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tecnología

Ingenieros cubanos experimentan con drones de madera, chatarra y plástico

Se trata de un grupo llamado Alasoluciones, formado por cinco ingenieros y tres técnicos.

La Habana
Uno de los ingenieros cubanos sostiene un dron con forma de ave.
Uno de los ingenieros cubanos sostiene un dron con forma de ave. AFP

Un grupo de ingenieros cubanos trabaja en la fabricación de drones de madera, chatarra y plástico, como una "alternativa local y barata" en comparación con la tecnología fabricada en el extranjero, reportó AFP.

El 80% de equipo es fabricado a mano, principalmente en talleres improvisados instalados en las casas de los ingenieros, que tienen que arreglárselas con los materiales y las piezas más básicas.

Gran parte de la madera utilizada procede de árboles talados en los parques cercanos a su domicilio.

"Hemos sido obstinados en mantener nuestro deseo de resolver los retos", afirmó a la agencia de prensa Ernesto Aragón, de 50 años, miembro del conjunto de drones Alasoluciones, formado por cinco ingenieros y tres técnicos.

Estos retos incluyen la búsqueda de material, la superación de contratiempos técnicos, pero también las leyes contra el comercio privado en la Isla, donde casi todo está dirigido por el Partido Comunista de Cuba (PCC).

Tecnología propia

Algunos días el equipo trabaja en el garaje de Aragón, entre los campos de arroz y ajo de San Nicolás de Bari, un pueblo de unos 20.000 habitantes situado a 70 kilómetros al sureste de La Habana.

Un Ford Fairlane de 1958 de color chocolate sirve de transporte, superficie de trabajo y taller móvil cuando el equipo prueba sus pájaros mecánicos en el exterior.

Tras cuatro años de proyecto, los ingenieros han conseguido desarrollar drones que funcionan de forma autónoma desde el despegue hasta el aterrizaje.

El Gobierno los ha utilizado para ayudar a los agricultores en la observación de cultivos, así como para inspeccionar líneas de gas, instalaciones eléctricas y torres de comunicaciones.

El equipo también tiene un encargo del Gobierno para proporcionar un gavilán mecánico que ahuyente a los pájaros en el aeropuerto internacional de Camagüey, aunque este proyecto ha quedado en suspenso debido a la pandemia de coronavirus.

Irónicamente, aunque haya encontrado un cliente en el Gobierno comunista, el equipo de Alasoluciones ha tenido que luchar contra la burocracia cubana.

Según la ley del Estado unipartidista, los negocios privados están prohibidos y el equipo no ha podido registrar una pequeña empresa con ánimo de lucro. Hasta ahora.

Sustitución de las importaciones

En febrero de este año, el Gobierno anunció que autorizaría a los particulares a registrarse como empresarios privados en lugar de empleados del Estado en más de 2.000 sectores económicos que antes estaban estrictamente bajo control gubernamental.

Y en un congreso del PCC para elegir a sus dirigentes la semana pasada, el Primer Ministro Manuel Marrero dijo que se estaban ultimando las normas para permitir el registro de pequeñas y medianas empresas (PYME) en un intento de impulsar la innovación en la Isla.

Mientras tanto, el año pasado, el Gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel creó un "parque industrial de ciencia y tecnología" en La Habana.

Funciona como una empresa comercial estatal para estimular el desarrollo tecnológico a la espera de la nueva ley.

Los empresarios "tienen soluciones que pueden sustituir las importaciones", dijo el jefe del parque, Rafael Torralbas, a la televisión local. Cuba importa el 80% de lo que consume.

Mucho potencial

Alasoluciones es una de las empresas que ha ocupado un lugar en el parque, "para que cuando salga la ley de PYMES, estemos listos" para registrarnos como tal, según afirmó Erick Carmona, director general del grupo innovador, de 35 años.

Los ingenieros pagan al parque el 10% de sus ingresos, a cambio, reciben ayuda para la importación de piezas y una exención del pago de impuestos y derechos de importación durante cinco años.

A pesar de tener ahora un taller en el parque industrial de La Habana, los miembros del equipo de Alasoluciones siguen trabajando a menudo en casa, lejos de la capital.

Uno de ellos, Deyvi Pastrana, de 50 años, es un hombre de pocas palabras, pero de gran habilidad. En su patio, construye chasis de drones con madera, fibra de vidrio y resina.

Es "un ejemplo de uso de materiales reciclables", dijo a AFP, mostrando un molde de madera que utiliza para dar forma a una pieza de hardware con una pistola de calor.

En un aeropuerto abandonado de San Nicolás de Bari, el equipo prueba su dron gavilán, ante la admiración del presidente del club de aviación de la Isla, René González.

"Se están aventurando en una actividad que tiene mucho potencial para la economía de cualquier país", afirmó.

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4 comentarios

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Bah chatarra teledirigida,con poca eficiencia de baterías, y lo mejor que no tienen que botarlos en la basura cuando se estrellan....

Triste que estos ingenieros talentosos pasen tantos trabajos.
Solo 38 años para el 2059. Con el turismo y la libertad alcanzaremos el nivel de 1959.
El comunismo es el camino mas difícil entre el capitalismo y el capitalismo.

Sí los drones en Cuba están prohibidos por la dictadura cubana

¿Este señor está en La Habana o está en un aeropuerto en Serbia abandonado por la guerra... o en un reclusorio de dementes? ¿Algún lector puede identificar de qué ruinas se trata este llugar?