Las frazadas de piso en Cuba podrían desaparecer de los comercios del país el próximo año debido a la escasa producción que tiene proyectada la industria local por la escasez de materia prima, lo que se debe a la falta de dinero para su importación, informó el diario oficial Granma.
El pasado año, con na situación mejor, del plan de tres millones de frazadas solo se produjeron 2,4, de los cuales solo se destinó al Ministerio del Comercio Interior (MINCIN) para la venta a la población 1.035.200, pues el resto fue a los sectores del Turismo, la Salud y la Educación.
"La mayor parte de la materia prima que utilizan nuestras fábricas es importada; la situación financiera de la nación impidió contratar las cifras de hilaza acostumbradas", dijo Solangel Guach, vicepresidenta del Grupo Empresarial de la Industria Ligera (GEMPIL), al medio de prensa estatal.
Guach también mencionó entre los factores de la caída de la producción a la obsolescencia tecnológica de todas las plantas, con equipos que datan, en su mayoría, de la década de los 70 del siglo pasado.
El director general de la Empresa Luis Augusto Turcios Lima, conocida por Sarex, la mayor productora de frazadas del país, dijo que para el 2021 la entidad tiene un plan de solo 900.000 frazadas.
El directivo afirmó que "aunque hay que priorizar sectores como el de la Salud, entre otros, ello no quiere decir que no entreguemos también al MINCIN, aunque la lógica indica que la oferta estará muy lejos de la demanda".
Hay solo cuatro entidades que fabrican frazadas de piso en Cuba: Sarex, en Villa Clara; la unidad empresarial Texoro, en Granma; la Hilandería Inejiro Asanuma, en Gibara, Holguín; y la Textilera Celia Sánchez Manduley, de Santiago de Cuba, pero las tres de oriente están paralizadas actualmente.
Con sus máximos rendimientos, entre las cuatro fábricas logran producir entre cinco y seis millones de unidades, de los cerca de 30 que necesita el país cada año.
El medio estatal reconoció que los cubanos tienen que acudir al mercado negro para conseguir el implemento de limpieza, que puede tener un costo de 300 pesos cubanos.
En la ciudad de Santa Clara el pasado 2021 solo se distribuyeron 45.000 para una población de 85.000 núcleos urbanos, pese a que Villa Clara fue la provincia que más comercializó en todo el país.
Tras dos años de crisis económica los cubanos no ven el fin de las carencias, pues 2022 no parece un año en el que la Isla se recupere del desabastecimiento y la pérdida del valor adquisitivo de la moneda local.
No saben ni reciclar algodón ...
Ni bisté de frazada se va a poder comer.
Ja Ja JA !!!