15N, los jóvenes cubanos que despiertan a las generaciones engañadas por el régimen

Los jóvenes cubanos que impulsan la marcha cívica por el cambio, convocada para el próximo 15 de noviembre, son de "una generación totalmente desligada del discurso oficial y del compromiso con la supuesta Revolución". Ante el distanciamiento entre lo que vende el régimen y lo que viven, buscan nuevas vías para que sus voces se oigan dentro y fuera de la Isla, dice el profesor Leonid Hernández Sánchez, quien forma parte del grupo de debate Amarillo y Medio en Telegram. 

"Esta juventud no encuentra el camino dentro de la plataforma oficial y abren sus propios espacios de interacción y en eso ayuda muchísimo el internet", dice Hernández, quien fue por 14 años profesor en la Universidad Central de las Villas y tuvo entre sus alumnos a Saily González Velázquez, parte del grupo Archipiélago que impulsa la marcha del 15N.

Hernández dice que en Cuba "se está dando un proceso de divorcio generacional hacia arriba. Hay un fenómeno de dominó: los jóvenes están jalando a los más mayores, incluso personajes de la oposición tradicional cubana ya están escuchando el discurso nuevo. Los jóvenes convencen con sus contundentes argumentos a las generaciones comprometidas hasta los días de hoy. Ya encuentras personas que dudan o totalmente desprendidas".

"Desde los años 90 hacia acá, el discurso oficial ha ido a peor y estas personas han ido sacando cuentas, se han percatado de que no va a ver mejoría en una Cuba próxima, de cosas que pasan tras bambalinas en el poder: cómo se reparten el poder, que es una oligarquía la que está mandando, que (Miguel) Díaz-Canel es un títere de la dictadura, un hombre que ejerce el oficio de presidente porque le toca no porque existe una convicción real tras ese oficio", dice Hernández, quien es Doctor en Filosofía y profesor de Historia de Cuba con especial énfasis en la etapa colonial.

"El discurso del régimen cubano está desgastado, aunque ellos están tratando de ganar tiempo constantemente: salió Luis Alberto López-Calleja como diputado a la Asamblea Nacional por Remedios, un municipio que no tiene ni la menor idea de dónde está en el mapa cubano. Están preparando su movimiento, no creo que a Díaz-Canel le quede mucho más, ha perdido toda la credibilidad y ellos van a preparar un cambio en Cuba. Escuchas el discurso de Fidel Castro cuando la crisis de los 80 y es el mismo de la crisis de los balseros de 1994: el discurso de la división. La dictadura no ha podido reciclarse, no ha querido adaptarse a los nuevos tiempos", comenta.

Sin embargo, Hernández reconoce que "todavía tienen apoyo dentro de Cuba, hay muchos jóvenes que apoyan la dictadura cubana. Hay un sector de la juventud que los apoya y está dispuesta a reprimir a los otros. Me preocupa que a la larga se de un enfrentamiento civil".

Los jóvenes que alzan su voz pese a la negativa a dialogar del régimen

Leonid Hernández Sánchez lleva seis años fuera de Cuba y explica que sus antiguos estudiantes contactaron con él para que ayudara en el grupo Amarillo y Medio, uno de los espacios en redes sociales donde los jóvenes intercambian ideas.

"Cuando empezamos con Amarillo y Medio, en el espacio las observaciones eran bastante conservadoras, había miedo, timidez... Ahora no, se meten y se atreven a plantear cuestiones que a veces yo digo se han adelantado y filosóficamente se van por encima. Eso funciona, en parte, porque existe una oligarquía que presiona. Si la oligarquía hubiese sido inteligente y hubiese dialogado pues el pensamiento de estos jóvenes no iría hacia allí, hubiese ido hacia otra dimensiones", dice en referencia al diálogo negado por el régimen desde el 27 de noviembre de 2020. 

"La dictadura nunca va a dialogar porque ella misma ha levantado barreras entre ella y esta juventud. Es apoteósico lo que están haciendo con estos muchachos, los están desprestigiando, están cometiendo asesinatos de carácter, de honor. Eso a la larga es bueno porque funciona como catalizador del proceso de radicalización del pensamiento de estos muchachos", señala. 

