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ECONOMÍA

Mauricio de Miranda: 'La eliminación del CUC no asegura la unificación monetaria'

El economista Pedro Monreal echa en falta las remesas en el 'diseño del ordenamiento monetario' que se propone el Gobierno cubano.

Madrid
Cubanos haciendo cola en un banco ante los temores por la unificación monetaria.
Cubanos haciendo cola en un banco ante los temores por la unificación monetaria. ddc

Los planes del Gobierno cubano para lo que ha definido como "ordenamiento monetario" siguen generando dudas, no solo en el pueblo, sino también entre economistas que no ven el proceso como el camino al necesario cambio que requiere el sistema en la Isla.

"La eliminación del CUC no asegura la unificación monetaria, toda vez que en el país se ha restablecido el uso de monedas extranjeras en cierto segmento del mercado, reviviendo la experiencia de los años 90", consideró Mauricio de Miranda Parrondo en un análisis de los anuncios de la Mesa Redonda del martes.

El economista cree que, "si la opción es mantener la moneda nacional, lo adecuado es que ésta cumpla plenamente las funciones del dinero y disponga de fuerza liberatoria ilimitada y curso forzoso en el territorio nacional". 

"Para ello, la tasa de cambio no podría ser un capricho de algún funcionario o grupo de funcionarios, sino que debe resultar de la correlación entre la oferta y la demanda y debe ser flexible para que sirva como conector adecuado de las condiciones de precios relativos de la economía nacional e internacional".

En un aparte en su cuenta en Twitter, el experto ofreció un cálculo de cómo sería el tipo de cambio en base a los datos del Gobierno.

"Acabo de hacer 'cuentas de bodega' y el tipo de cambio de la unificación daría 22,28 CUP por USD. Parece que estará por allí, pero creo que con las condiciones actuales, debería estar en otro nivel. A lo mejor después es otro", escribió.

Para De Miranda, "se puede hacer una unificación monetaria y cambiaria sin considerar el asunto de la existencia real de una 'dolarización parcial' de la economía, se pueden modificar los precios y se puede hacer una reforma de salarios, pero si esto no va acompañado de una reforma estructural fundamental del sistema económico, no se logrará el cambio fundamental que requiere la economía cubana".

Agrega que "la reforma estructural del sistema económico debe apuntar a lo que se ha denominado, de forma insistente, liberar las fuerzas productivas de las trabas que ya se reconocen por parte de miembros de Gobierno cubano".

En tal sentido Miranda Parrondo propone empezar "por autorizar, de manera transitoria, el funcionamiento de empresas privadas y cooperativas en los diversos sectores de la actividad económica, hasta que se elabore una ley de empresa (con el concurso de diversos sectores de la sociedad cubana); la expansión de los sectores privado y cooperativo en la producción y los servicios, sin terrenos vedados, lo que debería conducir a una migración de trabajadores a estas empresas y permitiría mejorar los salarios del sector estatal".

Asimismo, "entregar fábricas paralizadas o semiparalizadas a sus trabajadores en forma de arriendo permitiendo su reconversión productiva y tecnológica; abolir el monopolio estatal del comercio exterior, de forma que las empresas privadas y cooperativas puedan acceder al mundo en condiciones competitivas sin la obligación de hacerlo a través de empresas estatales".

También propone "invitar, expresamente, a la comunidad cubana residente en el exterior y crear las garantías del caso, para que puedan invertir en el país (lo cual debería acompañarse del restablecimiento de todos sus derechos ciudadanos); abrir el sector financiero a la banca internacional, con la debida regulación, para evitar el lavado de activos, de forma tal que la actual insuficiencia de capital pueda ser compensada con la importación de ahorro por la vía de la inversión y no del endeudamiento externo".

Entre sus últimas propuestas, De Miranda Parrondo añade "negociar la adhesión del país a los organismos financieros multilaterales en los cuales no está, tales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, así como en los regionales como el Banco Interamericano de Desarrollo, para permitir su acceso tanto a créditos para equilibrio de balanza de pagos como a créditos de fomento".

