El boom que está experimentando el mercado de los automóviles eléctricos, para los que son esenciales las baterías potentes y duraderas que requieren el uso de cantidades importantes de níquel y cobalto, es la razón por la que la empresa canadiense Sherritt International Corp. está invirtiendo para aumentar su producción del metal en sus plantas en Moa, Cuba.
De acuerdo con la agencia Bloomberg, el nuevo jefe de la corporación, Leon Binedell, quien visitó Cuba a fines de octubre, quiere aumentar la producción en su empresa conjunta en Moa entre un 15% y un 20% por encima de las 34.876 toneladas métricas producidas el año pasado.
"Buscar esencialmente la oportunidad de capital más bajo y de menor riesgo para Sherritt es una forma significativa de aumentar los flujos de efectivo y perseguir el crecimiento", dijo Binedell en una entrevista.
El plan, presentado el miércoles pasado, implica extender la vida útil de la mina existente más allá de 2040 y está diseñado para aprovechar la fuerte demanda esperada de metales utilizados en baterías recargables a medida que el mundo se aleja de los combustibles fósiles.
También está destinado a marcar un punto de inflexión para Sherritt, que reestructuró su deuda el año pasado después de salir de un costoso proyecto en Madagascar. Los próximos pagos de la empresa vencen en cinco años, momento en el que Binedell espera haber completado la expansión.
"Se requiere una medida de velocidad. La intención es aprovechar al máximo la producción y la expansión antes del vencimiento de nuestra deuda", dijo a la agencia especializada en información empresarial.
Según la empresa, si bien las perspectivas de demanda de los metales son buenas, existen desafíos en el procesamiento de los minerales complejos que se encuentran en Cuba, donde las empresas extranjeras también tienen que sortear el embargo comercial de Estados Unidos y trabajar con un Gobierno hambriento de divisas.
El predecesor de Binedell, quien entregó las riendas en junio, esperaba que la elección de Joe Biden aliviaría la tensión política entre Estados Unidos y el Gobierno de Cuba, que puso a Sherritt al borde del abismo bajo Donald Trump.
"Los impactos del Covid junto con las sanciones de Estados Unidos han creado mucha presión sobre el Gobierno", dijo Binedell, y agregó que Sherritt y el liderazgo cubano han encontrado "una gran alineación" en el plan de expansión de Moa.
Sherritt espera brindar una actualización sobre su nuevo proyecto en Cuba el próximo trimestre, mientras la minera trabaja con sus socios cubanos para finalizar los cronogramas, estimaciones de capital y alternativas de financiamiento. Los cimientos de una de las nuevas instalaciones se colocaron ya como parte de un plan de expansión previamente archivado, que ayudará a mantener bajos los costos de construcción.
Binedell, un ejecutivo nacido en Sudáfrica y que asumió el puesto más alto en Sherritt después de desempeñarse como director financiero en la minera Guyana Goldfields Inc., pudo ver de primera mano la operación de Moa durante su visita a la Isla.
De acuerdo con sus declaraciones, el empresario se reunió con altos funcionarios cubanos, incluido Miguel Díaz-Canel, quien le ofreció una garantía personal de que el Gobierno, a pesar de sus problemas de liquidez, seguirá pagando sus facturas.
"A medida que vuelvan a abrir para el turismo comenzarán a tener un mayor acceso a las reservas de divisas", dijo el director general. "La paciencia es una virtud y será necesaria para lidiar con esto, pero no preveo un problema de recuperabilidad a largo plazo", indicó.
Así piensan los canadienses: Ici ce qui compte c'est l'argent.
Here what matter is money.
Aquí lo que importa es el cash.
Y eso que dicen que los canadienses son "buena gente," aunque mandan más turistas a Cuba que nadie. Claro, a lo mejor no son tan malos; es posible que sean sencillamente cretinos.
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No, esa no es la razón. La razón de fondo es que la gente de Sherritt son buitres oportunistas sin moral ni decencia, hipócritas descarados, y lo ven todo como negocio puro y simple. Claro, si hacerlo en Cuba fuera como hacerlo en Sudáfrica en los tiempos del apartheid, se cuidarían mucho más, pero no hace falta. Con Cuba no hay que cuidarse ni sacar mucha cuenta--todo vale, hasta la esclavitud.
Cuba ha retrocedido varios siglos. Ahora el trabajo esclavo es como en los tiempos de la colonia. Trabajan varias horas al día por unos chavitos que no sirven ni para comprar leche.
La diferencia es que el colonizador era España y ahora es Canadá en connivencia con la Mafia desgobernante.
Aquí aplica la célebre frase de Chibás: verguenza contra dinero.
Estos degenerados venden a su madre y hijos por dinero, sus almas están ocupadas por el diablo, no les importa el sufrimiento de un pueblo solo explotar sus riquezas y mantenerlos en esclavitud, los maldigo a todos por demonios del dinero.
Sherritt ... McClatchy ... la misma m¡erda ... zurdo es zurdo, aquí y en la Cochinchina ...
verde es verde, aquí y en la Cochinchina