La lesbofobia tiene 'una profundidad insospechada en la sociedad cubana', demuestra un estudio reciente

"El silencio de la sociedad civil y de las organizaciones estatales ha contribuido considerablemente a que la lesbofobia tenga una profundidad insospechada en la sociedad cubana y a que las mujeres lesbianas no cuenten sus historias". Es esta una de las conclusiones del informe "Si no nos mencionan, no existimos: la lesbofobia en Cuba", presentado recientemente por el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos.

"Hay una invisibilización sobre las leyes que, supuestamente, han estado abiertas a la comunidad LGTBIQ+, como el Código de la Familia y el Reglamento de Reproducción Asistida, que cambia de nombre cada cierto tiempo, pero sigue siendo el que determina quienes tienen, o no, acceso a una reproducción asistida, y las mujeres lesbianas no se mencionan dentro de estos documentos", señaló María Matienzo, autora principal de una investigación en la que también participaron las activistas Yennys Hernández, Annery Rivera, Lisy Romero y Zuleika Rivera.

"Pese a que los matrimonios igualitarios han estado celebrándose desde su aprobación, algunos testimonios de los miembros de la comunidad LGBTIQ+ aseguran que les ha sido engorroso reclamar las certificaciones de matrimonio, porque el sistema nacional de registros civiles digitalizado aun no admite que ambos cónyuges sean del mismo género, por lo que a casi un año del primer matrimonio no se ha trabajado en la actualización de un sistema que se mantiene siendo homofóbico, lesbofóbico, bifóbico y transfóbico", denunciaron.

El informe insta al Gobierno cubano a "reconocer a las mujeres lesbianas en documentos legales y públicos", así como a "revisar las legislaciones que, siendo de interés de las mujeres lesbianas, las excluyen tras un lenguaje sexista y lesbofóbico".

En cuanto a las organizaciones opositoras, el informe subraya que también son parte de la exclusión y la lesbofobia: "El activismo con una perspectiva lésbica se hace muchas veces de manera individual y los grupos de mujeres nucleadas alrededor de los intereses de mujeres lesbianas o bisexuales apenas tienen visibilidad o influencia en otros grupos de la sociedad civil cubana".

Para demostrar las hipótesis planteadas, las autoras de esta investigación aplicaron "una encuesta digital a una muestra poblacional de 55 mujeres lesbianas, comprendidas en varios grupos etarios que van desde los 15 hasta los 64 años, aunque las más representadas están entre los 25 y los 34 años". De ellas, el 69% dijo haber sufrido lesbofobia, el 14,5% dijo que no y el 16,4% dijo que no sabe si la ha sufrido.

En opinión de las autoras, estos datos demuestran que Cuba es un país que "continúa perpetuando la lesbofobia y que se resiste a respetar la lesboafectividad". En tal sentido, numerosos testimonios incluidos en el documento evidencian como las escuelas "son centros de discriminación y violencia donde se reproducen los estereotipos de género tanto por parte de estudiantes como de profesores".

Es, por tanto, que las activistas demandan que el Estado cubano permita la visita al país de expertos independientes y relatores "para que puedan evaluar la situación de mujeres lesbianas". De igual forma, exigen a las autoridades que retomen "los programas de educación sexual integral en las escuelas" y establezcan "normas claras y directas contra los despidos o el bullying en centros de trabajo o en escuelas".

Asimismo, instan al régimen a que rectifique "las exclusiones al acceso de vientre solidario de las lesbianas y el lenguaje sexista, la discriminación por razones de edad, la patologización de la reproducción y el lenguaje heteronormativo" en el Reglamento de Reproducción Asistida.

Entre otras demandas, las autoras del informe piden "establecer protocolos o crear proyectos de ley que permitan visitas conyugales para mujeres lesbianas encarceladas". Así como "resarcir públicamente a mujeres lesbianas que sufrieron lesbofobia en los primero 30 años de la Revolución y que criminalizaron y precarizaron a más de una generación de lesbianas cubanas".