En medio de la crisis económica que sufre Cuba, un grupo de economistas presentó una propuesta de reformas para el sector agropecuario con el objetivo de incrementar la producción y comercialización alimentos en la Isla, afectada también por la pandemia del coronavirus.
"Por la urgencia y relevancia del problema de la alimentación, publicamos una propuesta de reforma agropecuaria, identificando las acciones que deberían adoptarse en tres fases: relanzamiento, estabilización y expansión", escribió Pedro Monreal, uno de los autores del texto.
El economista, firmante de lo que llamaron "Propuesta de reforma y programa agropecuario en el corto y mediano plazo en Cuba", afirmó que el documento es parte de otro más amplio que "presenta un programa integral de transformación del modelo económico del país, abarcando diversas dimensiones y definiendo una secuencia precisa, que fue entregada al Gobierno a comienzos de junio".
Los otros firmantes del texto, publicado en el blog El Estado como tal, son los economistas Humberto Pérez, Joaquín Benavides, Fidel Vascós y Julio Carranza.
Entre las principales propuestas se encuentra liberar a los campesinos y productores locales de los compromisos obligatorios con las empresas del Estado, así como permitirles transportar y vender sus productos sin necesidad de contar con una licencia específica para ello.
También los especialistas sugieren orientar el papel de la empresa de Acopio al "abastecimiento mayorista de grandes volúmenes a distancia", principalmente a grandes centros urbanos, como es el caso de La Habana, limitar al 50% las obligaciones de los productores con la entidad y eliminar "los precios máximos" estipulados en el pago a los agricultores.
Los economistas proponen permitir a los campesinos vender el resto de sus cosechas libremente, a "otros distribuidores legalizados en un entorno de competencia" regulada, en la cual Acopio participaría en igualdad de condiciones con los demás.
"Facilitar las formas de comercialización minoristas tradicionales de los productores directos en las ciudades (ferias agropecuarias y puntos de venta)" y pasar la asignación de recursos "al mecanismo de crédito bancario como parte de un proceso de creación de una banca especializada para el sector agropecuario", son otras de sus propuestas.
Acerca de las exportaciones, que el Gobierno cubano solo autoriza a través de 36 empresas estatales que ejercen como intermediarias, los expertos consideran que deben ser de forma "directa".
Otro de los puntos del documento señala la necesidad de eliminar de forma selectiva los precios topados y mantener solo temporalmente estas regulaciones en un surtido seleccionado de productos de acuerdo a las condiciones de cada localidad.
Además, los especialistas sugieren avanzar en la unificación cambiaria y monetaria, que incluirá inevitablemente la devaluación del peso cubano en las relaciones entre empresas estatales, pero de acuerdo con el texto, para ello "deben crearse previamente las condiciones necesarias y ejecutarse preferentemente al comienzo del año dado, cuando comienza a ejecutarse el plan anual".
A pesar de que los economistas afirman que "el contexto internacional de la reforma económica en Cuba no podría ser peor", consideran que realizarlas "es un imperativo que no debe dilatarse más", pues "la economía es un sistema complejo y como tal debe ser tratada" porque "cada una de sus partes afectan el todo".
Los especialistas reconocieron, además, que algunas de las medidas que recomendadas anteriormente fueron aplicadas, al menos parcialmente, como es la "eliminación del recargo del 10% al cambio del dólar estadounidense, la apertura a la posibilidad de exportación e importación directa por parte de los actores económicos del sector no estatal, y la reforma cambiaria y monetaria", la cual aún no se ha implementado, pero su entrada en vigor podría ser "inminente", aseguran.
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