Un reciente sondeo realizado por el proyecto independiente CubaData reveló que a solo una de cada diez mujeres cubanas le interesa involucrarse en política.
Es un resultado alarmante para cualquier país porque indica el desinterés de las mujeres por participar en la construcción de consensos, en el debate nacional y en la promulgación de leyes.
En el caso de Cuba, donde el Gobierno se ha vanagloriado por más de 60 años de incluir a las mujeres, "devolverles" la dignidad negada por la tiranía previa, y "concederles" finalmente el lugar que merecían ―Fidel Castro aseguró en 1966 que el "fenómeno de las mujeres en la Revolución era una revolución dentro de otra revolución"―, no parece coherente que se aparten de la política.
Las cubanas sienten que "participar" es implicarse en violencia, explica el profesor Arístides A. Vara-Horna, autor del informe Participación política de las mujeres en Cuba (2019), que analizó los resultados del sondeo de CubaData.
Más del 50% de los escaños de la Asamblea Nacional del Poder Popular están ocupados por mujeres y algunas ejercen cargos dentro del Gobierno, pero las que participan en política de esa forma "son seleccionadas y no representan ningún principio propio, ni ninguna idea", opina la activista opositora Aimara Peña.
"Lo que hacen es replicar el discurso machista del régimen y ocupar espacios que han sido designados y no ganados democráticamente por méritos, competencia, ideas, luchas", añade.
En el lado contrario, las activistas disidentes, las periodistas, las luchadoras por la igualdad de género, las promotoras de los derechos civiles reciben el embate del régimen, que las criminaliza.
De 2016 a 2018, en la Isla "las mujeres sufrieron mayores niveles de represión que los hombres. A pesar de que la cantidad de mujeres activistas es menor, [ellas] sufren mayor cantidad de actos de hostigamiento", señala el informe Graves violaciones de derechos humanos en Cuba, publicado por el independiente Centro de Información Legal Cubalex este año.
"Si se trata de una mujer que es crítica del Gobierno, la violencia política contra ella se hace mucho más fuerte porque incluso ocurre una intromisión en su vida privada. Y hay acciones directas de las autoridades contra todas las que, desde una posición crítica, intentan participar en política", explica a DIARIO DE CUBA Laritza Diversent, la directora de Cubalex.
"Una opinión crítica ya es suficiente para que haya hostigamiento", añade.
No disientas: el régimen a las mujeres
El Gobierno ha encasillado a las mujeres como "cuidadoras por naturaleza del hogar y la familia". Desde ese punto de vista, dirige contra ellas una estrategia represiva que no solo las afecta de manera directa, sino que desplaza el hostigamiento hacia sus familiares, especialmente a sus hijos menores de edad o a sus padres ancianos.
"Dedicarse a la política en Cuba, a hacer activismo independiente del Estado entraña ese riesgo. Algunas mujeres, incluso, lo han pagado con el hecho de no tener descendencia", explica la comunicadora feminista Marta María Ramírez.
"Es más difícil explicar a los hijos lo que está sucediendo, sobre todo cuando las amenazas son graves, cuando te arriesgas a ir presa. Y hay otro tipo de presiones a nivel de escuela, a nivel del barrio: te desacreditan en los medios de comunicación, te tildan de mercenaria".
En 2019, el régimen ha sido especialmente hostil contra la periodista independiente Luz Escobar, "regulada" en el país desde mayo, y contra las activistas feministas Nancy Alfaya y Marthadela Tamayo, miembros del Comité por la Integración Racial (CIR).
La Seguridad del Estado no solo ha prohibido a las tres mujeres viajar fuera de su país, sino que en ocasiones les ha negado el derecho a salir de sus propias casas.
Pero antes de la batida del régimen contra el activismo y la prensa en 2019, ningún otro grupo de mujeres había sufrido tanta violencia política como las Damas de Blanco, opina la activista Nancy Alfaya. "Los mecanismos de represión que ejercen sobre ellas son castigos públicos para intimidar a todos los que se interesen en apoyar sus acciones", dice.
Aun cuando las mujeres son obligadas mucho más que los hombres a desnudarse en las unidades de la Policía tras ser arrestadas, y a pesar de que sufren mayores niveles de acoso (incluido el sexual), no parece que "exista en la Isla conciencia de la violencia política y mucho menos de la que afecta a las mujeres, que tendría definitivamente un sesgo de género", afirma Marta María.
Aunque parezca que este tipo de ataques en Cuba no están diseñados específicamente contra las mujeres, sino contra todos los que disienten, sea cual sea su género, la periodista cree que no son "casuales", sino que son "el resultado de un sistema machista, una práctica tradicional de los sistemas totalitarios".
"Es que las dictaduras son el estado más puro del patriarcado y de su ideología machista", termina.
Entender lo que verdaderamente quiere decir "diversidad", implica aceptar las diferencias. Los liberales no las aceptan, pero la realidad que el hombre es hombre, con sus caracteristicas fisicas y psicologicas, y eso mismo aplica para la mujer, o para el homosexual, o para el negro, o para el chino. La historia de que todos somos iguales, se la creen los tontos. En particular, las mujeres que quieren ser "iguales" que los hombres, ocupan el primer lugar en la escala de la tonteria. Y total, para nada. La naturaleza humana mantiene las diferencias.
Cuba es una sociedad machista, con un régimen eminentemente machista, que solo promueve mujeres para cumplir metas, para el paripé. La concepción del "respeto" a las mujeres es profundamente paternalista y eso lo siente toda mujer que sea consciente de su dignidad. En cuanto a represión a las mujeres, la hay, y la hay también contra todo ser viviente que se salga un tanto de lo concebido por los jerarcas del país, hasta contra los perros, y si no, vean las noticias de DDC.
entonces hay mas carneras que carneros!
¿El patriarcado? !!! ¿Quien dijo eso? ¿Federico Engels?