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Protestas en Cuba: 'El nivel de ruptura entre el régimen y el pueblo va en ascenso, están las condiciones para el quiebre total'

Tres analistas ofrecen su visión a DIARIO DE CUBA sobre las más recientes manifestaciones: 'La gente ha aprendido a dejar de ser mera población y está empezando a ser ciudadanos'.

Madrid
Protesta en La Habana el fin de semana pasado.
Protesta en La Habana el fin de semana pasado. efe

Las más recientes protestas en Cuba evidencian un ascenso en los grados de quiebre entre el régimen y el pueblo en el plano de la legitimidad. En esto coinciden tres analistas consultados por DIARIO DE CUBA al calor de manifestaciones generadas por el hartazgo de una crisis enquistada y agudizada por el colapso del sistema electroenergético nacional y los consecuentes apagones.

El politólogo e historiador Armando Chaguaceda señala que, aunque se "necesita tener datos reales del nivel de apoyo o no apoyo al Gobierno para tener una opinión fundada", sí hay muestras de ruptura.

"Lo que sí se evidencia, en un país que criminaliza el disenso, donde se ha aprobado un nuevo Código Penal (que sustenta esta criminalización), donde hay más de 1.000 personas presas por manifestarse, es que hay un nivel alto y creciente de ruptura en el plano de la legitimidad".

"La legitimidad es algo que se ha erosionado mucho. Ves que la gente increpa a los funcionarios, no les cree, se mofa de ellos sabiendo el costo que tiene, la represión, que es lo que más se ha incrementado", dice Chaguaceda.

"Básicamente, sí hay un creciente nivel de ruptura, de desconexión entre el Gobierno y buena parte del pueblo, aunque también el pueblo es una categoría difusa; ahí está parte de esa población que por razones ideológicas o de prebendas sigue apoyando a ese Gobierno, pero creo que hay una parte mucho mayor que lo deslegitima", señala. 

Para Chaguaceda, "la crisis electroenergética en sí misma no va a llevar a ningún derrocamiento del régimen, porque para eso se necesita de otros factores, más presión externa, rupturas dentro de la elite (del castrismo), más coordinación de las protestas, pero todos son elementos que suman a una crisis, a un modelo que está agotado". 

Subraya que se está viendo "un repertorio de protestas, cacerolazos, consignas, bloqueos de calles, típicamente de protesta popular a nivel mundial y latinoamericana que (los cubanos) están incorporando" y que "no dejan de ser pacíficas".

Para el politólogo, esto "es otro dato importante, las protestas son mayormente pacíficas, transversales, cruzan una gran cantidad de demandas, desde bienes y servicios hasta demandas de derechos, libertad, y sí se puede ver como una continuidad" de las manifestaciones del 11 de julio de 2021.

"Las protestas llegaron para quedarse, porque si después de un año particularmente represivo, la gente hace esto, y no solo por lo inmediato, no solo porque no tiene luz, creo que es importante entender que llegaron para quedarse. La gente ha aprendido a dejar de ser mera población y está empezando a ser ciudadanos", afirma.

Por su parte, el opositor cubano Manuel Cuesta Morúa considera que "la ruptura es total" y amplía: "la ciudadanía y el Gobierno forman dos universos paralelos conectados por los débiles hilos de redistribución de la pobreza y los fuertes de la represión".

"Hay tres niveles de quiebre sin retornos: el ideológico, actualizado por los datos negativos del referendo; el psicológico, en la creciente pérdida del miedo, y el moral, que vemos claramente en la permanente desacreditación social del Gobierno", señala.

Para Cuesta Morúa, "la primera caída del régimen ya se produjo" y "es su derrumbe moral".

Para el analista, la crisis en Cuba "ya estaba normalizada" y "ahora se tensa la normalidad de la crisis por el colapso de las opciones del Estado".

"Esta tensión rompe en algunos puntos esa normalidad con el mayor éxodo migratorio en cualquier tramo de la historia de Cuba, con la represión desbordada hacia la ciudadanía, ya no solo a los actores de la sociedad civil, y con las solicitudes de emergencia al mismísimo 'enemigo (EEUU)', esto último un reconocimiento político del agotamiento estructural de la economía cubana", explica.

El opositor no está seguro de que esta crisis energética lleve en sí misma al derrocamiento del régimen. 

"Sirve para mostrar su incompetencia, ahondando su deslegitimación, y para disparar el hartazgo social públicamente manifiesto de la sociedad", pero "en la caída de regímenes intervienen otros factores también políticos que todavía no se han presentado en Cuba y, además, el Estado tiene todavía un robusto sostén en los órganos de la policía política, de la policía civil, del ejército y de la burocracia ideológica", señala. 

Lo que sí cree Cuesta Morúa, como los otros dos entrevistados, es que las protestas populares seguirán produciéndose. 

"Desde el 11J no han cesado las protestas. Se han espaciado y localizado, pero no se han detenido. Incluso frente a dos disuasivos potentes como las largas condenas en prisión y el nuevo Código Penal. Han desbordado al mecanismo de control básico de los regímenes totalitarios: la policía política, pensada y montada para mantener a raya a los grupos cívicos organizados", subraya.

En palabras de Cuesta Morúa, "es interesante como la rabia acumulada se ha transformado en acciones de protesta pacífica ejemplares" donde "la violencia ha sido la excepción".

