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Escasez

Un cuento sobre cómo convertir en dinero la quiebra del Gobierno cubano

El día que Pepe oyó que la CADECA no compraría en el aeropuerto los pesos de los viajeros que se iban, le dio pánico, pero se le encendió el bombillo.

La Habana
Aeropuerto Internacional José Martí, La Habana.
Aeropuerto Internacional José Martí, La Habana. Cubadebate

Con 28 años y a diferencia de la mayoría de sus compañeros de carrera, Pepe aún vive en Cuba. Desde que se graduó en Ingeniería Química trabaja en Tabacuba, monopolio estatal del tabaco. Antes de la Tarea Ordenamiento tenía allí un "buen" salario que, junto a un estímulo en CUC y una "jabita", le permitía ir tirando. Sin embargo, desde que le aumentaron el sueldo —y le quitaron los CUC y la jabita—, paradójicamente este le alcanza para menos y Pepe ya no puede comprar ni la mitad de lo que antes podía. En parte por la subida de precios, en parte porque no hay qué comprar.

Esa mañana, mientras desayunaba un recalentado "café" aguado de chícharos —lujo que solo podía permitirse los escasos días del mes que duraba la cuota asignada—, escuchó en la televisión que la empresa estatal CADECA —monopolio cambiario del Gobierno— no recompraría en el aeropuerto los pesos de los viajeros que iban a abandonar el país, única excepción existente al corralito de divisas que llegó con la mal llamada unificación monetaria, donde efectivamente se había eliminado el preciado CUC al que Pepe sí tenía acceso, pero solo para sustituirlo por el inaccesible MLC.

La primera reacción de Pepe fue pánico. Su ya tambaleante bienestar personal estaba en riesgo. ¿Cómo que el Gobierno no podía devolver unas pocas divisas que apenas unos días antes había obtenido de los viajeros de paso? ¿Tan crítica estaba "la cosa" que el Gobierno no podía ni retener en caja ese poco de dólares o euros que, para tener moneda local, cambian los viajeros al llegar a un país?

Antes de pasar del pánico a la depresión —mecanismo emocional habitual en Pepe desde que terminada la universidad quedó responsable de sí mismo— se le alumbró el bombillo con una idea para rentabilizar esta nueva y ridículamente patética crisis de un Gobierno que ya no vive al día, sino al minuto.

El paroxismo de la felicidad llegó cuando recordó que le quedaban unos megas de internet de la última recarga que su socio de toda la vida —su hermano del barrio, El Chuchi— le puso hace poco desde España. Pepe abrió WhatsApp, pidió a los santos que la Seguridad del Estado no estuviese monitorizando sus comunicaciones, y llamó al Chuchi para contarle el negocio que tenía en mente.

¿Cuántas personas por despiste, desinformación, falta de oportunidad, de contactos o de tiempo llegarían al Aeropuerto José Martí con unos pesos que ahora CADECA no compraría?

¿No estarán dispuestas esas personas a cambiar esos pesos —que de nada le valdrían fuera de la isla más cara que ojos humanos han visto— a un tipo de cambio muy por debajo del que hubiese en el mercado negro de divisas?

La idea era simple: él, el ingeniero José Santana Castro, les compraría a esas almas desesperadas los incambiables pesos que tuvieran. Les daría dólares y euros a cambio de esos feos CUP, pero siempre con un 50% de ganancia con respecto al cambio en el mercado negro. Es decir, si en la calle para obtener un dólar hay que dar 50 pesos, a él por cada dólar habría que darle 75 pesos. 75 pesos que luego llevaría al mercado negro interno y convertiría en 1,50 dólares.

Aquellos que por la razón que fuese llegaran con pesos al aeropuerto tendrían solo dos opciones: o llevárselos por su valor como souvenir numismático, o cambiárselos a Pepe al precio que a él le diera la gana.

Chuchi entendió rápido, le prestó con interés (por insistencia de Pepe, porque él sería incapaz de cobrarle a su hermano, su yunta) unos dólares y unos euros que tenía "clavados" en Cuba, y así este comenzó su emprendimiento financiero.

