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Inseguridad ciudadana

Santiago de Cuba, expuesta al crimen y la violencia de sus jóvenes

El cierre de las instalaciones y la militarización de la calle Trocha son un intento fallido por frenar los asesinatos y rescatar los espacios públicos en manos de la delincuencia.

Santiago de Cuba
Presencia policial en las calles de Santiago de Cuba.
Presencia policial en las calles de Santiago de Cuba. Facebook/Yosmany Mayeta Labrada

El cierre indefinido de las instalaciones y la militarización nocturna de la emblemática calle Trocha son recibidas por el pueblo como un intento fallido de la intendencia de la ciudad de Santiago de Cuba por frenar la violencia y rescatar los espacios públicos en manos de la delincuencia juvenil.

La medida fue adoptada a raíz del asesinato del joven de 18 años Dagner Lara Villalón y las heridas recibidas por Fabián Palacios, quien fue operado de urgencia y todavía permanece en el Hospital Militar Joaquín Castillo Duany.

Si el lamentable incidente, ocurrido el 16 de junio, causó consternación, la respuesta oficial fue rechazada porque no ataca las raíces de una criminalidad que transforma los barrios en zonas de tolerancia, casinos callejeros y coliseos para las peleas entre bandas.  

Tras conocer el trágico desenlace el padre del fallecido, Daniel Lara Cleger, posteó en Facebook lo que tantas veces los vecinos de Trocha han denunciado y documentado sobre los peligros que afectan a los jóvenes como víctimas o victimarios de sus actos.

Según Lara Cleger las MIPYMES son "las responsables de las matanzas en Trocha, porque son las que encubren las drogas, los juegos y las carreras ilegales", que propician los hechos de sangre y favorecen la organización de las pandillas armadas.

A raíz de la publicación, el Gobierno cerró los restaurantes, cafeterías y puntos de venta, desde la intersección de Cristina hasta calle 10 de Gasómetro, tramo que ante la ausencia de otras opciones recreativas los jóvenes convirtieron en su principal área de esparcimiento.  

Tanto la población como los dueños de los negocios opinan que esa decisión sanciona y pretende culpar a los particulares, cuando el Estado incumple con su deber de erradicar la delincuencia.

Yusmila Echemendía, una de las propietarias cuestionadas, le respondió a Daniel Lara Cleger preguntándole "que hacía su hijo de 18 años de edad armado en Trocha, a las tres de la madrugada".

Para Marcia, residente de Barracones, "la enajenación mostrada por el fallecido y el resto de los implicados confirma que el incremento de los delitos perpetrados por los jóvenes —o contra ellos— es notable y obedece a la falta de control y sistematicidad para corregirlos".

Uno de los testigos presenciales narró que "el hecho sobrevino cuando los implicados (armados con cuchillos, limas, machetes y otros objetos punzantes) se enfrentaron en nombre de las bandas de San Pedrito y el Reparto Agüero".

La misma fuente aseguró que en el lugar "también se encontraban las pandillas del Nuevo Vista Alegre, Altamira, Los Cangrejitos y Planta, que operan con total impunidad y han convertido la zona más emblemática de los carnavales santiagueros en un foco de inseguridad y delincuencia organizada".

La Policía acepta sobornos y da la espalda a las broncas

Una madre con el hijo sancionado por publicar imágenes de las protestas del 17M dijo que "con índice de violencia por las nubes habrá que cerrar la ciudad entera, porque en cualquier lugar se forma el despelote y la Policía no aparece o da la espalda a las broncas".

Juan Carlos González aseguró que cerraron los negocios porque el difunto era familia de una funcionaria del Gobierno y sobrino del primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

En la misma cuerda, Manuel argumentó que "la Policía es responsable de que la juventud se encuentre en un punto sin retorno, pues acepta sobornos de las mesas de juego y las carreras de motorinas".

Para Darinka "esa no es la primera persona que muere asesinada, ni ese el primer pleito que sucede en Trocha. A diario allí hay asaltos, arrebatos, violaciones, asesinatos y, como si fuera poco, la propia Policía —con sus malos tratos— deforma a los jóvenes y le da cursos involuntarios de violencia".

Al indagar con un delegado del Poder Popular, este explicó en condición de anonimato que el Gobierno adolece de una estrategia integral de seguridad y prevención, con un enfoque basado evitar y resolver la violencia armada.

Aunque la población exige que las instituciones cumplan con su obligación  de proteger al pueblo, las autoridades no se han pronunciado por construir espacios de paz en las zonas más conflictivas; tampoco por eliminar la marginalidad que orilla a los jóvenes y los ponen en el camino del delito.

Un instructor penal criticó que "la primera y única visión que emplean para  resolver y erradicar la agresividad parte del castigo penal y la amenaza política, y no de garantizar espacios de armonía, algo que no corresponde a la Policía".

"El asunto no es que cometan delito, sino la agresividad con que lo hacen y la impunidad con que las deformaciones se arraigan en su conducta", dijo.

DIARIO DE CUBA constató que muchos jóvenes agresivos provienen de zonas marginales, pero otros viven en el seno de familias adineradas y también presumen de actitudes violentas. Traficar marihuana, robar, jugar cartas, tirar dados, asaltar y pelear hasta matarse, no son mal vistos en la zona.