"Hay una madurez cívica, más intuitiva que aprendida, que al menos a mí me impresiona en una sociedad que, por otra parte, muestra rasgos claros de violencia interpersonal. Las palabras de las protestas son doblemente significativas: demandar la solución de necesidades básicas demuestra que nos hemos convertido en actores racionales que medimos y criticamos la gestión del Estado y del Gobierno a partir de su capacidad de gestión y solución. Al mismo tiempo, al exigir libertad y respeto a los derechos, estamos comportándonos como gente cívica y consciente de lo que nos distingue y separa del Gobierno. Este retorno de la protesta social cada vez más pacífica es un aprendizaje de ciudadanía en movimiento. Una garantía del futuro democrático", estima.

El periodista Boris González Arenas, por su parte, no tiene claro "si es o no el momento de la ruptura definitiva", pero sí que el nivel de ruptura entre el Gobierno y el pueblo actualmente "es el más grande después del triunfo del castrismo en enero de 1959".

"Tenemos en este instante un régimen absolutamente quebrado en su capacidad de establecer vínculos con la ciudadanía y amparado, apoyado únicamente en el poder de represión. En estos últimos tres años hemos vivido en Cuba la peor etapa del régimen comunista, descontando siempre el horror y el atraco que significó la década del 60", dice.

González Arenas cree "sin ninguna duda" que "están creadas las condiciones para que haya una ruptura definitiva".

"En Cuba no hay, en este momento, nación afín al régimen comunista. Digamos que hay reminiscencia, hay residuo en personas ancianas, en algunos que otros, pero la mayoría de los que hoy se pueden decir comunistas o castristas no son otra cosa que funcionarios, burócratas, personas adheridas al régimen por algún tipo de interés", señala.

Por otra parte, no considera que exista una normalización de la crisis en Cuba pese a su intensidad. Para González Arenas, "lo que sí pasa es que, en cualquier entorno, cualquier tipo de crisis, las personas tienen que seguir viviendo."

Ve la actual crisis del sistema electroenergético como "una más", como parte de "un periodo de desastres cíclicos donde el mal funcionamiento y la destrucción de la operatividad del régimen está provocando desastres que eran absolutamente innecesarios". Pone el ejemplo de las recientes catástrofes del Hotel Saratoga y el incendio en el depósito de combustibles de Matanzas. 

Para el activista, "toda protesta es una continuidad de un ejercicio de oposición a las formas adversas de Gobierno de Cuba". Por tanto, considera que las actuales manifestaciones son herederas del 11J, "la expresión más grande de la adversidad, de la incapacidad del régimen cubano para satisfacer las mínimas demandas de una ciudadanía que ha sido llevada a mínimos de consumo por seis décadas".

"Hubo un estallido social y, como eso no se ha solucionado, pues se mantienen estallidos esporádicos, frecuentes y periódicos a nivel nacional", añade. 

Para el periodista, "el pueblo cubano siempre ha sabido protestar", pero el problema "ha sido la efectividad del régimen totalitario en volver esporádicas las protestas y diseminarlas".

Cree que hay una "disposición mayor de la ciudadanía a oponerse al régimen comunista" y también menciona "el acceso al fenómeno que ha renovado el ejercicio de la democracia a nivel mundial que es internet, las redes móviles y los nuevos sistemas de comunicación".

"Entonces, quizás no es que los cubanos están aprendiendo a protestar, porque siempre lo han hecho, sino que los cubanos están aprendiendo a conectarse, a unirse y a vincularse precisamente para quitarse por siempre esta terrible tiranía comunista", concluye.

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11 comentarios

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El quiebre es para el próximo quinquenio. Para este solo veo muchos palos por el lomo, cárcel y emigración.

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Quebrados están, pero no se avizora que se vayan (por el momento) porque las verdaderas condiciones no están dadas.
Desgraciadamente, hay que reconocer que son duros de pelar.

Profile picture for user Plutarco Cuero

La Ovolución Cubana ... óvulos infernales ... solo odio, separación y miseria ... malditos sean, eternamente ... que les llegue el peor de los finales ...

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Es difícil ser objetivo en este tema. Por un lado, son más de 60 años de dictadura. Por el otro, una banda de ineptos al poder compiten para hacer más desastrosa la vida del cubano de a pie, cuando ya la generación histórica está fallecida o retirada. Ladrones con barrigas ostentosas, disfrazados de burócratas, son los que con rostro serio simulan tener las riendas del país, mientras que no pueden ofrecer lo básico al pueblo. Falta no solo la libertad: agua, electricidad y alimentos, también. Sólo se que las condiciones internas empeorarán. Cuba ya es tierra arrasada...

Ese titular, yo lo he visto miles de veces y nada. No sé cómo pueden publicarlo de esa manera. Los barrigones no se van hasta que un militar se ponga las botas de Maceo y empiece a bombardear y matar a todos los barrigones en nombre del pueblo. Mientras, esperen sentado que se mueran todos.

Profile picture for user Ex-cubano

mientras los militares esten del lado de los malos no habra cambio

Profile picture for user Plutarco Cuero

... y mientras el colon de los cubanos dilate infinitamente ...

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El tipo del "pulovito" rojo de Aéropostale tiene tremenda cara de perro bulldog, tristemente sería el primero en salir corriendo, los bulldogs no son perros agresivos, sólo es "papití".......

Profile picture for user Pedro Benitez

La estrategia que cementa la ruptura; la reunión ciudadana en las casas de los vecinos.

Profile picture for user eldelbarriodeenfrente

Están aun en el poder debido al ejército, autómatas hambrientos que además no garantizan la seguridad nacional en plano militar y mucho menos en el plano político.