En defensa de la terapia de choque neoliberal de Raúl Castro, llamada Tarea Ordenamiento, en el sitio oficial del régimen Cubadebate se publicó no hace mucho un artículo que dice: "Cuba está asistiendo a la segunda reconfiguración, y seguramente la más dramática, del contrato social de la Revolución en el periodo socialista (…).se apunta a superar el modelo de socialismo del siglo XX".
Falso. Lo que el ordenamiento ha hecho es, precisamente, echar abajo el contrato social comunista mínimo impuesto por la fuerza, nunca por la vía de las urnas ("¿Elecciones para qué?", dijo Fidel Castro). Y que estaba a años luz del que Jean-Jacques Rousseau entregó al mundo en 1762, y que tituló El contrato social o principios de derecho político.
El contrato social del pensador franco-suizo, una de las principales figuras de la Ilustración europea del siglo XVIII es un compendio filosófico-político-social afincado en la libertad e igualdad de los hombres bajo un Estado basado en una especie pacto o contrato social.
Rousseau consideraba que el individuo es la piedra angular de la sociedad humana, y que necesita que haya un Estado de derecho que asegure su libertad y el derecho a la propiedad privada de los individuos, garantizado por la sociedad (el Estado). Es decir, que aunque asociado a los demás en un pacto social el individuo "no se obedezca más que a sí mismo", y permanezca tan libre como antes de vivir en sociedad.
Del carácter liberal de dicho contrato social basta leer esta frase de Rousseau en su obra: "Cuanto más crece el Estado, más disminuye la libertad". ¿Saben eso en la redacción de Cubadebate?
Fue el pensamiento liberal el que edificó el mundo moderno, su democracia, e hizo posible que el hombre camine por la Luna, tenga internet y viva el doble de años que cuando el Siglo de las Luces. Nada de eso se habría logrado bajo la égida estatista y antiliberal de Marx o Lenin, o la de los utopistas socializantes que desde Platón hasta el "Che" Guevara no fueron capaces de conocer la naturaleza humana, liberal de pies a cabeza.
Es imposible un verdadero contrato social en Cuba ni en ningún un país sometido a una dictadura totalitaria. Porque para que un contrato sea válido tiene debe estar firmado por las partes involucradas.
El contrato social comunista se basa en “palo y zanahoria”
En los países democráticos los ciudadanos firman un contrato social cuando eligen a sus gobernantes en las urnas, o aprueban la Constitución con el sistema de gobierno que desean. Pero en las naciones sometidas a dictaduras no hay elecciones libres y el pueblo no se puede expresar política o socialmente.
Todo pacto social en el socialismo emana forzosamente del principio de "palo y zanahoria" (para que un burro camine se le cuelga una zanahoria delante del hocico y se le da con un palo en el lomo). En Cuba, mientras recibió multimillonarios subsidios de Moscú, el régimen suprimía las libertades individuales, los derechos ciudadanos, y a cambio daba empleo, salud pública, educación gratis, cierta seguridad social, y algunas pocas zanahorias estrictamente limitadas por la cartilla de racionamiento.
Pero ese piso social mínimo ha sido abandonado por Raúl Castro, quien incluso ahora lo llama despectivamente un "papá-Estado" insostenible que había que desmontar. Puso fin a los "subsidios y gratuidades estatales indebidas", el soporte de todo sistema comunista, y sin dar nada a cambio. Dejó a la ciudadanía sin apenas beneficios sociales. Ahora el castrismo solo da palos, y sin zanahorias.
Esta terapia de choque evoca el "Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas" de Fidel Castro en 1986. Ambos procesos expresan la crueldad de estos dos hermanos.
La rectificación de Raúl Castro: echó abajo el "papá Estado"
Con su rectificación, el dictador fundador regresó al estalinismo ortodoxo por miedo a la perestroika de Gorbachov. Y la rectificación de Castro II ha sido para impedir igualmente el auge del sector privado, pero al mismo tiempo (paradójicamente) para quitarse la careta de una vez. Ha pasado, ya desembozadamente, a un capitalismo militar corporativo de Estado, mafioso, con nítidos rasgos fascistas, para beneficio exclusivo de la familia Castro-Espín y la casta militar que la mantiene en el poder.