Hoy Pepe está desayunando café, así, sin entrecomillado, café recién hecho del de verdad. Lo bebía sin apuro. Hacía más de tres meses que había dejado Tabacuba prometiéndose no volver a trabajar nunca más para el Gobierno.

Tranquilamente revisaba, en su flamante Iphone último modelo, los mensajes de los "cuadres" que tenía en el aeropuerto: taxistas, porteros, los de seguridad —que no es lo mismo que los de la Seguridad—, aduaneros, maleteros y hasta el personal sanitario. Un montón de cuadres que por una comisión le avisaban cada vez que había "un casito" para él.

Feliz, realizado, jugueteando con el enorme anillo de oro con cabeza de indio que se había regalado hacia pocos días, Pepe calculaba que, con suerte, en un año o poco más podría devolverle al Chuchi el préstamo. Tardaría ese tiempo no porque no pudiera pagar ahora, porque dinero para eso tenía, sino porque quería hacerlo en persona… Porque Pepe tenía que irse.

El era ingeniero —reflexionaba—, un tipo inteligente, no un comemierda de esos que cogen cuatro pesos y se sienten intocables. Era consciente de que historias como la suya en Cuba terminan solo de dos maneras: en el tanque —tragó en seco— o colaborando con "el aparato". Apuró el café, había que moverse fino. Él, José Santana Castro, se había jurado no volver a trabajar para el Gobierno.

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9 comentarios

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Profile picture for user Cristinita

Pepe bisnea sabroso y los mandamases "De a Pepe" siguen en la mandancia.

Profile picture for user Peña Tico

Ya ese negocio lo explicó Juan Juan al Medio

Puesto que el cambio de divisa fuera de instituciones bancarias es ilegal en Cuba, "Pepe" tendria sus dias contados fuera de la carcel.
Y creo que estan a solo un paso de volver a ilegalizar la tenencia de divisa en efectivo. Los capos la quieren todita para ellos.

Daniel : el titulo lo aclara es solo un cuento ,que tiene un fin,,pero al final es un cuento que describe el pataleo economico del gobierno y la habilidad del cubano para sortear obstaculos ,,,

Hola Arniel, se que es un cuento que ilustra una posible realidad, por eso escribi "tendria" en lugar de tiene. De todas formas la gente se arriesga porque no tienen opcion asi que lo que se cuenta pudiera inclusive estar sucediendo.

Profile picture for user Plutarco Cuero

Bruno Rodríguez P
@BrunoRguezP·3h
Representante gubernamental de Cuba

Gobierno de Biden mantiene a #Cuba en lista de países que no cooperan en la lucha contra el terrorismo.

Sorprende e irrita la calumnia y que aplique la política de Trump y sus 243 medidas de bloqueo.

Profile picture for user Plutarco Cuero

Biden mantiene a Cuba en la lista de países que no colaboran para erradicar el terrorismo

El canciller Bruno Rodríguez dice que "sorprende e irrita la calumnia"

Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

En general Rafaela Cruz es una excelente articulista, que trata a sus lectores con respeto y nos ayuda a entender Cuba de una manera simple, con argumentos convincentes. Entonces, es una pena terrible que se aparezca con este "cuentecito" que ni ella misma se cree: por una razón simple: el "cierre" de las CADECAs en los aeropuertos fue declarado hace solo tres o cuatro días, los viajes por avión están en mínimos históricos... así que es "economicamente" imposible que el tal Pepe haya logrado levantar esas ganancias (un "flamante Iphone último modelo", anillo de oro, comidas diversas...) en tan poco tiempo y pagando "propinas" a diestra y siniestra: maleteros, taxistas, guardias de aeropuerto. Pero supongamos que ella no lo presenta como un hecho, sino como una posibilidad: entonces nuestra articulista de economía Rafaela Cruz considera que eso es "posible", sin considerar que serán tantos Pepes al mismo tiempo que se anularán "economicamente" entre ellos.

El cuento es una excusa de la autora para hacer un retrato de la actualidad, no hay que buscar más que eso, pero oye, toda oportunidad está abierta a la competencia, si Pepe llega primero y hace los contactos por q no puede ser este el q saque más beneficios?