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Covid-19

El Gobierno de Santiago de Cuba propicia el desorden sanitario

La calle Enramadas y el Teatro Heredia son los principales focos de propagación en la ciudad.

Santiago de Cuba
Calle Enramadas, en Santiago de Cuba.
Calle Enramadas, en Santiago de Cuba. Diario de Cuba

La calle Enramadas y el Teatro Heredia son los principales focos de propagación de Covid-19 en la ciudad de Santiago de Cuba. En estas áreas el Gobierno permite la concentración de miles de personas, violando los protocolos y las medidas de contención sanitaria.

Esto ocurre cuando el territorio vive el peor momento del coronavirus. Solo en el mes de febrero reporta más de 2.500 contagiados y unas 40.000 personas tienen restricción absoluta de movimiento.

El desorden contrasta con el desespero de los funcionarios, que intentan frenar la propagación del virus en medio de un contexto en el que la economía toca fondo y el sector empresarial es incapaz de reanimar la producción y paliar el hambre de un pueblo que todos los días debe salir a la calle a buscar comida.

Miles de fotos y comentarios circulan por las redes sociales en contra del levantamiento de la cuarentena en la calle Enramadas, pues aunque algunos lo consideraron irracional en medio del desabastecimiento y los precios excesivos, la mayoría coincide en que resulta clave para contener la pandemia en la ciudad.

Por esa arteria transitan diariamente unos 80.000 habitantes para resolver trámites de primera necesidad, como el pago de la electricidad, las ofertas de trabajo y las operaciones bancarias.

Con el propósito de atenuar los tumultos frente a los bancos, la Intendencia trasladó parte de las operaciones hacia el Teatro Heredia, entre ellas la entrega y confección de las tarjetas de Moneda Libremente Convertible y los trámites empresariales.

Allí el descontrol propicia las indisciplinas y favorece la dispersión del virus. En varias oportunidades esa institución cultural ha sido cerrada porque algunos trabajadores han resultado positivos al Covid-19.

Luis Manet Lahera, director de Higiene y Epidemiologia advirtió en una reciente comparecencia televisiva que las medidas de contención solo serán eficaces "si el pueblo las asume y eleva su percepción del peligro". Pero las condiciones en las que vive ese pueblo no ayudan.

Por otra parte, "de los 7.058 turistas que arribaron por el aeropuerto Antonio Maceo desde el 4 de noviembre a la fecha, 238 resultaron positivos y, de ellos, solo 80 fueron detectados a la llegada; el resto con el PCR del quinto día", admitió el funcionario. Añadió que 298 viajeros se mantienen en vigilancia en los hoteles de Santiago de Cuba.

La populosa intersección de Trocha y Cristina, el barrio Los Cangrejitos, la Terminal Intermunicipal de Calle 4 y casi todas las manzanas de Los Olmos y Sorribe también fueron acordonadas y aisladas al público.

Hacia el área del Micro 7, del Distrito José Martí, se trasladó el escenario del desorden. Allí se violan la restricción de movimiento y el resto de los protocolos, pese a que a diario son ingresados decenas de infestados, contactos y sospechosos.

Victoria, una de las enfermeras, aseguró que "varios médicos se contagiaron y nadie ordena el alboroto", mientras que Daniela denunció que su abuelo Alberto se descompensó porque no le dieron ni comida, ni medicinas cuando lo ingresaron en la Facultad Nº2 de Medicina.

"A huevo hervido y tortilla, nos mantuvieron por espacio de dos semanas", reveló Elsita al salir del Hospital Infantil Norte. "La comida mejoró por el bateo que dieron los familiares en el Partido".

El periódico Sierra Maestra reconoció en su edición impresa del sábado 13 de febrero que un estudio realizado a más de 40 niños cubanos demostró que "uno de cada cinco menores infectados por Covid-19 quedaron con daño cardiovascular, siendo la adolescencia la edad de mayor vulnerabilidad".

Según la pediatra Lisset Vega, algunas de las alteraciones que ocasiona la Covid-19 son "la inflamación del músculo cardíaco o miocarditis, la pericarditis, las arritmias y la hipertensión arterial", las cuales pueden aparecer "durante la infección viral o en la fase recuperación".

Alarmado por el tema, el doctor Luis Eugenio Valdés, jefe del Grupo Técnico Asesor del Consejo de Defensa, escribió un artículo en el que aseguró: "Posterior al período de convalecencia, las personas pueden quedar con secuelas en el pulmón, el corazón, el riñón y el cerebro" o sufrir un accidente vascular encefálico "con parálisis de una parte del cuerpo o trastornos del lenguaje".

El especialista confirmó que el Grupo Asesor evaluó "a pacientes que han padecido coronavirus en Santiago de Cuba, e identificado que un número no despreciable de ellos refieren el mantenimiento de síntomas que se corresponden con el Síndrome Post-Covid".

Entre las señales "a largo plazo" figuran fiebre, malestar general, anorexia, pérdida de peso, sudoración profusa, escalofríos, dolor toráxico, expectoración continua, taquicardia, depresión, insomnio, náuseas, vómitos, diarrea, intolerancia alimentaria, alteraciones hepáticas, calambres, hipoacusia y daños renales que requieren de diálisis peritoneal.

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