Hace más de 15 días que dos familias se encuentran con sus pertenencias en el portal exterior del edificio de la calle Prado 567, a la espera de una solución a su situación. Sus viviendas son las de peor estado constructivo de toda la edificación, en peligro de derrumbe y ubicada frente al Capitolio habanero.
"Todos los días viene una funcionaria de la Dirección de Vivienda Municipal a vernos, pero nunca nos dan una solución concreta de cuándo nos trasladarán para otro lugar en mejores condiciones", dijo a DIARIO DE CUBA Tamara Suárez, una de las afectadas.
"Solo nos dicen que debemos esperar, pero de aquí no pensamos movernos, porque si lo hacemos se olvidan de nosotros", indicó.
Aunque en principio varias de las 18 familias que viven en la edificación afectada se habían sumado al reclamo por la crítica situación constructiva del inmueble, en especial de la escalera interior, la mayoría retornó a sus hogares ante las advertencias de la Policía, que los amenazó con sancionarlos si no retornaban a sus apartamentos.
Aún así, estas dos familias decidieron volver a sacar sus pertenencias y permanecer a la intemperie. El grupo, donde hay niños, perdió parte del techo de sus casas, por lo que las filtraciones son constantes cada vez que llueve.
No obstante, desde que regresaron al portal del edificio, siempre tienen custodia policial.
Dispersos y sin solución
También en la calle o en casas de amistades, familiares y vecinos se encuentran desde hace dos semanas la mayoría de las 31 familias que perdieron sus casas en el edificio ubicado en la esquina de Lucena y San Rafael, en Centro Habana.
"A varios de nosotros nos dieron unas colchonetas para que pudiéramos dormir en un local cercano al derrumbe, que antiguamente era una torcedora de tabacos. La poca comida que nos dan, arroz y jamonada, muchas veces está en mal estado y no podemos comérnosla", criticó Santiago López, uno de los afectados.
"Aún seguimos en la calle, sin una solución definitiva, pues ni siquiera han sacado todos los escombros de adentro del edificio, dicen que por falta de combustible, y nos han dicho que no hay albergues para nosotros. Estamos resolviendo como podemos y sin saber cuándo esto termina", añadió Yusimí Pérez, también damnificada.
Con las intensas lluvias del verano y el mal estado de la mayoría de las edificaciones habaneras, los derrumbes se han vuelto más frecuentes en la capital del país. A esto se suma el déficit de viviendas nuevas, que según el conservador cálculo oficial, ascendería a más de 900.000 casas.