Los cubanos denuncian constantemente en las redes sociales dificultades, no solo para encontrar medicamentos incluso para enfermedades fáciles de tratar, como la sarna, sino también para conseguir asistencia médica, sobre todo especializada.
Cifras oficiales divulgadas recientemente en Santiago de Cuba muestran que esas denuncias son fundadas.
En esa provincia, todos los servicios hospitalarios se deterioraron drásticamente durante 2020, según un estudio del Grupo Asesor del Consejo de Defensa Provincial, que alertó a las autoridades sobre la necesidad de revertir esa situación.
El doctor Luis Eugenio Valdés García, jefe del grupo de académicos, reconoció durante una comparecencia televisiva que en el territorio "se dejaron de ofrecer más de 400.000 consultas de urgencia y 12.000 cirugías de abdomen y tórax, lo que representa una disminución de un 30% en comparación con las realizadas durante el último quinquenio".
La propagación del Covid-19, unida a la escasez de insumos y medicamentos, fueron causas esgrimidas para dejar de realizar 23.000 ingresos, 8.000 cirugías menores, 1.300.000 determinaciones de laboratorio clínico y 200.000 pruebas de microbiología relacionadas con exudados y otros exámenes.
Según el experto, el negativo impacto provocado por el desbalance sanitario se refleja en los 65.000 estudios radiológicos, las 6.000 mamografías y 9.000 tomografías axiales computarizadas que se suspendieron en los 18 hospitales, 42 policlínicos y diez hogares maternos de la provincia.
En materia de trasplantes de córnea y riñón, solo se consumaron siete de los más de 30 que se hacen por año, mientras que los servicios de rehabilitación quedaron al garete, con 2.500.000 tratamientos, medio millón de consultas y 26.000 pacientes dejados de atender y que no pudieron recuperarse.
Al referirse a los servicios estomatológicos, Valdés García corroboró que están entre los más deprimidos. "Las estadísticas reflejan que 1.200.000 consultas y 16.000 extracciones no se hicieron", en buena medida por falta de previsión.
A juicio de Valdés García, este desfavorable panorama dispara "el estrés, la frustración, el miedo y los niveles de incertidumbre de la población, que experimenta una sensación de desatención", mientras las autoridades no controlan los rebrotes de Covid-19 y la improvisación agrava el riesgo epidemiológico.
El también miembro emérito de la Academia de Ciencias de Cuba declaró que el grupo de trabajo recomendó al Consejo de Defensa no precipitarse a abrir el transporte en Santiago de Cuba, criterio que fue ignorado e influyó en que aumentaran los contagios de Covid-19 como resultado del hacinamiento y el desorden.
Valdés García explicó, por otra parte, que la baja incidencia que tuvo el coronavirus en las provincias orientales de marzo a noviembre de 2020 respondió a que, de los 330.000 viajeros que arribaron a la Isla, el 80% lo hizo por el occidente del país, mientras que a partir de esa fecha el panorama cambió y la pandemia se extendió en la región.
Parece que el tal Valdés García es pagado por la CIA
para desprestigiar el sistema de salud
Y deja que desembarquen los turistas rusos…