El Gobierno de La Habana decretó una disminución de un peso del precio del menú que vende en los comedores del conocido como Sistema de Atención a la Familia (SAF), cuyo costo tras el inicio de la llamada Tarea Ordenamiento provocó las quejas de los cubanos, en especial de ancianos y personas que viven en situación precaria y que suelen comer allí.
Una resolución del 22 de enero último de la Dirección Provincial de Finanzas y Precios de La Habana dejó sin vigor otra del 13 de enero en la que se establecían los precios para tales alimentos.
Ahora las comidas oscilan entre los seis y los 12 pesos. La primera oferta incluye arroz con mortadella, sopa de arroz, vianda hervida y ensalada de hortalizas. La segunda y más cara tiene moros y cristianos, cerdo asado, vianda hervida y ensalada de hortalizas.
A inicios de enero, la ministra de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, Marta Elena Feitó, había dejado entrever que esos precios se quedarían como estaban, pese a las quejas de jubilados y asistenciados. "Los precios oscilan entre ocho y 13 pesos. Eso es lo que está establecido", dijo Feitó en esa ocasión.
Asimismo, el Gobierno capitalino modificó en diferentes cuantías los nuevos precios de las cafeterías, los parqueos estatales, los comedores obreros y el pan de fiesta. No está claro si la resolución, que estará vigente para La Habana, podría ser efectiva además en otros territorios.
Tras anunciarse los precios de la Tarea Ordenamiento del SAF, Marta Elena Feitó reconoció que los ancianos dejaron de ir a los comedores, en los que hasta diciembre de 2020 pagaban un peso por las comidas, y comentó que un grupo del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) está revisando la situación en los alimentos, "que requieren de calidad en lo que se esté ofertando".
En algunas provincias, como Granma, el precio de la comida del SAF llegó a los 17 pesos y la calidad continuó siendo pésima. En Santiago de Cuba llegó a costar 26 pesos (almuerzo más comida).
"Lo de las comidas es un atraco, pues además de lo que le roban a las raciones, una posta de pollo la cortan en tres pedacitos y el picadillo son tres granitos con agua; está mal elaborada, sin especies, ni grasa, son unos ladrones", dijo Perucho, de 55 años, jubilado por una discapacidad, a DIARIO DE CUBA.
"Lo que no puede pasar es que alguna de estas personas no vaya porque tiene un alto precio y entonces no almuerce o no coma. A esa persona hay que protegerla (...) Lo que queremos es que todos los adultos mayores, que estaban asistiendo al SAF, continúen asistiendo", dijo Feitó, quien sostuvo que "si es insolvente económicamente, la asistencia social puede asumir ese gasto".
Sin embargo, la funcionaria relativizó la responsabilidad del Estado, diciendo que el Sistema de Atención a la Familia "no es un servicio dirigido a las personas con insuficiencia de ingresos. Está dirigido a personas que tienen limitaciones para elaborar los alimentos de manera independiente".
"Hay pensionados de la Seguridad Social que son solventes económicamente, hay beneficiarios de la asistencia social, hay embarazadas. Eso es una protección que se brinda porque existen personas mayores a las que les cuesta trabajo cocinar, no ven bien, se queman, viven solos", afirmó.
En Cuba, 76.810 personas asisten a los comedores del SAF y 12.018 son subsidiados por la Seguridad Social, según los datos oficiales.
El economista Roberto Álvarez Quiñones opinó en DDC que el reordenamiento económico es "la peor terapia de choque 'neoliberal' que se ha aplicado nunca en América (...) La revolución 'de los humildes y para los humildes' proclamada por Fidel Castro en 1961 siempre fue un gran embuste, pero ahora lo es aún más con el neoliberalismo 'revolucionario' y 'socialista'".