz de revertir el desastre pecuario a pesar de recibir 36 millones de euros del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), adscrito a la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El semanario oficialista reportó que el Pleno del Comité Provincial del Partido Comunista analizó los incumplimientos del sector pecuario, cuyas pérdidas por falta de comida y agua superan las provocadas por el hurto y el sacrificio ilegal del ganado mayor.
Los ganaderos camagüeyanos quedaron debiendo a la industria estatal 11 millones de litros de leche, tendencia que prevalece en los meses de enero y febrero de 2021. De igual forma, incumplieron la entrega de carne —según las autoridades— por negligencias y cuestiones organizativas.
Tales resultados contrastan con los de los años 2018 y 2019, cuando la provincia, que en los años 50 era la principal zona de desarrollo ganadero de Cuba, entregó más de 90 millones de litros de leche.
Origen y consecuencias del desastre
Aunque el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) se escuda en los efectos de la "intensa sequía" y explica que si un animal deja de beber agua por 24 horas pierde el 10% de su peso corporal y en 72 horas está en condiciones de depauperación, la realidad apunta hacia el descontrol de la ganadería.
Julio Cesar Montalvo, director adjunto de la empresa de aprovechamiento hidráulico, declaró a la televisión que "los 54 embalses del territorio almacenan 777 millones de metros cúbicos de agua, la mayor capacidad de llenado de la última década para esta época del año".
"Hay garantía para terminar 2021 y trabajar el primer semestre de 2022, aun si no lloviera más en la provincia", la segunda con mayor capacidad de almacenamiento de agua en Cuba, argumentó Montalvo.
Desde el mes de septiembre de 2020 se vislumbraba el deterioro productivo, que tendría mayores consecuencias por la insolvencia del país para garantizar la importación de alimentos en medio de la pandemia de Covid-19.
Por esa fecha, las autoridades intentaron revertir el decrecimiento de la producción de leche con el doble ordeño y la extensión del tiempo de extracción a más de 270 días, con los inconvenientes que eso tiene para la gestación de las reses y la salud de sus crías.
Al referirse al tema, el periódico Adelante dijo que la causa del problema estaba en la reproducción, pues de las 161.400 vacas paridas, solo se ordeñan 75.000, para un 46%. Además, los inspectores pecuarios no tienen control sobre los animales adultos y las novillas.
En el sector campesino, que posee el 80% del rebaño, solo se insemina el 23% de las vacas "vacías", el resto depende de la monta libre y en muchos casos con ejemplares sin condiciones genéticas, señaló el periódico.
Hasta el mes de julio de 2020 se reportaban 29.407 muertes, 4.212 más que al cierre de 2019, año en el que perecieron 25.195 animales, según otros reportes de la prensa. Entonces solo el 9% de las unidades cumplían con los requisitos de bioseguridad establecidos.
Aquí las tierras improductivas no se rescinden y la multa ante la muerte de un animal —por causa prevenible— es de 30 pesos, cuando el hurto y el sacrificio ilegal se sanciona hasta con 20 años de prisión.
La crisis tiene sus orígenes en 1960, cuando comenzó el decrecimiento indetenible de la eficiencia y los rendimientos. En la actualidad, una libra de queso blanco cuesta 70 pesos y la de carne de res 150.
De esta región salen los productos derivados de la ganadería que abastecen el mercado negro de Varadero y La Habana. Hay noches en las que las bandas que operan en Camagüey se roban entre 30 y 120 reses.
A finales de la década de los 80, Camagüey garantizaba casi el 40% de la leche de toda la Isla. Ahora no pasa del 22%.
Ganaderos consultados por DIARIO DE CUBA reconocieron que durante el último decenio han muerto en el territorio alrededor de 15.000 reses por año, fundamentalmente por hambre, abandono que ilustra hasta dónde el Estado compromete la soberanía alimentaria.
¿Y el dinero de la ONU?
A mediados del 2020 el diario oficial Granma publicó un artículo sobre la marcha del proyecto de desarrollo ganadero PRODEGAN, que financia la ONU e involucra 400.000 hectáreas y a 105 cooperativas.
La llegada de equipos y financiamiento a las llanuras camagüeyanas, después de décadas de pobres inversiones, parecía un punto de partida. Para ejecutar el proyecto, las autoridades seleccionaron cuatro municipios: Guáimaro, Sibanicú, Jimaguayú y Camagüey, los mayores incumplidores de la producción y donde se concentra casi el 80% de las reses muertas.
El 1 de agosto, José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido, y Salvador Mesa, vicepresidente de la República, supervisaron la entrada en explotación de los medios en las 31 cooperativas que asumirían el rol de prestadoras de servicios a las unidades vecinas.
Ocho meses después, el proyecto ni impacta en la economía, ni en las mejoras salariales que debían percibir unos 11.000 núcleos familiares, a quienes el Gobierno le sigue pagando 0.15 centavos por litro de leche fluida, razón por la cual muchas producciones se comercializan de forma ilícita.
Elvis Pérez Olivera, delegado del Ministerio de Agricultura, reconoció que Camagüey contaba con más de un millón de animales y en la actualidad solo dispone 584.092 reses y 7.463 búfalos.
Al cierre de noviembre solo se había inseminado a 89.573 de las 267.761 vacas previstas. Algo similar sucede con los tres millones de toneladas de alimentos para los rebaños, de las cuales más de la mitad es esperaba de plantas proteicas y forrajes que no se sembraron en la fecha prevista.
Por lo pronto, las tierras permanecen sin roturar e infestadas de marabú, las cooperativas sin agua y semilla, los potreros sin cerca perimetral y las vaquerías sin techo ni condiciones para el despunte de la ganadería.
La cooperativa Jesús Suárez Gayol, primera y la única del país que acopió en una campaña 2.700.000 litros de leche de vaca, ilustra cómo se dilapida el financiamiento, pues apenas rebasó los 400.000 litros y vendió por la izquierda parte de las producciones con que debía honrar el crédito de la FIDA.
Esa vaca de la foto no da leche, da lástima. Y más lástima da el campesino que trata de ordeñarla. Y aún más lástima dan los niños y ancianos cubanos que no pueden tener un vaso de leche como hace años, muchísimos años les prometió el General Mariposón.
La verdad es que esos animalitos están que dan lástima, nada que ver con esas vacas tan hermosas que pastan por el norte de España.
Da igual: solo las tripas se destinarán a satisfacer la demanda de "oro rojo" de la población
Noooo! Esas vacas murieron por covid-19. Jajajaja. Una pregunta seria: Aún quedan tantas vacas en una provincia?. Si las 15 provincias tuvieran cada una solo la mitad de las vacas que murieron, habrían unas 300 000 en toda cuba. Con esos números en Cuba mas los partos habria vacas hasta en cada portal de las casas.
Las vacas cubanas en vez de dar leche dan lastima y es que las vacas todas son propiedad del gobieno,como los son sus ciudadanos ,antes en los mismos lugares se criaban vacas que alimentaban al pueblo y quedaba para exportar,,,,sobran las reflexiones de quien es la culpa.