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Sociedad civil

Protestas en Cuba en 2022: La sociedad civil debe influenciar 'hacia el interior' del régimen

En 2021 ocurrieron 3.300 manifestaciones en la Isla, según el Observatorio Cubano de Conflictos.

Madrid
Cubanos protestan en La Habana el 11 de julio de 2021.
Cubanos protestan en La Habana el 11 de julio de 2021. Reuters

El Observatorio Cubano de Conflictos publicó este martes los datos de las protestas en la Isla durante diciembre y el año pasado, así como sus perspectivas para la sociedad civil en este 2022.

La primera protesta de 2022 la realizó en reclamo de sus derechos un parapléjico cubano. Su desafío solitario tuvo lugar el primer día de enero frente a Cayo Saetía –donde el nonagenario dictador Raúl Castro esperó el nuevo año. ¿Será 2022 el último año del castrismo como augura la canción Patria y Vida: 'tú 59, yo doble dos'?", apuntó el informe.

El pasado diciembre se reportaron en Cuba 246 protestas para un total de 3.300 durante el 2021, según los datos del observatorio. "En 2021 la insumisión masiva del pueblo cubano hizo patente la grave crisis de gobernabilidad que padece el sistema, aunque el Gobierno –a un altísimo precio de legitimidad– contuvo, por ahora, la creciente ofensiva de protestas. Los cubanos en 2021 tomaron conciencia de que son un pueblo transnacional".

El Observatorio Cubano de Conflictos recomendó para este 2022 que "la sociedad civil debe realizar su trabajo de influencia hacia el interior de los cuerpos armados y los militantes comunistas. Esos sectores tienen sus propias razones para unirse contra la nueva oligarquía agrupada en GAESA y aquellas personas que son sus aliados dentro del Buró Político, el Consejo de Estado, las FAR y el MININT".

"La alianza contra ese enemigo común entre distintos estamentos sociales, arriba y abajo, aceleraría el proceso de cambio hacia el país que todos los cubanos merecen", señaló.

"Estamos en presencia de  una guerra asimétrica de desgaste, no de posiciones, de una población desarmada frente a un Estado totalitario que no reconoce límites a su accionar represivo. El Gobierno, que por décadas libró un conflicto de baja intensidad contra los opositores, transformó su proceder desplegando un masivo terrorismo de Estado contra la población", apuntó en referencia a la mayor represión tras las protestas pacíficas del pasado 11 de julio y la Marcha Cívica por el Cambio del 15 de noviembre.

Según el observatorio, "el terror" desatado por el régimen marcó una incipiente tendencia "a priorizar acciones de alta visibilidad y bajo riesgo para el ejecutor. De ese modo la resistencia de la sociedad civil puede alentar, sin organizarla siempre de forma colectiva, diversas maneras de expresar protestas visibles y rechazo público a la opresión".

"Lo que cada vez más cubanos creen que se impone en este momento es continuar quebrando, con múltiples acciones, el poder totalitario –político, económico, ideológico, cultural, informativo– que sobre la sociedad cubana ejerce hoy, desde GAESA y el alto mando de las FAR y el MININT, la élite de poder. No hay Mesías individuales ni colectivos. Hay objetivos e ideales compartidos, pero cada cual decide qué debe hacer, con quién, cuándo, dónde y cómo, y luego puede replegarse de forma temporal o incluso permanente sin consultar ni informar a un mando central", señaló.

Alertas ante un posible cambio-fraude en Cuba

"La sociedad civil tendrá que dar seguimiento y neutralizar las matrices de opinión derrotistas que después del 15N siembra el Gobierno como parte de sus operaciones de guerra psicológica contra la población. El 15N no fue una derrota popular sino del Gobierno que para contener la marcha tuvo que desnudar ante toda la población y el mundo su naturaleza real. El Gobierno perdió no solo capital simbólico (legitimidad, credibilidad, prestigio) sino financiero cuando virtualmente se congelaron los fondos de cooperación con la UE y Estados Unidos detuvo las iniciativas para mejorar las relaciones bilaterales", apuntó.

Las protestas públicas de gran impacto del Movimiento San Isidro, el 27N y, tras la explosión del 11J, Archipiélago y el 15N "son circunstanciales y consecuencia de la conflictividad nacional no atendida ni resuelta. La conflictividad cada vez mayor de la sociedad cubana y la ingobernabilidad que se deriva de ella constituyen un proceso estable en ascenso del que seguirán emergiendo protestas desde la sociedad civil".

"El poder puede reprimir protestas –que, a su vez, pueden mutar y reproducirse de manera continua– pero ellas apenas son los síntomas del cáncer que afecta a la gobernabilidad nacional. Sin extirpar el tumor que las genera (el sistema de gobernanza) es altamente improbable que se controle la crisis de gobernabilidad".

Aunque "el Gobierno ha enviado en 2021 un brutal mensaje de intolerancia y violencia, un llamado a reformas 'desde arriba' es ahora posible, aunque sea de inmediato improbable. No todos los estados mafiosos son iguales, aunque todos sean autocráticos. El régimen de gobernanza cubano tiene espacio para la innovación sin renunciar al carácter opresor del sistema".

