Jubilados cubanos entrevistados por el medio oficial Periódico26 de Las Tunas se quejan de la calidad y los nuevos precios de los alimentos que ofrecen los comedores sociales, adonde acuden los inscritos dentro del denominado Sistema de Atención a la Familia (SAF).
Roberto Peña, con una "situación económica compleja", muestra un papelito con sus cuentas personales y asegura que "los números no dan".
"Me parece que los precios no están acorde a nuestras entradas. La sopa tiene cuatro fideos y vale tres pesos y pico, eso está muy caro. No todos los viejitos tenemos las mismas condiciones. Con mi chequera no me alcanza para todo, yo también me tengo que pelar, afeitar, arreglar mi bicicleta, comprarle una goma una vez al año", cuenta.
"Ya decidí que solo voy a poder almorzar o comer, no las dos cosas", agrega el anciano.
Julián, de 80 años, con un bastón como extensión de su brazo izquierdo, dice: "Yo tengo una chequera con la que me alcanza para vivir, la verdad no hago grandes gastos, salvo el café que no puede faltarme varias veces al día".
"Hace años que busco el almuerzo y la comida al 'mercadito de la familia'. Muchas veces lo que llevo en la cazuela no tiene ni la mínima calidad, pero como era barato uno no echaba a verlo, ahora con un precio mucho más alto no debería ser igual", añade.
"He escuchado todo lo que se dice por la Mesa Redonda y los programas locales y me preocupa qué se va a hacer para garantizar que se cocinen los alimentos como se debe y me pregunto si ya no vamos a recibir el pollo o la carne de cerdo que nos ofertaban en algunas ocasiones porque haría muy caro el precio", se pregunta.
Según el medio oficial, que no entra en detalles de cifras, la provincia de Las Tunas ha experimentado una reducción considerable de los comensales adscritos a esta modalidad desde que inició enero y arrancó la denominada Tarea Ordenamiento.
En el SAF El Algarrobo, Lourdes Ávila, cocinera del mercadito habla de las limitaciones que enfrentan a la hora de confeccionar un buen menú.
"La calidad de la comida no es la mejor. No tenemos las condiciones creadas para echarle a los platos lo que realmente llevan. Hay pocos ingredientes. Incluso, muchas veces traemos nosotros de la casa algún cebollino o ajo para darles una mejor sazón a los alimentos. Ahora mismo lo único que tenemos es colorante", dice.
"Yo empiezo a cocinar todos los días a eso de las 6:00AM para que el almuerzo esté a las 11:00. Me toca lidiar con el carbón que hace más difícil el trabajo. Escucho a los viejitos hablar y, sobre todo, se quejan de la poca variedad de platos fuertes más que de la calidad o el precio", según cuenta.
Luis Manuel Páez, director de Gastronomía del estatal Grupo Empresarial de Comercio en la provincia, admite que en estos momentos no cuentan "con todas las materias primas como puré, tomate, variedad de especias para cocinar como es debido".
Dice que en la conformación de los nuevos menús han "previsto que se logre el balance para que entre almuerzo y comida no exceda los 26.00 pesos".
"Otra variante que se ha adoptado es extender las carnes y confeccionarlas con arroz o sopas y así también bajamos los precios. De cualquier manera, la calidad tiene que ser una garantía y hay que conversar con los comensales y preguntarles cómo prefieren los productos, qué es lo que van a consumir y qué no", afirma.
Como parte de la llamada Tarea Ordenamiento, la pensión mínima subió apenas a 1.528 pesos, mientras el salario mínimo a 2.100 pesos. En ambos casos, los ingresos siguen siendo insuficientes para cubrir los gastos en Cuba por la subida de los precios, tanto estatales como privados.
Los jubilados cubanos, muchos de ellos ancianos con enfermedades crónicas, tienen que pagar otro tanto en medicamentos, muchos de los cuales también han elevado sus precios.
Estos tembas defendían aquello a capa y espada ahora que recojan el fruto de su esfuerzo por chivatientes cederistas, yo no siento pena por ellos pues cuando el Mariel ellos no la sintieron conmigo que se jodan.