Cuando salió del escenario cubano el argentino "Che" Guevara, artífice del modelo económico presupuestario centralista a ultranza, copiado del impuesto por Stalin en la URSS en los años 30, Carlos Rafael Rodríguez le aconsejó a Fidel que debía desecharse aquel desastroso sistema presupuestario que los soviéticos habían abandonado hacía 15 años.
No fue hasta 1975, ya con Cuba dentro del CAME (desde 1972) y por fuertes presiones de Moscú, que Fidel Castro al fin aplicó el cálculo económico soviético. En la URSS este consistía en que las empresas tenían bastante autonomía, eran autofinanciadas, competían y comerciaban en el mercado, decidían los surtidos de producción, y algo importante: sus trabajadores recibían parte de las ganancias de la fábrica o empresa si cumplían el plan.
El tirano caribeño lo bautizó como Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE) y le encargó su aplicación al nuevo ministro de Economía (entonces JUCEPLAN), Humberto Pérez, un economista formado en la URSS, partidario a ultranza del cálculo económico.
Entonces se abrieron mercados libres campesinos, se les dio una tímida autonomía a las empresas para autofinanciarse, se permitió la entrega de estímulos monetarios a los trabajadores. La producción aumentó un poco y la población sintió cierto alivio con el "mercado paralelo" y los "mercaditos". Por supuesto, todo esto gracias a los generosos subsidios soviéticos.
Pero al comenzar la perestroika en la Madre Patria comunista el comandante se espantó y regresó al estalinismo duro y puro. La economía cubana cayó en recesión, y no hubo hambruna porque el Kremlin aumentó los subsidios. Al desintegrarse la URSS, Cuba se hundió en la peor crisis económica de toda su historia republicana.
El castrismo, ya sin careta
Ahora, como el castrismo ya no tiene subsidios venezolanos, ni tampoco petróleo gratis suficiente, Castro II echa abajo el "papá Estado" del que estuvo presumiendo la dictadura durante 61 años, y encima sin liberar las fuerzas productivas ni reconocer los derechos y libertades elementales que debieron acompañar esa supresión. Y el país se ha hundido en una devastadora crisis económica, escasez de todo, y con el acecho de una hambruna que se acerca peligrosamente.
El bien alimentado dictador y sus burócratas se niegan a que los negocios privados crezcan, por dos razones: 1) teme que los emprendedores se independicen económica y políticamente del régimen; y 2) no quiere que el sector privado compita con el imperio económico de los militares que él y su familia encabezan, para poder enriquecerse más ellos solos.
El castrismo se despojó de su disfraz de "revolucionario" y comunista, pero sigue hablando de socialismo para continuar recibiendo el apoyo de la izquierda tonta continental, y también la terrorista, y seguir anestesiando al cada vez más reducido segmento de población cubana, en su mayoría ya anciana, que ha sufrido severo daño antropológico y es incapaz de distinguir entre lo cierto y lo falso, lo bueno y lo malo.
El general sin batallas ha cambiado las dos consigna oficiales de la dictadura —"Patria o muerte" y "Socialismo o muerte"— por una suya al fin: "¡Sálvese quien pueda!"
Ese es el "altruista" lema del contrato social del que hablan los medios alabarderos de la tiranía.
Más datos. Contrarios al sistema presupuestario centralista del Che Guevara además de Carlos Rafael estaba el comandante Alberto Mora, ministro del Comercio Exterior (MINCEX), donde yo trabajaba (1962-1966) y hablé varias veces con él. Y también el Che chocaba con el economista marxista francés, Charles Bettelheim radicado en Cuba por un tiempo.
