Un mes después de que el régimen fuera sacudido por protestas espontáneas y pacíficas en más de 50 ciudades del país, reprimidas por orden de Miguel Díaz-Canel, el anuncio forzado de la ley de MIPYMES no ha despertado el más mínimo interés en los cubanos.
La resaca por las protestas del 11 de julio —detenciones arbitrarias, juicios sumarios, golpizas en calles y en centros de detención, desapariciones forzosas, cortes de Internet, mentiras de la prensa oficial y de dirigentes— ha generado un rechazo general a todo intento de apaciguamiento que trate de vender el Gobierno mediante decretos leyes disfrazados de reformas. Se ha producido una ruptura total de la credibilidad de las autoridades.
La noticia de la ley de MIPYMES ha pasado desapercibida para una población sumida en la pobreza, desesperada por el impacto de la pandemia y prisionera de un régimen que la explota y priva de sus derechos. Solo la prensa oficial ha tratado de imponer grandes titulares a una ley que ha nacido hueca.
En la melcocha de frases rimbombantes no han faltado las del ministro de economía.
Alejandro Gil ha aportado una joya que quedará para la historia: "este modelo tributará a la eficiencia de la empresa estatal socialista y a que esta se convierta en el motor impulsor de la economía… hay un principio fundamental: la que no puede salir perjudicada ni relegada a un segundo plano es la empresa estatal —la base del socialismo— que debe y puede ser eficiente".
Desde hace décadas hemos escuchado la misma letanía: "la eficiencia de la empresa estatal socialista". Lo cierto es que, en la práctica, la empresa estatal socialista nunca ha sido ni será eficiente. La empresa socialista ha sido una empresa paria, parásita y mediocre, que ha llevado al país al fracaso como modelo y como sociedad, y que ha reducido al ciudadano a la categoría de esclavo asalariado.
Sin embargo, para no perdernos en esta historia, basta comprender que la fórmula de la nueva ecuación tiene dos auténticos componentes: la trampa y la tumba.
MITRAMPA
Este es el componente más perverso de la publicitada fórmula MIPYMES. La idea es hacer creer que el Gobierno ha generado un mercado de oportunidades para una pequeña y mediana empresa que deberán ser financiadas desde el exilio, que es el que posee el capital.
Para ello, el circuito financiero preparado por el Gobierno para canalizar las potenciales e hipotéticas inversiones que se presenten tendrá la mágica fórmula de necesidad de inversión en dólares y de facturación en pesos. Además de que las MIPYMES no tendrán el control de los procesos de importación y exportación de productos y servicios, los cuales estarán en manos de la empresa estatal socialista. De esta forma, el régimen garantiza que el parasitismo empresarial estatal continúe siendo el moribundo pulmón del sistema.
Por otro lado, las MIPYMES privadas no tendrán las mismas oportunidades que sus similares estatales o extranjeras, pues no competirán en un mercado libre. Lo harán en uno sometido al interés político del Gobierno de no permitir su desarrollo, expansión y consolidación, para que en el futuro no puedan representar un factor de cambio político.
A esto hay que agregar que el proceso de aprobación y autorización de MIPYMES y de las Cooperativas no Agropecuarias (CNA) no es libre, sino que corresponde al Ministerio de Economía y Planificación. Por tanto, la aprobación de cualquiera de estas empresas no depende de la voluntad de quien invierte y explora el mercado, sino de la de unos funcionarios estatales, lo cual provoca la pérdida de la espontaneidad empresarial, crea una barrera al desarrollo y abona un terreno para la corrupción.
MITUMBA
Todavía no se han hecho públicas las reglas del juego que definirá esta nueva ley-parche. Pero sin duda, quien se arriesgue a invertir capital no dispondrá de ninguna herramienta legal para protegerse y defenderse, en un país donde no existe la separación de poderes y por tanto la justicia viene de la mano de quien dicta las leyes.
En otras palabras, la nueva ley-parche será una tumba para los emprendedores que se arriesguen a invertir bajo ella.
Solo basta ver el nuevo Decreto-Ley 35, que castiga sin piedad todo intento de expresión ciudadana. ¿Qué se puede esperar entonces para quienes disientan de medidas empresariales que afecten sus negocios en el futuro, o simplemente para quienes quieran reclamar un derecho empresarial negado o violado?
La seguridad jurídica seguirá siendo un punto flaco en este nueva ley-parche. Los inversores continuarán totalmente indefensos.
Pero lo más impactante de este componente "tumba” de la fórmula de MIPYMES no es que constituye un sarcófago solo para los emprendedores-inversores, sino que lo es para todo el país. Esta ley-parche será el fracaso que sigue a la debacle generada por la "Tarea Ordenamiento”. Será el cierre mortal del ciclo de continuidad emprendido por Miguel Díaz-Canel.
El pueblo cubano no quiere MIPYMES, quiere libertad.
Un desastre de pais
Vamos miamenses, a mandar billetes para que los parientes
monten talleres de forrar botones y los exporten para Hialeah
Él pueblo siempre será esclavo, para ése sistema
Esta comprobado hasta la saciedad que a esta gentes les puedes regalar todo el oro del Vaticano, el dinero de Suiza el petroleo de Arabia y a la vuelta de un tiempo están otra vez en la tea. De todas maneras estas medidas no arreglan aquel desastre ni en un año y los mulatos parecen haber perdido la paciencia. OBiden no da señales de componendas el domino luce trancado y Diaz Canel con el doble nueve en la mano.
Padre usted siga poniéndole los velones a Quintín Banderas ...
SingA0 duerme tranquilo porque Iliana Macías, su Madrina ... le ha asegurado que todo va a seguir igual ...
''Será el cierre mortal del ciclo de continuidad emprendido por Miguel Díaz-Canel.'' mortal para ellos o para nosotros?
"En otras palabras, la nueva ley-parche será una tumba para los emprendedores que se arriesguen a invertir bajo ella."
business as usual then
Cuba fuera un pais mejor con solo que el desgobierno que tiene, hubiera tratado mejor al pueblo cubano. Si no lo hubiera tratado como esclavo, humillado, abusado, despojado de sus derechos y propiedades, y reprimido.
No se acaban de dar cuenta.
El expediente actual de incompetencia y responsabilidad criminal del régimen en sus actuaciones frente a la pandemia, desenfocan efectivamente el interés en ciertas reformas económicas cosméticas, sobre todo porque éstas apuntan a los servicios y no a la producción industrial, importación-exportación independientes del Estado y una banca privada que los apoye.
No sería extraño, pués la historia nos confirma que procesos como éstos han unido espirítualmente a las mentes más sensibles dentro del poder y a la población en favor de un cambio político profundo que más allá de permitir una cafetería o una barbería, traiga de nuevo la libertad a los cubanos. Que tales cambios sean impulsados pacíficamente no hay garantías, dada la actitud del gobierno.
Gracias al señor Emilio Morales por sus siempre extraordinarios análisis.
Esos macaos no cambian de caracol aunque les apriete ... gasolina y fósforos ... para que se muden ...
Alcalde___ NAPALM Alcalde, NAPALM!!
Brillante , como siempre Emilio Morales.Gracias por este magnifico analisis. Rene Libertario.