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Literatura

Enrique Del Risco: 'Hasta envidiar era difícil en la Cuba del Periodo Especial'

El escritor habla con DIARIO DE CUBA sobre su libro 'Nuestra hambre en La Habana', en el que narra lo que vivió entre 1990 y 1995 en la Isla. 

Madrid
El escritor cubano Enrique Del Risco. DDC TV
El escritor cubano Enrique del Risco.
El escritor cubano Enrique del Risco. República de las Letras

Nuestra hambre en La Habana, libro del escritor, profesor universitario y humorista cubano Enrique del Risco, comienza con una comida familiar en un restaurante de La Habana, una escena idílica que jamás se volvería a repetir. "Yo estaba acabado de graduarme cuando empezó el "Período Especial", estaba loco por entrarle a la vida, con dinero. Desde 1990 hasta el 1995, que me fui de Cuba, trabajé en un museo, el cementerio de La Habana y una escuela", recuerda el autor en entrevista con DIARIO DE CUBA.

Desde esas perspectivas y la de un joven que quería ser feliz, Del Risco describe en su libro lo que fue el llamado "Periodo Especial".

"Todo el mundo dice del 'Periodo Especial' dos cosas: que se vendían pizzas con preservativos y bistec de frazada. Yo no vi eso, pero lo recojo en el libro como lo que fueron, rumores. Los rumores fueron la forma en la que se movía la información en esa época. La prensa se redujo y el discurso oficial era 'aquí no está pasando nada'. En los discursos Fidel Castro se refería al 'Periodo Especial' como 'las circunstancias por todos conocidas', y esa era la parte más humillante".

Del Risco recuerda que en Cuba no quedaron gordos, ni gatos y "el hambre y la desesperación fueron bastante democráticos, excepto para el mismo grupito que ostentaba el poder".

"La gente pensaba que las cosas iban a reaparecer. Los cubanos trataron de reaccionar, pero la realidad fue más rápida. Me acuerdo de que los dos sillones que estaban en el portal de mi casa toda la vida, desaparecieron. El robo se convirtió en algo del día a día. La gente se estaba preparando para hibernar".

Para el escritor, lo único bueno que tuvo aquella época es que la gente comenzó desconfiar del Gobierno, aunque al principio muchos tuvieron la ilusión de que el Estado los recatara.

"Cuando me cuentan la situación de Cuba actual me parece que todavía le falta para llegar a lo que fue el horror del 'Periodo Especial'. Además, ahora la gente está mucho más consciente de que no es normal lo que está pasando y de que no pueden contar con el Estado". 

Uno de los lugares en los que trabajó el escritor entre 1990 y 1995 fue el Cementerio de Colón. Allí vio cómo las cifras se duplicaron de aproximadamente 50 enterramientos diarios al inicio del "Período Especial" a casi 100 tres años después. "Eso no pudo haber sido casual".

"Hasta envidiar era difícil. Todas las cafeterías cerraron, la prensa también tuvo un apagón, los periódicos redujeron sus hojas. Desapareció el alcohol. Quedaron unas botellas de vodka ruso que nunca nadie se tomaba, y hasta esas desaparecieron. Desaparecieron rutas completas de autobuses. No te enterabas de nada. Si no hubiese sido por Radio Martí hubiera sido más oscura la noche".

"Hubo algunas protestas de las que me enteré porque cogía la bicicleta e iba a pregonarle a mis amigos en la zona, pero no se publicaba nada. Los cubanos somos seres muy engreídos, pero no nos damos tanta importancia. Falta ese gesto hacia el pasado, la memoria, de recogerla para seguir pensando hacia el futuro", dice el escritor. 

Del Risco describe el "Período Especial" como el reino de la invención. "El Estado inventó sobre todo nombres para cosas que nos daba de comer. Yo sé que no comí gato porque no comí carne en general; tendrían que haberme pasado gato por lechuga", dice el escritor, con el mismo humor con el que intenta plasmar en su libro uno de los momentos más difíciles de la historia de Cuba

"La gente se separó. La política que dominaba era la de sálvese quien pueda, ideología que le convenía al sistema que siempre trató de separar a los ciudadanos. A pesar de esto, las familias se unieron para ayudarse y podías hablar pestes de aquello con la gente en la calle, todos estábamos en la misma página", concluye Del Risco, quien se fue de Cuba en 1995.

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4 comentarios

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Triste muy triste el Período Especial!!! Y lo que hace esto más dramático, incluso horrendo; Es que el Régimen quiere aplicar otro periodo igual para los cubanos, sin ninguna piedad!!! Lo único diferente; es que la aptitud de los cubanos actualmente, les ha impedido lograrlo. No se han atrevido!!! Primero: no tienen un líder como Fidel, porque Raúl desde el principio no estaba dispuesto para esa tarea; tan es así, que se dejó la tarea Ordenamiento a Díaz Canel. Segundo: el Pueblo de los '90 no es el de ahora, y se les podía formar algo incontrolable dentro de los cubanos de a pié. Tercero: el exilio de ahora no es el de los '90, y el problema se les podía salir de las manos y empezar a internacionalizarse y los miembros del aparato militar que hoy están tapiñados, coger fuerza y debilitar la Unidad, que ellos aparentan tener. Cuarto; el mundo de ahora no es el de los '90, y el apoyo que podrían tener para apagar a los cubanos se podría malograr por falta de ayuda.

"Cuando me cuentan la situación de Cuba actual me parece que todavía le falta para llegar a lo que fue el horror del 'Periodo Especial'. va en buen camino pero le falta

El es un demócrata fanático, por eso el y su grupito, le echaban a Trump,mientras cogían becas y postgrados en USA.En Cuba jamás durmió en Villa Marista, o lo llevaron a la "casa en las afueras" en la Lisa.Pero aquí ha resultado ser más opositor que los 75 de la " Primavera Negra".No niego su talento, pero tampoco pongo parte su oportunismo con los democRatas y el ataque desde las redes a cubanos de derecha radical.

"Las circunstancias por todos conocidas" y que no le importaban en absoluto a la clase gobernante, como no le importan ahora. Pero que nadie diga que la "revolución" le falló al pueblo ni nada semejante. Falló, por un tiempo, la teta de la cual se alimentaba el parásito que siempre ha sido el sistema castrista, aunque no del todo--los cubanos en el exterior se ocuparon de suplir lo que faltaba, al menos lo suficiente para mantener la cosa a flote hasta que llegara la gran teta "bolivariana."