En medio de apagones, dengue, escasez y precios por las nubes, las familias cubanas volvieron este lunes a la rutina del curso escolar: cerca de dos millones de estudiantes de distintos niveles de enseñanza regresaron a las aulas.
"Cuba cuenta con 1.697.299 estudiantes de la enseñanza primaria, secundaria, preuniversitaria y técnico-profesional, y una matrícula universitaria de 280.000 estudiantes que constituyen el 32% de los jóvenes entre 18 y 24 años de toda la nación", publicó el portal oficial Cubadebate.
La ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, dijo en un reciente programa oficial Mesa Redonda sobre el tema que 10.793 instituciones abrieron sus puertas y más de 250.000 docentes impartirán clases.
Añadió que los cerca de 3.000 maestros de varias provincias que prestan sus servicios en La Habana regresaron y están incorporados a sus puestos de trabajo en la capital.
El 5 de septiembre se reanudó el curso 2021-2022, que culminará el 19 de noviembre. El 28 de noviembre empezará el curso 2022-23, que culminará en julio de 2023. El curso 2023-24 comenzará en septiembre y se extenderá hasta julio.
Según la ministra, a los estudiantes se les entregarán libretas y lápices para los dos meses y medio que restan del curso, y seguirán utilizando los libros con los que comenzaron.
"En la red de comercio están ya a la venta, en todas las provincias, los uniformes para los estudiantes 'continuantes' de todas las provincias del país, es decir, octavo y onceno grados, así como segundo y tercer años de la enseñanza técnica y profesional y la formación pedagógica, porque todos los grados de la primaria, la especial y los nuevos ingresos ya los recibieron", aseguró Velázquez Cobiella.
Admitió, sin embargo, que en un recorrido realizado se comprobó que en varias provincias los porcientos de venta de uniformes son muy bajos, particularmente en las provincias de Artemisa, La Habana, Ciego de Ávila, Camagüey, Granma y Santiago de Cuba.
Dijo además que se concluyeron obras de mantenimiento y reparación en 668 instituciones educacionales y se trabaja en otras 768, de las cuales la mayoría quedará lista antes de que finalice el año. "No hemos podido intervenir en todas las que lo necesitan, cuestión que genera insatisfacciones en muchas familias", reconoció.
En las provincias Artemisa, Mayabeque, Matanzas, La Habana, Villa Clara y Sancti Spíritus, y en el municipio especial Isla de la Juventud hay territorios con una cifra notable de instituciones con situaciones constructivas evaluadas de regular y mal.
En esta ocasión, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) no certificó 115 instituciones, de las más de 10.000 existentes en el país. Esos estudiantes tendrán que iniciar el curso reubicados en otras instalaciones, hasta que culmine el proceso de reparación.
Los prolongados apagones, que llegan hasta las 18 y 20 horas en algunas localidades del interior, son un motivo de agonía más para las familias con niños pequeños que estudian. En cientos de comentarios en las notas de afectaciones de la Unión Eléctrica han dejado claro su malestar por madrugadas sin dormir entre calor y mosquitos y las preocupaciones de mandarlos en estas condiciones a la escuela, muchas veces, además, sin desayunos y meriendas.
La escasez ha llegado al pan, incluso el de la cuota racionada, y pese a que la propia ministra dijo que "se garantizaría el de los círculos infantiles, estudiantes internos, hogares de niños sin amparo familiar y los docentes de las villas de profesores de otros territorios", una madre habanera denunció recientemente la eliminación del pan a los niños en círculos infantiles del municipio la Lisa.
En la cárcel, sin bomba de agua por cinco días, el gobierno permite la entrada de colchas para limpiar y otros insumos porque no hay nada. El poder debe facilitar mecanismos para que los padres puedan contribuir fondos para importar huevo deshidratado o liquido. Inventen algo para llevar la proteína a las escuelas.