Los productores de tabaco de las zonas más golpeadas por el huracán Ian en septiembre pasado en Pinar del Río coinciden en que harán falta "entre ocho y diez años" para que la provincia, que produce el 65% del tabaco del país, vuelva a su estado habitual.
La agencia AFP en Cuba recogió la opinión de numerosos vegueros pinareños, que a cinco meses del azote del meteoro, han corrido suerte diversa, no siempre para bien.
Según contó Maritza Carpio, pese a los daños que sufrió su casa de secado y plantación, ya ha comenzado a recoger las primeras hojas de una nueva cosecha.
La agricultora de 62 años, que heredó de sus padres su finca de 5,6 hectáreas, recordó la devastación que dejó Ian en su zona, así como las tareas de recuperación que emprendió con prontitud.
"Se procedió a la recuperación de esa casa de tabaco completa. Cuando tuve la certeza de que se podía recuperar la casa de cura, decidí sembrar", dijo al mostrar su plantación en auge.
"Siendo el tabaco tan importante para la economía cubana, el Estado priorizó la recuperación del sector", dijo Carpio, quien comentó que la empresa estatal Tabacuba, que compra a productores privados el 95% de sus cosechas a precios irrisorios, para después venderlos como bienes de lujo en casi todo el mundo, destinó ayudas para apoyar al sector.
La propia AFP entrevistó a Rafael Pérez, un tabacalero de 50 años que vive a pocos kilómetros, quien también estaría terminando su nueva casa de secado de tabaco, a pesar de las dificultades para encontrar materiales.
"Lo que me queda por hacer es (...) terminar de forrarla por los lados y algunas cosas pequeñas. Yo por lo menos estoy adelante, estoy cogiendo tabaco, estoy en fase de recolección", dijo el productor, que logró sembrar 60.000 plantas en su finca de dos hectáreas.
"Muchos vecinos no han podido sembrar tabaco porque no tienen la casa de cura", lamentó.
Según el reporte, los restos de las casas de tabaco destruidas aún se ven en medio de los campos. En algunos lugares, plantaciones de maíz y frijoles han sustituido a las habituales parcelas de tabaco.
En el caso de Bisniel Benítez, de 33 años, también entrevistado por AFP, no ha podido reanudar su actividad, a la que se dedica desde hace cuatro años.
"Antes me sentía orgulloso de cultivar el tabaco. Me gusta lo que hago. Es el sustento de mi casa", indicó. Pero Ian arrasó con el techo de su vivienda, se llevó la casa de tabaco que tenía y arruinó la bomba que servía a varios tabacaleros para regar sus plantaciones.
Ahora tiene que trabajar como jornalero, tras gastar sus escasos ahorros para reparar su hogar.
"Me salieron lágrimas del corazón de haber luchando tanto tiempo por algo que se ha derrumbado", confesó.
El azote de Ian puso en evidencia las condiciones de precariedad en que viven muchos vegueros, pese a tratarse de un rubro de exportación que solo en 2021 reportó a las arcas del Estado 568 millones de dólares, según las cifras publicadas por Habanos S.A., que comercializa todas las marcas cubanas.
Precisamente esa entidad mixta inaugurará en La Habana el próximo lunes, tras dos años de suspensión debido a la pandemia, su tradicional Festival del Habano, al que asisten empresarios y hombres de negocios de todo el mundo, y en el que se realizan subastas que dejan millones a las autoridades.
Total, poco importa que se arruine la industria tabacalera, ya que se ha arruinado todo. Cuba es sencillamente un desastre. Ahora, eso sí, un desastre muy "revolucionario." Gracias a todos los responsables, dentro y fuera de Cuba, que lo mejor que merecen es profundo desprecio.
Y para recuperar los daños del ciclón Castro, entre 8 y 10 siglos.
Ah, solamente de 8 a 10 años. Vamos bien, como siempre.