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turismo

En medio de las penurias de los cubanos, el Gobierno busca el lujo de Kempinski

Manuel Marrero se reúne con directivos de la hotelera, con quienes intercambió sobre las 'posibilidades' en Cuba.

La Habana
Manuel Marrero con directivos de la compañía hotelera Kempinski.
Manuel Marrero con directivos de la compañía hotelera Kempinski. @MMarreroCruz/Twitter

En medio de la debacle del sistema electroenergético nacional, prolongados apagones y otras penurias que mantienen en jaque la vida cotidiana del cubano, el Gobierno establece contactos con grandes hoteleras como Kempinski para establecer más negocios de lujo en Cuba.

Manuel Marrero Cruz, primer ministro de Cuba, se reunió el jueves con Bernold Schroeder, presidente del Consejo de Administración de la compañía hotelera suiza, con quien compartió sobre "posibilidades" para ese mercado turístico en la Isla, según publicó la oficial Agencia Cubana de Noticias.

Según informó el propio Marrero Cruz en su cuenta de Twitter, durante el diálogo sostenido las delegaciones intercambiaron sobre "oportunidades de negocios" en Cuba.

Kempinski se estrenó en Cuba el 7 de junio de 2017 cuando inauguró el hotel de 5 estrellas plus, Gran Hotel Manzana Kempinski, inmueble ubicado en la Habana Vieja que cuenta con seis niveles y 246 habitaciones, propiedad del conglomerado militar GAESA.

En 2019, la Administración Trump incluyó a esta instalación en una la lista de empresas que podían ser demandadas en Estados Unidos por presuntamente beneficiarse de propiedades que fueron expropiadas tras enero de 1959.

Una segunda edificación de Kempinski fue abierta en La Habana en febrero de 2020. El Gran Hotel Bristol, en áreas cercanas al Capitolio, posee 162 dormitorios y cuatro restaurantes.

Kempinski Hotels es el grupo hotelero de lujo más antiguo de Europa creado en 1897 con la fundación de Hotelbetriebs-Aktiengesellschaft en Berlín, según la información de su sitio web.

En la actualidad la compañía opera alrededor de 79 hoteles de cinco estrellas en 34 países del mundo.

Sin transporte, con apagones de hasta 20 horas, con escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos y un cada vez más pronunciado deterioro de sus viviendas, los cubanos han visto levantarse hoteles de lujo en medio de ciudades en ruinas. Esto, a pesar de la caída del turismo y en medio de crisis y colapsos sanitarios como el del Covid-19 y en medio de discursos de las autoridades que culpan al embargo de EEUU de todas estas miserias.

La construcción de nuevas habitaciones turísticas —que el economista Pedro Monreal estima es el grueso de la partida de "servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler"— llegó a rozar el 50% de la inversión entre 2020 y 2021.

En los primeros tres meses de 2022, la edificación de hoteles, así como otros aspectos relacionados con el turismo, concentró el 35% de las inversiones totales, de acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).

El aumento del número de habitaciones contrasta con los altibajos sufridos en la cifra de turistas. En los primeros siete meses de 2022 Cuba recibió a 834.891 viajeros internacionales. Antes de la pandemia, en 2018 y 2019, Cuba llegó a atraer a entre cuatro y cinco millones de viajeros internacionales al año.

Las autoridades del país esperan para este 2022 el arribo de 2,5 millones de turistas, una cifra que los expertos consultados ponen en duda que se pueda alcanzar con la tendencia actual.

Debido al adverso contexto económico actual, estas cifras generan incomprensión entre ciertos sectores cubanos, como reconoció el propio Gobierno.

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6 comentarios

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Cuba = paraiso para los pedofilos, Ellos aprobechan la necesidad ,lo vi no me lo contaron

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La Cuba socialista es un destino turistico de aventura (desventura) extrema en el que el viajero se arriesga y tal vez sobreviva en...
..carreteras llenas de bache con choferes borrachos
..calles desbordadas de aguas albanales cargadas de colera y cuanto patogeno existe
..nubes hospitalarias de moscas, roedores y piojos
..enjambres de mosquitos portadores de dengue, chikungunya y zika
..balcones que se derrumban
..hoteles con tuberias de gas inservibles que permiten disfrutar del agradable olor del propano o butano, o la posibilidad aun mas exitante de que combustionen
..comidas y bebidas contaminadas por la exquisita manipulacion de los que la preparan y se la roban
..el asedio de jineteras, pingueros, carteristas e indigentes
..las cadecas donde los euros y los dolares son convertidos por la alquimia revolucionaria en vales de despensa
..la atencion experimentada de doctores que usan tecnologia y medicamentos de una potencia medica, y le cobraran como tal
Una experiencia acogedora...

Profile picture for user Pedro Benitez

Tenemos un problema creciente, casi permanente, relacionado al posicionamiento de los diferentes intereses. Mientras la sociedad cubana continúa colapsando en la polarización económica; el poder extiende las ramificaciones de su patrimonio mediante la inversión extranjera. En este contexto, la fuerza de los ciudadanos contra la dictadura debe estar concertada; implementando estrategias puntuales que rindan resultados razonables.

Es que son ustedes malpensados.
El magnífico gobierno cubano ha decidido, dada la precariedad y restricciones impuestas por el imperio, regalarles cuarterias de lujo a todos los habitantes de la isla que actualmente residen en edificios en ruinas y, por supuesto, está negociando con las empresas que mayor experiencia tienen en estos temas.
Por otra parte han nombrado a Darth Vader comandante en jefe de la inspección de la calidad de las edificaciones para asegurarse que no se van a volver a repetir accidentes inesperados.

Las desigualdades sociales ya son enormes y serán abismales, al estilo, en el mejor de los casos, de República Dominicana. Con el turismo como mayor entrada de divisas, tras las remesas. Y la Junta Militar transformada en florecientes gerentes capitalistas.

José, se te olvido señalar que en la República Dominicana hay una pequeña clase media que ese turismo sostienes. En Cuba no hay ni donde amarrar la chiva.