Las autoridades de Santiago de Cuba anunciaron una reducción drástica fuera del horario laboral de los viajes de los ómnibus urbanos, ferrobuses y lanchas que trasladan a los habitantes de esa ciudad, la segunda en importancia de la Isla, ante la crisis energética debida a la escasez de combustible importado recién anunciada por el Gobierno.
De acuerdo con Luis González, coordinador de transporte en el Gobierno provincial, las 109 rutas locales y las 101 intermunicipales van a hacer apenas dos travesías diarias, mientras que las rutas regulares a las zonas rurales quedarán reducidas a una frecuencia semanal.
Asimismo, en el caso de la transportación desde la ciudad a la comunidad de cayo Granma, poblado ubicado en la bahía santiaguera, la lancha operará dos veces al día.
Según el reporte de la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN), los medios de transporte tendrán un refuerzo en el horario de "la salida y el retorno a casa de trabajadores, estudiantes y niños que son trasladados a círculos infantiles o lugares dedicados al cuido", dijo González.
Como hacen las autoridades ante situaciones de esta naturaleza, el funcionario llamó a que los automóviles estatales retomen la recogida a pasajeros en las paradas, para reducir las esperas y la aglomeración de personas.
Por su lado, Jaime Codorniú, director provincial de Transporte en Santiago de Cuba, reconoció que la actual situación toma a la ciudad con el 60% de sus medios paralizados, dada la escasez de piezas de repuesto, o a la espera de lubricantes y mantenimiento.
La transportación de pasajeros a través de ómnibus, principal medio usado por los cubanos para trasladarse tanto dentro de las ciudades como a través del país, estaba ya en crisis antes de que se anunciara la nueva "contingencia energética".
La pérdida o morosidad de suministradores de combustible con que contaba La Habana, en especial México y Rusia, y la irregularidad en los envíos de Venezuela, hicieron que el Gobierno anunciara el incremento de los apagones por escasez de combustible, a lo que se suma la disminución del transporte de pasajeros y la actividad económica.
"Va a haber afectación en la población", reconoció el viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, quien aseguró que ya se tomaron medidas de ahorro de combustible en las provincias, asignándoles cuotas de consumo a las que deben ajustarse.
El funcionario mencionó que las empresas van a potenciar el teletrabajo para sus empleados, así como el control sobre el uso de los equipos de aire acondicionado. "Va a haber una disminución de algunas actividades, porque hay que priorizar otras", comentó, sin aclarar cuáles serán las afectadas y las priorizadas.
"No podremos mantener los mismos niveles" de transporte, dijo, sin detallar a cuánto llegará la reducción de un servicio ya deficitario, aunque mencionó que ello afectará al transporte local de pasajeros, el interprovincial, el de los trabajadores, el ferry a la Isla de la Juventud, pero "protegerá" el servicio de ambulancias, los necrológicos y el traslado de turistas, así como de mercancías.
En cuanto al uso del diésel existente, indicó que "estamos protegiendo lo más posible la agricultura", en referencia a que habría habido una buena siembra de las cosechas del invierno o campaña de frío, "que no podemos perder".
Pese al panorama, Gil dijo que "no habrá un gran colapso ni una paralización total".