De las 100.916 viviendas en construcción en Cuba en 2020, 60.908 están paralizadas. De ellas, la mayoría de las que no avanzaron corresponden a las que se erigen por esfuerzo propio de la población.
Según arroja un informe sobre la situación del sector publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), son 11.460 las casas en proceso constructivo a cargo de empresas estatales, y 89.456 por las familias.
A pesar de lo anterior, de las 32.874 viviendas terminadas en 2020, corrieron a cargo de la población el 57,8% y al Estado el 42,2%, con las provincias de La Habana, Holguín, Santiago de Cuba y Villa Clara como las que tienen más nuevos inmuebles.
En cuanto a las casas terminadas por esfuerzo propio, destacaron en 2020 Holguín, Villa Clara, Matanzas y Guantánamo.
La cifra de viviendas finalizadas en el año finalizado es muy inferior a las 44.566 terminadas en 2019, pero superior a las 30.437 de 2018 y 21.827 de 2017, según la ONEI.
Como ha sido habitual en los últimos años, cuando la mayor parte de las inversiones estatales han ido dirigidas a la erección de hoteles, más de la mitad de las terminaciones correspondió entre enero y diciembre de 2020 a los "servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler".
Pese a la pandemia del Covid-19, en ese sector se invirtieron 3.196 millones de pesos, más que los 3.095 de 2019, según la ONEI. Esa cifra es gigantesca comparada con la inversión de 709,1 millones de la Industria manufacturada, sin incluir a la Industria azucarera, y los 540,9 del sector de la Construcción, los que le siguen en orden descendente.
En 2020 el déficit de producción de materiales de construcción se acentuó. Según las cifras oficiales, solo se superó la producción de 2019 de arena calcárea y piedra triturada. Materiales como las barras de acero corrugadas, los bloques de hormigón, el cemento gris, el prefabricado de hormigón, los techos metálicos y las tejas acanaladas de asbesto cemento quedaron muy por debajo de lo producido anteriormente.
Con tales cifras, vuelve a incumplirse la promesa hecha en 2019 por Miguel Díaz-Canel de conseguir que cada municipio del país construyese una vivienda por día, lo que resolvería uno de los mayores problemas que sufren hace décadas los cubanos en un plazo de diez años.
Dentro de ese plan, la construcción de viviendas para personas vulnerables (núcleos disfuncionales, con personas discapacitadas o ancianos enfermos) se incumplió en 2020 en más de 12.000 unidades.
Recién en mayo, el Consejo de Ministros aprobó nuevas normas jurídicas para el otorgamiento de financiamiento a las madres, padres o tutores legales con tres o más hijos menores de 17 años para la construcción, rehabilitación, ampliación o remodelación de viviendas, que incrementó el monto a otorgar a partir del alza de los precios de la llamada "Tarea Ordenamiento", pero redujo a seis meses el plazo para la ejecución de la obra.
En 2020, el Gobierno solo había dado solución al 4,7% de los casos de este tipo, según datos publicados por el periódico oficial Granma.
De acuerdo con las autoridades, en 2021 deben terminarse o asignarse 28.679 inmuebles para esas personas.
En los últimos tiempos numerosas mujeres con niños pequeños y en condiciones deplorables de vivienda han ocupado locales estatales abandonados, sobre todo en La Habana, que concentra la mayor población del país, con un fondo habitacional deteriorado y muchos edificios en peligro de derrumbe.
