Los prolongados apagones que sufren los cubanos desde mediados de 2021 e intensificados en el presente año afectan varias esferas de la vida cotidiana. Una de ellas es la producción de pan, de acuerdo a un reportaje del canal estatal Turquino TeVe, de Palma Soriano.
Según las declaraciones de un funcionario que no es identificado en el reportaje, en las panaderías de ese municipio de Santiago de Cuba podrían retornar al empleo de hornos tradicionales, ante el déficit de combustible.
"Ya se está pensando, se está valorando evaluar y reactivar en su momento los hornos tradicionales", dice el funcionario al canal televisivo local.
"En estos momentos, se están haciendo los primeros pasos de evaluar qué realmente le falta a cada uno de ellos y hacer el levantamiento, y proceder de inmediato a su recuperación, si la vida nos demuestra que tengamos que utilizarlos", añade.
Los apagones se suman a otro problema que afecta a casi todas las provincias cubanas y atentan contra la posibilidad del pueblo de comer un alimento básico como el pan: la falta de harina de trigo.
El propio funcionario admite que, aunque "se mantiene la asignación de harina", la distribución es diaria y para cubrir la producción "de quince o veinte días", como solía ser.
La solución para minimizar las afectaciones al pueblo debido a las irregularidades en la producción es, según el funcionario, informarle al pueblo cuándo puede adquirir el pan.
"Si hay algún retraso con el pan, los administradores tienen la alta responsabilidad de decir cuál es el horario de venta de cada punto, para no maltratar al pueblo", explica.
"Nosotros estamos obligados a que el pueblo de Palma Soriano sepa en qué momento del día le corresponde recibir ese pan", señala, lo que resulta una medida similar a la de informarles a los cubanos cuándo van a sufrir el apagón.
En La Habana, la solución de las autoridades ante el déficit ha sido reducirle el consumo de harina al pueblo y solo se garantizará el de la canasta familiar normada, de la población penal, una parte del demandado por Salud Pública, los niños sin amparo familiar, hogares de ancianos y el que se vende en la Cadena cubana del pan, según informó Julio Martínez Roque, coordinador del Gobierno local, en una reunión del Grupo Temporal de Trabajo.
La falta de esta materia prima ha obligado al Gobierno a recurrir a experimentos como utilizar pulpa de calabaza, harina de maíz, de garbanzo o de yuca para confeccionar el pan. La venta "por la libre" también pasó a estar regulada a unas pocas bolas de pan por persona.
En 2021, varios santiagueros contaron a DIARIO DE CUBA que tenían que comer mango a toda hora, ante la falta de pan, que, en medio de la crisis alimentaria que atraviesa Cuba y la subida de precios de la comida, había sido uno de los pocos alimentos asequibles.
Aunque la implementación de la Tarea Ordenamiento en medio de la pandemia de Covid-19 empeoró la situación de los cubanos, los problemas con el pan son previos. Desde marzo de 2019 el propio Miguel Díaz-Canel reconocía la escasez de este alimento básico junto a la de otros productos de primera necesidad en el país.