A Hernández le llama la atención el cambio del discurso del dramaturgo Yunior García Aguilera, uno de los líderes de Archipiélago. "García ya habla del poder en términos como dictadura y te das cuenta que cuando se utiliza esa palabra dices que hay un abismo entre nosotros y ellos. El 15N va a ser decisivo en ese proceso de maduración porque va a ver un antes y un después".

Hernández dice que los jóvenes cubanos antes del 15N "están tratando de buscar su reflejo en la Historia y ahí es donde entramos algunos que estamos en Amarillo y Medio y estudiamos un poco de Historia y le explicamos que ha sido secuestrada por el sistema. Para muchos de estos jóvenes compararse con Rubén Martínez Villena, Antonio Guiteras, José Martí, Máximo Gómez o Abel Santamaría es ser 'cheo' y a veces significa pactar con esa Historia que le han dado mal contada. 'Si tomo como paradigma a Santamaría, un tanto que estoy pactando con la dictadura porque es un personaje de ellos'. Y hay que decirles 'mira, no. Cuidado, Abel Santamaría o José Antonio Echeverría no son personajes de la dictadura, son personajes que la dictadura ha secuestrado para sí'". 

"Buscan la legitimidad, sobre todo ante la próxima marcha del 15N. Veo, incluso, que a los líderes les pasa, a Yunior, a Saily, los líderes de Archipiélago constantemente se cuestionan cuáles son las repercusiones, las consecuencias y en qué medida pueden convertirlos en personajes negativos dentro de la contemporaneidad histórica de la Nación. Es muy fácil mantenerte dentro del status quo y muy difícil romper las barreras. La palabra revolucionario y el término Revolución lo han secuestrado este grupo de oligarcas, pero existe en las letras españolas y está muy bien definido, no tuvo que venir un señor a definirlo (Fidel Castro) y ustedes son los nuevos revolucionarios, son la gente que están moviendo las ideas y convirtiéndolas en acción en Cuba", les dice. 

¿El 15N en Cuba?

"El 15N terminará desgraciadamente en una avalancha represiva enorme contra la juventud cubana que a la larga va a funcionar como un catalizador del proceso de la nueva Revolución en Cuba", como sucedió con las protestas del pasado 11 de julio, dice Leonid Hernández Sánchez.

"Yo le digo a la gente '¿por qué te asombras del 11J? Lo que se dijo el 11J era lo que se hablaba en las paradas de guagua, en las colas de la bodega: libertad, comida, garantías democráticas. El cubano hablaba de 'la cosa'. El 11J esa conversación se convirtió en un conflicto declarado y la gente salió a la calle a decirlo públicamente. La dictadura sabe ya, el conflicto se declaró. Está tomando medidas contraproducentes para resolver ese conflicto. Pero el 15N ya el conflicto es diferente". 

Hernández dice que "ya el 15N no es una protesta que parte de presupuestos económicos, es política. Vamos a la calle a resolver los problemas que quedaron pendientes el 11J, aunque a la larga tiene su esencia en el factor económico".

El profesor teme que con la apertura del turismo en Cuba, el mismo 15 de noviembre, "la dictadura esté buscando la forma de adecentar el proceso llevando a la gente a la rutina anterior al Covid-19. Me preocupa que haya un proceso de duermevelas en estos muchachos. El sistema lo enajena en la cola del pollo, en las tiendas en MLC (moneda libremente convertible), en resolver un poco de papel sanitario, entonces usted se olvida de lo que está pasando más allá de sus necesidades básicas. Y que Yunior se convierta en una Isla, Saily en otra Isla y la gente se disperse y que los que queden en estos grupos sean los que están fuera de Cuba".

Hernández dice que el 15N saldrán a la calle en Cuba "los que han entendido que es necesario cambiar porque sufren el sistema porque muchos lo interiorizaron pero no lo sufren. El que no lo sufre no sale a la calle a poner la espalda para los palos. Algunos le dicen a su prima '¿para qué vas a salir si yo te mando dinero todos los meses?' Está pasando y esa prima no va a salir". 

"Sí creo que el 15N habrá quórum, pero no tanto como el 11J. Con tres personas que salgan a la calle, son tres cubanos que están pidiendo libertad y democracia, con eso basta. No dijo aquel (Fidel Castro) que con 12 bastaban para hacer la independencia de Cuba, pues nada, con tres también es suficiente", concluye.