Jóvenes identificados con organizaciones de pandillas criminales

En apenas unas semanas un joven santiaguero puede convertirse en un bandido peligroso, todo depende de su acceso a las armas y las drogas. Padres con problemas de alcoholismo, familias disfuncionales, ambientes inseguros, desigualdades, pobreza y deserción escolar son factores que también propician la delincuencia.

La realidad no es nueva, sino más visible y en pleno auge. Aunque no hay registros oficiales, los abogados consultados aseguran que existe un repunte de los delitos letales y la ciudad vive un ciclo de violencia sin precedentes.

A menos de 24 horas del asesinato de Dagner Lara Villalón, otros jóvenes escenificaron una bronca con armas blancas, que no tuvo consecuencias fatales porque los propietarios de los negocios lo impidieron.

Días después, el joven Nicolás Román Torres se presentó en casa de Héctor Labadí, director del joven club de computación de la calle Enramadas, y sin motivo aparente lo apuñaló y dejó por muerto.

Al cierre de diciembre de 2023, Drayan Enrique Cuevas Bueno, de 16 años, fue asesinado en una bronca callejera durante una fiesta en la calle Camacho, a solo seis cuadras de donde falleció Lara Villalón.

Entonces las autoridades dieron un trato diferente a una situación similar, porque se trataba de un adolescente con la madre presa y huérfano de padre, pues se había suicidado cuando el niño tenía diez años.

Todavía en el perfil de Facebook de Cuevas Bueno aparece una publicación alabando a la Mara Salvatrucha, organización de pandillas criminales con la que él y sus amigos se sentían identificados.

Otros casos de inacción policial se reportan frente a los feminicidios en plena calle. Lo absurdo es que los asesinos sienten orgullo de sus actos.  

Aunque muchos padres están frente a una violencia que no entienden y tampoco saben cómo frenarla, sí aceptan que la involución responde al entorno social y al tipo de delincuencia a la que están expuestos los jóvenes.

La mayoría de los miembros de las pandillas juveniles de Santiago de Cuba tienen edades comprendidas entre los 12 y 20 años, que según el Código Penal vigente no pueden responder penalmente ante los tribunales.

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7 comentarios

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Profile picture for user Leibnitz

¿Cuanto falta para que la policia se coluda con los delincuentes?...creo que poco. Siempre es igual.

Parte del hecho que la autoridades tapan estos hechos desde que se hace la denuncia para evitar que les suba el potencial delictivo de su provincia, por lo tanto muchos actos no son denunciados y otros muchos, no son asentados ni llevan ningún tipo de investigación y seguimiento por parte de la policía que solamente está atenta a los de carácter político pues si esos muchachos en vez de matarse entre ellos salieran a protestar pidiendo libertad, enseguida serían ubicados, detenidos, procesados y encarcelados.Todos esos muertos es ganancia para un gobierno al que no le interesan sus nacionales más que emigrados que son los que dan ganancia y nada de pérdida.Así de simple

Profile picture for user Pedro Benitez

La criminalidad impuso un “toque de queda” en Santiago de Cuba.
La policía presenta problemas de capacidad para contener a las pandillas, precisamente porque “En apenas unas semanas un joven santiaguero puede convertirse en un bandido peligroso”.

No creo que sean reales los puntos de partida de este artículo que describe una violencia juvenil y pandillera con una intensidad, organización y alcance cercano a la de las que existían en El Salvador antes de Bukele.
Lo digo, porque si hay una actividad que los órganos de contrainteligencia del Castrofascismo vigilan y estudian y tienen penetradas por sus agentes e informantes son las agrupaciones de cualquier tipo que sean propensas a acciones que pongan en peligro al Gobierno, Puede que existan alguna que otra mesa de juego y que algún policía se haga el de la vista gorda y reciba un soborno por esto, pero no es generalizado ni lo más común, además de los crímenes de sangre que son espaciados en tiempo uno de los que cita el autor es de diciembre de 2023, Está muy cerca la rebelión del otro día por comida y luz para que los órganos de inteligencia Castrofascista dejen ir manifestaciones delincuenciales que pueden convertirse en desborde social masivo.

Profile picture for user Pedro Benitez

Felicito a Diario de Cuba por el desglose que explica la criminalidad en Santiago de Cuba. 🤔

La solución, como siempre, botar el sofá. No sería mejor cerrar y penalizar los negocios que tengan mesas de juego, ordenar cierres de negocios más temprano y aumentar la vigilancia policial en el área? Ellos alardean de que se las saben todas, no pueden identificar que negocios estimulan estas conductas? Es más fácil dejar sin ingresos a las familias que dependen de estos trabajos para vivir y poder tener disponible a la policía para lo que de verdad les preocupa que es que alguien salga pidiendo libertad, patria y vida o simplemente corriente y comida. Están recogiendo los frutos del hombre nuevo que ellos crearon.

La solución, como siempre, botar el sofá. No sería mejor cerrar y penalizar los negocios que tengan mesas de juego, ordenar cierres de negocios más temprano y aumentar la vigilancia policial en el área? Ellos alardean de que se las saben todas, no pueden identificar que negocios estimulan estas conductas? Es más fácil dejar sin ingresos a las familias que dependen de estos trabajos para vivir y poder tener disponible a la policía para lo que de verdad les preocupa que es que alguien salga pidiendo libertad, patria y vida o simplemente corriente y comida. Están recogiendo los frutos del hombre nuevo que ellos crearon.