Cuándo el huracán Sandy azotó Santiago de Cuba en el año 2012, la vivienda de Bertha Irzula Beltrán se derrumbó por completo, junto a las de cientos de cubanos; sin embargo, según sus familiares, las autoridades encargadas de valorar los daños consideraron el caso de esta santiaguera como "uno de los más críticos" de La República, un asentamiento en la periferia de la ciudad.
Pese a eso, ocho años después esta mujer de 53 años de edad y enferma está en la calle.
En el momento de realizar este reporte, Bertha Irzula Beltrán estaba ingresada en el Hospital Psiquiátrico Gustavo Machín, conocido como San Luis de Jagua.
Su hermana menor, Ismenia, y su sobrina Juliet Fonseca Irzula contaron a DIARIO DE CUBA que desde muy joven Bertha padece esquizofrenia paranoide. Esto no impidió que hiciera una vida normal dentro de su vivienda. Deambulaba por las calles solo cuando entraba en crisis por su enfermedad, y de inmediato se acudía a ingresarla en el hospital psiquiátrico, dicen sus familiares.
Pese a su situación, a Bertha "no la tuvieron en cuenta para ningún beneficio", criticó su sobrina, quien resaltó lo extremo de su caso. "Hoy todos los afectados del reparto vivimos en una nueva vivienda y Bertha está durmiendo en la calle", expresó.
"La responsabilidad de qué mi tía esté en condiciones de calle es de la delegada del poder popular de la circunscripción", consideró Fonseca Irzula.
"La delegada me manifestó que a Bertha no se le entregó vivienda porque los familiares luego la botarían a la calle para quedarse con su casa, cuando en realidad mi tía necesita de un hogar y de alguien que la cuide a pesar de que en ocasiones se pone agresiva", agregó Fonseca Irzula.
Según la sobrina de la afectada, su tía hoy ni siquiera recibe los 220 pesos que antes le destinaba la Seguridad Social.
DIARIO DE CUBA comprobó que en el terreno en el que antes estuvo un organopónico las autoridades del territorio santiaguero construyeron un complejo de viviendas en el que residen todos los damnificados del asentamiento destruido por Sandy. Todos menos Bertha, quien vive en una choza levantada con tablas y láminas de metal.
Bertha Irzula Beltrán está ingresada en un Hospital Psiquiátrico de manera transitoria. Cuando sea dada de alta será acogida por unos días en casa de su hermana Ismenia, de familia numerosa y sin lugar para atenderla.
Es la única alternativa de la familia para que no vuelva a su choza o esté por las calles, pasando hambre y durmiendo en las paradas de ómnibus.