Julita Osendi considera 'inadmisible' el proceder de la Policía cubana ante el asalto que sufrió

La periodista Julita Osendi criticó el proceder de la Policía cubana ante el asalto que sufrió este lunes, en pleno día, en el Malecón de La Habana, y preguntó cómo habría actuado si, en vez de haber sido víctima de un hecho delictivo, hubiese alentado a la "sedición". Por este delito fueron acusados y cumplen prisión varios manifestantes del 11J.

En una publicación en Facebook en la que agradeció a quienes le han mostrado solidaridad tras el suceso "e incluso, a aquéllos que se han alegrado y me han dicho que solo recogí lo que sembré", la periodista cubana completó la historia de lo sucedido, incluyendo los detalles de la reacción de "las fuerzas del orden que están para defenderte", cuya falta de acción consideró "inadmisible"

El asalto tuvo lugar a las 9:27AM y cuatro minutos después, Osendi llamó al teléfono de la Policía. El oficial que le tomó declaración le dijo que enviaría un patrullero a la zona para ver si podían localizar al agresor, del que ella había proporcionado ya una descripción.

La periodista contaba con que "vendrían a chequear las cámaras que supuestamente existen a lo largo de todo el Malecón, sobre todo, frente al Hotel Paseo del Prado, donde se originó el atraco".

A las 11 de la mañana, la periodista decidió llamar a su hijo para que fuera a buscarla, en vista de que el patrullero no había aparecido. "Mientras tanto, conversé con dos jóvenes policías en motorinas que, según ellos, velaban por la seguridad del Malecón y al preguntarles yo si podían mirar las supuestas cámaras me dijeron un rotundo NO, que eso era la técnica", contó.

Otro policía "ya maduro" con el que conversó más tarde le dijo que había sido afortunada, "porque días antes habían cogido a un turista al que le habían arrebatado cadena, reloj y celular y lo habían pateado en el piso".

"¿Ustedes se imaginan eso en una ciudad que se vende al turismo internacional, en una zona como el Malecón que es prácticamente patrimonial, utilizada para el solaz esparcimiento del habanero?", preguntó la periodista.

Pese a que en Cuba aumentan los robos, los asaltos y los feminicidios, el régimen insiste en vender al mundo la imagen de que el país ofrece seguridad, en aras de atraer turistas.

Cuando Osendi llegó a su casa recibió la llamada del jefe de la Policía en La Habana Vieja, que pretendía que ella fuera a reportar el suceso a la unidad y al que tuvo que narrarle "por enésima vez cómo fue la cosa y cómo se veía el ladrón".

Ante la negativa de la periodista a acudir a la unidad porque tenía la rodilla inflamada, "accedió a enviar la guardia operativa a mi casa". Esta conversación tuvo lugar a la 1:30 PM y sobre las 3:00PM la llamó "una oficial de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) de Centro Habana que venía a visitarme y recoger mi declaración".

"Ya yo no era de la Habana Vieja ahora era de Centro Habana", llamó la atención Osendi.

"A las cinco llegó la guardia operativa (ya el ladrón se bañó, se cambió de ropa, vació mis preciados trabajos, fotos y contactos) y fui nuevamente interrogada por la joven teniente, muy educada y sin asombrarse de nada", continuó su historia.

"Resulta que ella era de Centro Habana, como ya dije, y quería determinar el lugar exacto, el metro cuadrado justo, donde fui atacada porque eso delimitaría qué PNR me tenía que atender a mí ¿pueden entender algo o soy yo la única anormal?", preguntó la periodista, para luego cuestionar cómo habría procedido la Policía si, en vez de sufrir un asalto, ella hubiera salido a protestar contra el Gobierno o a defender a los presos políticos.

"Y ahora me pregunto yo, si en lugar de ser violentada a mi edad, hubiese salido con un cartel alentando a la sedición, atacando a un dirigente del Gobierno, defendiendo a los presos políticos o a las Damas de Blanco ¿se hubiesen puesto a delimitar fronteras los jefes de la Policía de los municipios ya mencionados o todo el cuerpo disponible de agentes y no agentes de la policía hubieran ido al lugar… ¡y no precisamente a saludarme!", señaló Osendi.

En el hospital, lejano de su casa y a donde tuvo que ir a pie, pese a su rodilla inflamada, por la falta de transporte y de gasolina en el país, Julita Osendi conoció "otras anécdotas relacionadas con la violencia que se está viviendo en este país, en este caso en mi capital".

"Ataques a niños que salen de escuelas y a los que le quitan mochilas, móviles; asaltos que acaban con la vida de personas que no divulgo porque no tengo pruebas (lo de los niños sí lo sé porque fue cerca de donde vivo), la cantidad de feminicidios que proliferan por todo el país", enumeró.

Ante el incremento de la violencia en Cuba, que catalogó de "preocupante", la periodista concluyó que después de todo tenía que agradecer que no fue atacada "con un cuchillo o un bate".

La historia de Julia Osendi contrasta con las que en los últimos meses han publicado los medios oficiales y usuarios de Facebook afines al régimen, en las que han resaltado las supuestas eficiencia y heroicidad de la Policía cubana. Sin embargo, en otros casos que no divulga la prensa oficial, los cubanos han terminado realizando el trabajo de las fuerzas del orden.