La pandemia de Covid-19 incidió negativamente en los índices de mortalidad infantil y materna en Cuba en 2021, cuando, además, la tasa de natalidad decreció en más de 5.500 nacimientos respecto a 2020, admitió el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, en las sesiones de este fin de semana de la Asamblea Nacional del Poder Popular, publicó el diario oficial Granma.
Al presentar informes sobre el Programa Materno Infantil (PMI), de cuyos éxitos alardea cada año el Gobierno al presentar sus opacas estadísticas de mortalidad materna e infantil, el ministro dijo que al cierre del 13 de diciembre se habían confirmado 176.456 niños, adolescentes y jóvenes con el SARS-CoV-2, de los cuales 11.698 eran lactantes, mientras que habían fallecido unos 18, con una supervivencia del 99,9%.
En cuanto a las gestantes y puérperas, hasta la propia fecha habían enfermado 6.819, y fallecido 93, con un 98,3% de supervivencia.
Los cubanos ponen en duda las cifras oficiales relacionadas con el Covid-19, en un país donde con frecuencia han faltado los test para confirmar la enfermedad. Familiares de fallecidos por coronavirus han denunciado que las autoridades han ordenado escribir causas de muerte diferentes en los certificados de defunción.
Sobre la tasa de mortalidad infantil del país al cierre de 2021, dijo que hasta el 13 de diciembre se registraban 93.733 nacidos vivos y 690 defunciones, para una tasa de mortalidad de 7,5 por cada 1.000 nacidos vivos, con 207 fallecidos más que en igual periodo de 2020.
La elevada cifra de mortalidad se produjo, además, en un año en que se redujo en 5.747 los nacimientos en comparación al año anterior, con las provincias de Cienfuegos, Holguín, Villa Clara, Las Tunas, La Habana y Santiago de Cuba como las de menores índices.
Según el ministro, solo cumplió el propósito para 2021 la provincia de Artemisa con una tasa de 3,9 por cada 1.000 nacidos vivos, mientras que el resto de los territorios incumplen el indicador.
Incluso decreció el índice de embarazos en mujeres jóvenes, incluidas las adolescentes. En años anteriores un 19% de los nacimientos del país correspondía a madres menores de 20 años. La cifra ha venido colocándose entre un 17% y un 18%, para terminar en 2021 con un 17,9%.
Las provincias con porcentajes más elevados en ese sentido son Granma, con 22,9%; Holguín, 22,3%; Las Tunas, 20,1%; Camagüey, 19,6%; Ciego de Ávila, 18,7%; Guantánamo, 18,4%; Santiago de Cuba, más de 18% y Artemisa 18,1%, según datos recogidos por el portal oficial Cubadebate.
Portal Miranda dijo que en 2021 también se incrementó el índice de bajo peso en comparación a años anteriores (6,5% este año en comparación al 5% en 2020), manteniéndose esta patología como un problema de salud en todas las provincias, con ocho territorios por encima de la media nacional.
En 16 fallecidos menores de un año (17%) la causa de muerte estuvo asociada a esta condición.
Otras causas principales de muerte en edades pediátricas fueron la prematuridad y el crecimiento intrauterino retardado.
Por otra parte, la tasa de mortalidad materna total se situó en 182,9 por cada 100.000 nacidos vivos, con 171 defunciones (130 más que en el año 2020). Portal Miranda atribuyó el dato negativo al contexto de la pandemia.
Las principales causas de muerte materna fueron la neumonía asociada a Covid-19, los fenómenos embólicos, las hemorragias obstétricas y la enfermedad cerebrovascular hemorrágica por hipertensión arterial. Todas vinculadas a riesgos que pueden ser modificables durante todo el proceso de atención, admitió el ministro de Salud Pública.
En otro momento, Portal Mirando hizo alardes ante la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional de que, a partir del desarrollo de los candidatos vacunales y vacunas contra el Covid-19, "Cuba exhibe los mejores índices de vacunación contra esa enfermedad".
Situó a la Isla como el primer país en inmunizar su población pediátrica vacunable y dijo que hasta el 16 de diciembre 1.707.473 (81,3%) de niños, niñas y adolescentes cubanos estaban vacunados con esquema completo, incluidos los convalecientes.
Las autoridades empezaron a poner sus vacunas a la población pediátrica incluso cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomendaba la inmunización en los menores de 12 años.