Tribuna, periódico del PCC capitalino, en un reportaje titulado "Grandes esfuerzos en La Habana para garantizar ofertas de alimentos para fin de año", narró como Torres Iríbar, primer secretario del PCC en la urbe, resaltaba "el esfuerzo del Estado y la Revolución para producir y mantener el desarrollo de varios sectores en medio de serias limitaciones económicas".
Como tras leer estas declaraciones alguien podría pensar que Miguel Díaz-Canel y sus ministros se habían iniciado como agricultores, el gobernador provincial, compañero García Zapata, aclaraba en el mismo reportaje que se referían al esfuerzo de "varios organismos, empresas y ministerios para acopiar niveles de alimentos que serán vendidos a la población a partir del 20 de diciembre".
Esto significa, ni más ni menos, que hay empresas y ministerios que están almacenando comida, con la consecuencia de que ahora estén vacíos —más vacíos— los agros y las tiendas, para, a final de año liberarla y darles a los habaneros un alegrón, es decir, otro alegrón aparte de celebrar un aniversario más del triunfo de la revolución. ¿Recuerdan lo de "31 y pa'lante"? Pues ya lo duplicamos.
Hace varios años que el Gobierno cubano escogió como meta producir 30 libras mensuales de productos agrícolas —viandas, hortalizas y frutas— por cada habitante del país. No es una meta muy ambiciosa. Significa que el día que comas dos plátanos ya no podrás comer lechuga. Si ingieres un tomate solo tienes derecho a medio mango, y si adquieres una calabaza, olvídate de otra cosa durante dos semanas.
Lamentablemente, tan modesto propósito aún no ha podido alcanzarse, seguramente por culpa del Covid-19, Trump y aquel ciclón que pasó en 1926. La improductividad de la agricultura cubana es sencillamente desconcertante.
Aunque es muy difícil, intentemos explicar cómo un país que era líder mundial en el sector agrícola hoy no tiene que comer, y observa con cierta vergüenza como todo un Héroe de la República está abogando por la siembra de una piña por CDR.
Un trabajador agrícola cubano produce anualmente 15.000 libras de alimentos, mientras uno español llega a 167.000 libras y uno francés supera las 445.000 libras al año. Por cada libra que produce un "guajiro natural", el agricultor español produce 11 y el francés llega a casi 30.
Si lo medimos por valor total de lo que produce cada uno, encontramos que, debido a la calidad y el valor agregado acumulado en el producto agrícola final de España y Francia, cada agricultor allá produce anualmente 56.000 y 90.000 dólares respectivamente, mientras que la producción del cubano está valorada en solo 3.600 dólares al año.
Estas diferencias tan notables no se deben a defectos genéticos o a que sean extraholgazanes los campesinos cubanos, sino a la diferente cantidad de capital invertido en agricultura —tractores, maquinarias, fertilizantes— y a los diferentes sistemas de propiedad imperantes: castrismo versus libertad.
Hace unos pocos días, el ministro de Agricultura cubano afirmaba que, para garantizar las 30 libras per cápita mensuales, el país necesita unas 154.000 toneladas de viandas, hortalizas y frutas. Para noviembre, el total disponible de dichos alimentos en la Isla es de 100.000 toneladas. "Aún nos faltan más de 50.000 toneladas de productos que no tenemos producidas", reconoció el ministro (en muy mal español).
En noviembre La Habana tendría a su disposición —según cálculos del Ministerio de Agricultura— 15.000 toneladas, de las 29.000 que necesitaría para garantizar las 30 utópicas libras, ¡solo la mitad! Y, aun así, "varios organismos, empresas y ministerios van a acopiar" para fines de diciembre.
Calculando a partir del dato ofrecido por el Ministerio de Agricultura encontramos algo verdaderamente inaudito. Las 29.000 toneladas que dicen necesitar, si se convierten a libras son 63,8 millones, que distribuidas entre los 2,13 millones de habaneros toca efectivamente a 30 libras per cápita, pero… ¿y la merma?
Cuba es un país tropical —caluroso, húmedo y lleno de moscas— donde no hay infraestructura de frío para conservar tal volumen de alimentos. Respecto a la transportación —con muy pocos camiones— de las mercancías desde la tierra a la mesa, ¿cuánto se perderá? ¿No debieron hacer un estimado y tener esto en cuenta?
Increíblemente, las 30 libras no se calculan llegadas al consumidor, sino que son el total bruto con el que cuenta la provincia. Lo que se pudra, se dañe, se pierda, pues no es problema del Estado. Ni cuando se produzcan las 30 libras mensuales podrán los cubanos contar con ellas.
Parece que ese "esfuerzo del Estado y la Revolución" del que habla el artículo de Tribuna no será suficiente. Quizás para compensar, efectivamente Díaz Canel y sus muchos ministros deberían dedicarse a la agricultura, y dejarnos el país.
La captación y distribución está asegurada, Acopio se encarga de ello
con su eficiencia acostumbrada
Al que por su gusto muere ,,,,que la muerte le sepa a gloria,,,,
Como todos los planes absurdos que preparan este sera otro mas condenado al fracaso, y de nuevo la culpa la tendrá el enemigo.
"Habaneros,
coman viandas
Y en la plaza nos veremos
dando vivas al castrismo,
este nuevo día primero...
Porque otra cosa no le queda
a ese pueblo tan carnero"
De lo que si hay atracones diarios es de mierda porque esto mismo , mismito, es más de lo mismo... bla, bla, bla... el sistema socialista NUNCA HA FUNCIONADO EN NINGUNA PARTE DONDE SE HA EXPERIMENTADO. Liberen la economía y verán .
El régimen tomó esa iniciativa, porque sabe que a los habaneros les falta poco por caer en una huelga de hambre debido a la escasez de alimentos. Y esto sí les traería mayores dolores de cabeza que los de la huelga del movimiento San Isidro.
Para los habaneros, claro ellos el día primero de enero irán a la plaza a dar vivas a la robolucion. Los demás cubanos que coman marabú y caguen espinas.