Y las remesas qué

Para Pedro Monreal, "el 'ordenamiento' reproduce nociones y soluciones que los economistas llevamos tiempo sugiriendo", pero no concuerda "con varios elementos del 'diseño'".

El economista ve necesario concentrarse "en lo que parecen ser dos grandes omisiones: la respuesta de oferta y las remesas".

"El escenario no inflacionario dependería de un equilibrio entre incrementos de precios y salarios que parece que no se aseguraría con respuesta de oferta sino con topes de precios. Se dice que se están haciendo 'esfuerzos' para incrementar la oferta, pero eso no queda claro", añade en un hilo en su cuenta en Twitter.

En opinión de Monreal, resulta "inexplicable" que "el 'diseño' no incluye las remesas entre los ingresos, a pesar de que estas pudieran ser ya mayores que la partida de remuneración de trabajadores del país, y que una devaluación aseguraría que continuasen siendo una fuente de demanda grande".

"Con persistencia de déficit de oferta, con alta demanda asociada a un factor con escala como las remesas, y con controles de precios, hay una elevada probabilidad de inflación reprimida. Efectivamente, en la economía no funciona la magia", añade.

"Con inflación reprimida y con precios crecientes en mercados informales, se erosiona el supuesto básico de que las dinámicas de ingresos serían mayores que las de los precios y no se materializaría la meta de que el ingreso real sería mejor que el del punto de partida", concluye.

Necesario giro de 180 grados

En una reflexión publicada en su blog Cuba y Economía, Elías Amor coincide con De Miranda en que "los defectos de sistema exigen un giro de 180 grados hacia un modelo económico basado en los derechos de propiedad y la libertad económica".

Amor describió como criptológicos los mensajes de autoridades como Marino Murillo, el zar de las reformas económicas y financieras en Cuba, en su intervención de la Mesa Redonda del martes.

"La escasa transparencia y claridad de los mismos son mala cosa para explicar en televisión en qué consiste lo que llaman 'ordenamiento monetario y cambiario', y por qué motivo es imprescindible la realización de este proceso, y más aún, en un momento especialmente complejo como el actual", señala.

Para Amor, "los dirigentes castristas quieren convertir el ordenamiento monetario y cambiario en un proceso de 'carácter interdisciplinario y transversal, para incluir no solo la unificación monetaria y cambiaria, la eliminación de los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, así como la transformación de los ingresos".

"En este enunciado, que equipara el proceso a una especie de 'carnaval sin música' existe la mayor dificultad para entender qué se pretende hacer, y lo que más inquieta a la gente, qué consecuencias se derivan de este proceso", sostiene.

"El galimatías utilizado dice poco al respecto, salvo que se trata de 'una necesidad impostergable y un paso imprescindible para avanzar en la estrategia económica del país' que, como se verá, tampoco es suficiente", agrega.

Sobre el que el Gobierno presenta como "proceso más determinante para avanzar en la actualización del modelo económico cubano", Elías Amor se pregunta directamente "¿avanzar hacia dónde y cómo?"

"Ahora resulta que la planificación central, la intervención del estado en la economía y la ausencia de libertades económicas y derechos de propiedad se explican por la falta de unión monetaria", cuestiona Amor.

Al economista le resulta "increíble, a estas alturas del castrismo (…) que digan estas cosas y además que culpen a ese escenario monetario denostado que conviene recordar, fue una invención de Fidel Castro, de toda una serie de problemas que se tienen que resolver, algunos ciertamente históricos".

En palaras del experto, "los problemas del salario, de eficiencia empresarial, de estímulos a la exportación, la existencia de graves desequilibrios internos y externos, los problemas de comparar a Cuba con el mundo en datos son cosas que no se pueden achacar a la dualidad monetaria".

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