"El atrasado Estado mafioso cubano puede mutar en otro no menos antidemocrático, pero más moderno y libre económicamente como el ruso. La salvaje represión ordenada por la nueva oligarquía mafiosa fue una medida desesperada para sostenerse en el poder, pero no ha asegurado la gobernabilidad nacional y eso puede, llegado el momento, inducir a una parte de la élite de poder a imponerse sobre sus colegas y emprender alguna reforma del sistema".

Al respecto, el Observatorio Cubano de Conflictos consideró que "para restablecer la gobernabilidad la élite de poder tendría que oxigenar la cotidianidad de la sociedad. Eso supone liberar las fuerzas productivas y otorgar libertades económicas e incluso civiles y políticas en un nuevo formato de su dominación que resulte menos asfixiante para la mayor parte de la población".

"El terror es un instrumento precario, desesperado y contraproducente de gobernabilidad. No es imposible que los oligarcas intenten en meses venideros explorar la posibilidad de pactar con gobiernos extranjeros la posibilidad de emprender iniciativas, incluyendo decretar amnistías en favor de los más de 700 presos políticos y la convocatoria a un 'diálogo nacional', a cambio de levantamiento de sanciones, así como acceder a nuevos créditos y colaboración internacional.

"De convocarse desde el Estado a un 'diálogo nacional', con el muy probable objetivo inicial de encaminarlo hacia un cambio-fraude, la sociedad civil debiera primero exigir respuestas precisas a algunas preguntas que pudieran desenmascarar semejante maniobra: ¿Quién convoca? ¿Quién decide a quiénes se invita? ¿Puede una parte vetar la participación de ciertas personas de la otra? ¿Quién redacta la agenda, la lista de invitados, la lista de oradores, decide las fechas y horarios de las reuniones, y controla el uso del micrófono? ¿La sede de los intercambios es un lugar neutro o controlado por una de las partes en conflicto?", agregó.

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4 comentarios

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Profile picture for user Nico

Hace decenios que se viene alertando sobre el 'cambio fraude', también llamado neocastrismo. Pero ni siquiera a eso se avienen los mandamases del castrismo. Ellos quieren todo el poder, absolutamente todo, y no hacen la menor concesión que pueda convertirse en una amenaza a su sistema superblindado. Incluso aquellos opositores que parecían entusiasmados con una representación mínima, a la búlgara, en la Asamblea Nacional, se quedaron con las ganas. Especialmente en la era Obama, cuando tomó fuerza un sector de la oposición y el exilio que se decantaba por unas migajas de poder controlado. Pues nada de eso. El castrismo no admite la discrepancia y la diversidad de posiciones aun dentro de su misma ideología; mucho menos toleraría a una oposición que fuese discrepante en punto a economía y otros dogmas del régimen. No se vislumbra pues, ni siquiera a medio plazo, ninguna reforma neocastrista que implique concesiones, aunque sean pro forma. No esperen ninguna convocatoria a un diálogo.

Profile picture for user Ana J. Faya

Estoy de acuerdo con su comentario en cuanto a que el castrismo no admite concesiones ni diálogo con la oposición. Sin embargo, el "deshielo" estuvo ahí, porque en el diálogo con EEUU en la era Obama --algo que parecía imposible con "el enemigo"-- el régimen recibió más de lo que concedió --o más bien no concedió. El Observatorio presenta el potencial, posible escenario de un supuesto diálogo doméstico en aras de lograr apoyo internacional, pienso que dada una situación financiera extremadamente crítica que obligue; o sea por conveniencia. Y el Observatorio aclara que sería un "dialogo" amarrado, con contrapartes seleccionadas, y con un resultado previsto de antemano. No lo veo todavía, pero ellos sí pudieren organizar esa farsa. Como usted dice, diálogo real, con opositores, ni se espere.

No veo que el régimen quiera iniciar un diálogo con sectores de la oposición. La cleptocracia no aparenta pensar racionalmente, más bien asusta al pueblo con medidas de extrema represión sin importarle lo que piensa o deje de pensar la opinión pública especialmente la internacional. El régimen piensa que no tiene mas remedio que enrocarse detrás de su potente sistema represivo, y sabe que si no hay fisuras en el mismo, si puede comprarlo, su supervivencia está asegurada. Estoy de acuerdo con el articulo en que el régimen podrá dar unos cuantos indultos para congraciarse con otros paìses a cambio de ayuda internacional, que por supuesto irá dedicada a fortalecer su sistem represivo. Es improbable por otra parte que el régimen sea capaz de inventarse en otro sistema anti-democrático como el ruso o incluso el chino que le permita mantener la oligarquía de partido único, lo más probable es que acabara como en Rumania.

Profile picture for user Plutarco Cuero

¿Y qué parte es esa ...? ¿La PAPAYA de Pamela ...?