El generalísimo Máximo Gómez, con total claridad acerca de lo que debían de hacer los cubanos para encauzar la vida de la República, alertó de no incurrir en la nociva práctica de premiar con cargos públicos a figuras que hubiesen acumulado méritos en la contienda independentista pero que no poseyeran conocimientos adecuados para tales responsabilidades.
Las huestes de Fidel Castro, no más se hicieron con el poder político en la Isla, obviaron la advertencia del ilustre dominicano y comenzaron a implementar una especie de piñata de cargos entre sus seguidores. Sería larga la lista de barbudos bajados de la Sierra Maestra que fueron designados ministros u ocuparon otras responsabilidades para las cuales no estaban preparados.
La relación la encabeza la designación del "Che" Guevara como presidente del Banco Nacional de Cuba, a lo que podríamos agregar los nombramientos de los comandantes Antonio Enrique Lusón y Guillermo García como ministros de Transporte en distintos períodos.
Y qué decir del ingeniero Enrique Oltuski, primer ministro de Comunicaciones del Gobierno revolucionario en 1959. Era ingeniero, pero de comunicaciones sabía bien poco. Y le comentó a Jean-Paul Sartre en 1960, cuando el filósofo francés visitó a Cuba, que él creía que el nombramiento obedecía a la idea de que reparara los puentes y el tendido eléctrico que había destruido durante la guerra contra Batista.
Mas, tal vez la improvisación más escandalosa haya sido la designación de Haydee Santamaría como presidenta de la Casa de las Américas. Una señora con un nivel de instrucción de enseñanza primaria tendría que tratar en lo adelante con intelectuales de la talla de Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y otros ilustres creadores que visitaban la Casa de las Américas en aquellos años iniciales de esa institución.
Después vendrían los dirigentes sin experiencia, pero de probada lealtad política, que pasaron a administrar las industrias y empresas que Fidel Castro nacionalizó en aquel aciago mes de octubre de 1960. Administradores que, como es lógico imaginar, contribuyeron a la paralización y el declive de esas industrias.
Más acá en el tiempo, el castrismo decidió premiar con cargos públicos a los cinco espías que guardaron prisión en EEUU. A la postre resultó que, al menos dos de ellos, no estaban aptos para ocupar las responsabilidades que les fueron asignadas. Fueron los casos de Gerardo Hernández, designado inicialmente como vicerrector primero del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), y de René González, que había sido nombrado como vicepresidente de la Sociedad Cultural José Martí.
Así las cosas, y tras haber acontecido en la Isla infinidad de desacertados nombramientos que se añaden a los aquí reseñados, se aparece el primer ministro Manuel Marrero Cruz, durante la última reunión del Consejo de Ministros del 2022, apuntando que "Muchos de los problemas que tenemos que enfrentar en la actualidad y muchas de las cosas que no avanzan, dependen en gran medida del accionar de los cuadros".
Ahora nos enteramos de que la culpa recae sobre los cuadros. Claro, los cuadros intermedios, que son a los que seguramente se refiere el señor Marrero. Ninguna culpa se atribuye a los verdaderos culpables: los que ubicaron a esos dirigentes intermedios en responsabilidades que excedían a sus conocimientos y posibilidades de realización. ¡Le zumba!
Pero nadie piense en una rectificación total en los métodos que utilizan los jerarcas del castrismo para seleccionar a sus cuadros. En esta misma reunión del Consejo de Ministros, el mandatario Miguel Díaz-Canel abogó por una preparación de los cuadros que los dote de conocimientos sobre las ciencias políticas, y especialmente que los inste al empleo del método marxista "para el análisis de los temas y el abordaje de las transformaciones que es necesario hacer en la economía".
En otras palabras, que la confiabilidad política siga primando por sobre la capacidad técnica y profesional de los cuadros. Y así va Cuba.
"El castrismo está pagando las consecuencias de su pésima política de cuadros"
Sr.Orlando, el castrismo no está pagando, está cobrando desde hace casi 70 años.
En cuanto a la política de cuadros diría yo que nunca ha existido.
Sencillamente se ha basado en el yo mando y los demás obedecen, como cualquier otra monarquía absolutista que se precie.
Ya sólo les falta "cruzar" su descendencia con los Borbones o con los Windsor, aunque los veo más próximos a los zares.
Por favor. Los que están pagando son la gente de a pie. Los que mandan siempre han vivido muy bien.
El problema aquí no es de forma, sino de fondo. Eso es lo que no tiene claro este cuadro, digo, articulista.
Este autor esta cobrando dinero facil. Llama a los mafiosos asesinos como otro eufemismo comunista. Un cuadro es Las Meninas de Velazquez, ellos son asesinos
Solamente con usar el término “cuadro” ya se ve el vocabulario que tiene incorporado el autor. El primer “cuadro” incompetente que en vez de haber sido colgado de una pared debió serlo de una guásima fue Fidel Hipólito Castro.
El problema cubano, entonces (según el autor), no radica en el sistema instaurado en el 59, hoy en bancarrota y administrado peor que una quincalla por el equipo de Díaz-Canel S, sino en la selección de cuadros... por favor, clemencia con los lectores.
el ''castrismo'' esta pagando? 🤣
mic check
Aceptar que los problemas del país se podrían solucionar con „mejorar la política de cuadros“, es reconocer la legitimidad de un gobierno que puede mejorar cambiando a sus dirigentes, que no es el caso. La única salida que tiene Cuba no es „mejorar sus cuadros“, sino cambiar totalmente el concepto de la economía, todavía aferrada al centralismo y al koljocianismo. Se comió el millo don Orlando.
Qué artículo más tonto ... El lema de la FAMIGLIA CASTRO siempre ha sido ...
A P R È S ___ M O I, ___ L E ___ D É L U G E
En el discurso de su defensa, titulado "La historia me absolverá", Fidel Castro señaló lo que consideraba los males de la Cuba de entonces resumidos en seis problemas fundamentales: el problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud. Luego de 64 años en el poder, ¿Cuáles de ellos su mal llamada revolución ha solucionado?
Será que el autor piensa que una rectificación de “la política de cuadros” mejorará la situación del país?