Miguel Díaz-Canel reconoció que en Cuba persiste la escasez de alimentos básicos como el aceite vegetal, el pan, el huevo y el pollo, y pidió a su Gobierno mayor control de los procesos económicos "importantes para la vida cotidiana", informó este viernes el diario oficial Granma.
En una reunión con su Consejo de Ministros, Díaz-Canel insistió en la necesidad de "cerrar los ciclos productivos", porque el "esfuerzo" para que las "importaciones sucedan a tiempo" no sirve de nada si "luego surgen problemas con contrataciones del transporte o el retraso de algunos embarques".
"Necesitamos una dinámica más creciente de la economía en este año, para lograr un impacto en la alimentación de la población, en la vivienda, en el transporte y en la informatización, por solo mencionar algunos elementos que son importantes para la vida cotidiana", dijo el gobernante.
Estas declaraciones se producen en medio del descontento popular causado por la falta de aceite vegetal en los comercios estatales, frente a los que se forman largas filas de clientes, a los que el Gobierno ha decidido vender solo dos botellas del alimento por persona para evitar la especulación.
Los huevos, el aceite, el pan, la harina de trigo y el pollo han sido las últimas víctimas del desabastecimiento crónico que sufre Cuba desde hace décadas, donde es usual que escaseen de manera cíclica alimentos como la leche en polvo e incluso la sal.
En los estantes de la red estatal de tiendas también suelen faltar artículos de higiene y aseo como las compresas, el papel sanitario y, más recientemente, los paños para limpiar el suelo.
Los cubanos descargan su frustración en las redes sociales, donde circulan mensajes de protesta y memes, como el que muestra una botella de aceite y dos panes sobre un altar con velas.
El periodista Maykel González Vivero publicó varias fotos en su perfil de Facebook de un tumulto en Sagua la Grande, Villa Clara, alrededor de un establecimiento que vendía aceite comestible.
"Llegó el aceite a París (nombre de la tienda donde se produce la venta) con tres patrullas y diez policías", ironizó, refiriendo los dispositivos de seguridad que la Policía tiene que establecer alrededor de tales colas para evitar que se produzcan brotes de violencia.
No hay 1 sola foto d las colas para votar, no he visto 1. La inasistencia al circo del 24F fue evidentemente mucho mayor que el 15,6% anunciado por el régimen.
— Antonio G. Rodiles (@AGRodiles) February 28, 2019
¿Quién puede creer que votaron 7 524 318 personas?
Sin embargo, las fotos para comprar aceite abundan #CubaBoicot pic.twitter.com/6cwENmqF0a
El opositor Antonio G. Rodiles apuntó en Twitter que, si bien el Gobierno dice que votaron millones de cubanos en el recién celebrado referendo constitucional, no existen fotos de colas para votar tan contundentes como las que circulan de filas para comprar aceite.
Este jueves, Cubanet publicó un reportaje desde La Habana que refirió que, si bien la comercialización de pan se ha normalizado relativamente, las largas colas en establecimientos como el centro comercial Carlos III o La Época para adquirir muslos de pollo y bolsitas de aceite, son indicadores de que se avecinan tiempos difíciles, aunque los ministros se limiten a decir que existen "tensiones." Es así como la posibilidad de otro Período Especial va tomando cuerpo en la sensibilidad pública.
La leche en polvo, según los cubanos, está desaparecida en los mercados desde fines de 2018. También los paquetes de pollo importados que se comercializaban a 3.60 CUC (2kg) se han esfumado de las neveras. En su lugar, han colocado muslos de factura nacional, de mucha menor calidad y tamaño.
En el mercado negro, un cartón de huevos cuesta entre 5 y 7 CUC, y las botellas de aceite de soya que cuestan 1.95 CUC, circulan a 3CUC.
Para disimular el desabastecimiento, los trabajadores de las TRD (Tiendas Recaudadoras de Divisas) llenan los estantes con la misma mercancía, sean pomos de Nescafé, vasitos de yogurt o productos enlatados.
Cuba importa entre el 60 y el 70% de los alimentos que consume.
El Estado cubano mantiene desde hace 56 años una cartilla de racionamiento subvencionada, que hoy apenas incluye la venta de arroz, granos, azúcar, 80 gramos de pan diarios por persona y diez huevos al mes a precios simbólicos.
Lo reducido de esa canasta básica obliga a los cubanos a comprar la mayoría de sus alimentos en la red estatal de tiendas de oferta y demanda, a precios mayores y con una limitada variedad de productos.