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Sociedad

Intenta acabar con su vida una madre cubana que no puede alimentar a su hijo enfermo

'No tengo de donde alimentarlo y sin ayuda de ningún lado', dice la joven de 29 años que se recupera de un intento de suicidio.

La Habana
Evelin Pineda, una madre cubana que intentó suicidarse.
Evelin Pineda, una madre cubana que intentó suicidarse. Info Martí Noticias

Evelin Pineda, una madre cubana de 29 años, intentó quitarse la vida ante la imposibilidad de alimentar a su hijo con parálisis cerebral y otros padecimientos graves, declaró ella misma a Martí Noticias.

La joven tomó altas dosis de psicofármacos para suicidarse porque no tenía alimentos para darle al menor.

"Tuve que vender mi casa para poderlo alimentar. He vendido todo para poderlo alimentar y llevarlo a las consultas. Y ahora veo que no tiene ningún alimento. Nada más que dos posticas de pollo que entró a la carnicería y eso, para el problema neurológico que tiene, no lo alimenta. Ni yogures, no tengo leche, no tengo nada que darle", dijo aún convaleciente desde la residencia de su madre en Guanabacoa, La Habana.

Pineda recibió primeros auxilios en el cuerpo de guardia de una institución del municipio correspondiente, pero luego fue trasladada al Hospital Miguel Enríquez, La Benéfica, en Diez de Octubre, donde fue atendida bajo protesta familiar ante la falta de insumos médicos.

Maritza Concepción, madre de Pineda, dijo que el niño padeció una cito plasmosis cerebral que lo condujo a la invalidez. "Económicamente, no le da para suplir todas las necesidades del niño", dijo sobre las circunstancias de su hija.

Tanto Pineda como Concepción lamentaron la situación que enfrentan las madres cubanas para poder alimentar a sus hijos y satisfacer otras necesidades básicas. 

Miguel Díaz-Canel dijo recientemente que los cubanos emplean más del 70% de su dinero en comida. Aunque la cifra se queda corta —teniendo en cuenta que el salario mínimo de 2.100 pesos no alcanza para comprar un cartón de huevos de 2.500 pesos—, la declaración fue un leve reconocimiento de la severa escasez de alimentos que golpea a la población en Cuba. En la Isla Cuba hay personas —fundamentalmente ancianos— que ni empleando todo el dinero que tienen pueden comer ni dos veces al día.

Las madres, aún percibiendo un salario medio, sufren más las consecuencias de los elevados precios y el desabastecimiento que ha afectado también a la escuálida canasta familiar normada de los cubanos. 

Recientemente, el ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, dijo que "se afectaron" las entregas de productos como la carne de res deshuesada, las carnes en conservas, el pollo, el café, la leche en polvo y el yogurt de soya. El Gobierno se ha visto obligado incluso a pedir auxilio a las Naciones Unidas para garantizar la leche a los niños menores de siete años.

En 2019, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó un informe donde se señalaba el suicidio como una de las principales causas de muerte entre jóvenes en América Latina y apuntó que Cuba era uno de los países más afectados.

En este informe se habló del trabajo del Programa de Prevención de la Conducta Suicida en Cuba y que, según las tasas de suicidio que registraron para todas las edades, hay cuatro provincias de muy alto riesgo: Las Tunas, Holguín, Villa Clara y Sancti Spíritus.

Según el Anuario Estadístico de Salud de 2022, los suicidios, que el oficialismo insiste en llamar lesiones autoinflingidas, disminuyeron en Cuba en 2022, con un 12,9 por cada 100.000 habitantes, en relación con el 2021, año en el que ocurrieron 16 hechos de este tipo por cada 100.000 habitantes.

El 24 de enero pasado la joven Gisell Villafranco, con trastornos de esquizofrenia y con medicación inadecuada, se suicidó tirándose del octavo piso del Hospital Miguel Enríquez, en La Habana.

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