El acordonamiento de varios portales debido a la presencia de más de una tienda impide al transeúnte despistado percatarse de que nueve familias residentes en Monte 714 entre Carmen y Rastro, en Centro Habana, llevan dos semanas en la calle, producto de un derrumbe de un techo interno de la edificación.
"Estamos durmiendo en un local cercano que nos habilitaron, esa ha sido la única atención de las autoridades desde que el techo de la presidenta del CDR se viniera abajo por las intensas lluvias y tuvimos que salir todos a la calle porque afectaba nuestras casas. También nos traen comida, muchas veces tarde y mal elaborada", cuenta a DIARIO DE CUBA Marisol Pérez, una de las afectadas.
"En lo concreto seguimos sin respuesta de qué harán con nosotros y dónde nos ubicarán, aun cuando hay menores de edad y personas muy mayores. Todos los días permanecemos aquí a la entrada de la edificación a ver que deciden finalmente las autoridades con nosotros", señala Raimundo Álvarez, otro de los residentes en el edificio.
A los seis días de permanecer en esa lamentable situación otro de los afectados Reinides Chala señaló en su perfil de Facebook: "Todo es una mentira... Ya casi una semana y nadie tiene una respuesta, ¿Dónde están los derechos humanos? ¿Dónde está la atención pública? ¿Es necesario que un niño de siete años duerma en la calle (…)? Necesitamos una respuesta".
Chala borró más tarde esa publicación donde fustigaba la inacción de las autoridades ante el desamparo que aún padecen.
En una situación similar permanecen casi 50 familias más en otras zonas de la capital, como las de la calle Prado 567, en La Habana Vieja, y los residentes de un edificio ubicado en la esquina de Lucena y San Rafael, en Centro Habana.
Muchos de ellos duermen en locales improvisados y hacen sus necesidades básicas en casas de vecinos o amistades, con sus pertenencias atrapadas entre los escombros o en los portales exteriores a la espera de una solución de las autoridades que no llega.
La crítica situación de la vivienda en Cuba no ha hecho más que agravarse en los últimos años ante el constante desplome de muchas edificaciones en mal estado, la mayoría ubicada en los municipios más antiguos de la capital como La Habana Vieja, Centro Habana y el Cerro, producto de décadas sin mantenimiento ni reparación.