El sistema estalinista implantado por el Che, con el claro apoyo de Fidel Castro, se basaba en que cada empresa consolidada no podía tener autonomía ni fondos propios, sino que era parte de una “gran empresa general” que era el Estado socialista, que lo planificaba todo centralmente.
Fidel Castro sí fue convecido por el Che Guevara de que debía aplicarse en Cuba el sistema presupuestario estalinista centralista a ultranza de los años 30 y 40 en la URSS. Y fue el Che el que montó íntegramente ese sistema y creo las empresas consolidadas (monopolios estatales) presupuestadas, y quien suprimió las relaciones mercantiles entre ellas, etc. Carlos Rafael se oponía, pero el Che consideraba que Carlos Rafael estaba demasiado "sovietizado" y era muy influencado por la URSS, que ya en 1960 hacía como 7 años que estaba aplicando el calculo económico. El Che calificaba al calculo económico de capitalismo disfrazado, contrario al socialismo y al marxismo-leninismo. Solo fue despues de que el Che se fue de Cuba que Carlos Rafael al fin fue escuchado y fnalmente Cuba entró en el CAME en 1972 Fui testigo directo y cercano de todo aquel proceso, desde el Banco Nacional de Cuba y el MINCEX.
OK. Comencé a escribir diciendo que podía estar equivocada. Recuerdo la polémica publicada de Che con Mora, y aunque no tengo recuerdos tan claros como los suyos, no me interesa defender a Che ni sus ideas sobre la economía socialista. Pero tampoco defiendo la participación de Carlos Rafael Rodríguez en la sovietización del país. Cual de los dos males, son injustificables. Que Cuba viviera la etapa de los 60 lanzando guerrillas por todas partes es un delito internacional, y un delito con su pueblo lo que usted llama puesta en práctica de las ideas de Che por parte de Fidel Castro. Que Cuba haya entrado en la órbita de la URSS, con CAME, "hurrahs" gritados por el MINFAR en la Plaza, con enseñanza del marxismo acorde con la de Moscú, y con persecución de cualquier creatividad en las esferas de la educación y cultura, incluso "dentro de la Revolución", es un crimen contra su pueblo y contra la soberanía nacional. De neocolonia yanqui se pasó a neocolonia soviética.
Puede que esté equivocada, pero me parece que Fidel Castro ni siquiera puso en práctica las ideas sobre la administración de la economía de Che, de las que el autor dice Carlos Rafael le advirtió a Castro, sino se alejó de ellas. Carlos Rafael por su parte fue el artífice de las negociaciones con Moscú para implantar el sistema presupuestario, la entrada al CAME, y la subordinación ideológica y política de la isla a la URSS, bajo un neo colonialismo, mediante el cual al tiempo que "la población sintió cierto alivio con el 'mercado paralelo' y los 'mercaditos", Cuba hipotecó su soberanía, se vivió un recrudecimiento de la represión en los sectores de la cultura y la educación, y el proceso de institucionalización puso en práctica la Constitución del 76 en la que la pérdida de libertades y derechos quedaron plasmados. Me parece que no hubo beneficio real en que Cuba haya salido en los 70 de la etapa guerrillera para entrar de lleno en la esfera de influencia de la URSS.
El contrato social o principios de derecho político de Jean-Jacques Rousseau... uno de mis libros de cabecera. Sin duda una excelente obra de obligatoria lectura para todos los seres humanos que deseen en bienestar y la salud política de una nación. No es de extrañar que hablar de Rousseau en Cuba constituya un verdadero peligro. No recuerdo con exactitud qué tanto se abordaba en el programa de estudios de la Facultad de Derecho en la UH a Jean-Jacques Rousseau, pero definitivamente se mencionaba muy poco teniendo en cuenta vasto el legado que dejó para la humanidad entera, algo que de hecho, era prácticamente ridículo cuando se abordaba su obra y su pensamiento filosófico. Lo mismo sucedía con Montesquieu. Llegué a escuchar a graduados de Derecho (obviamente incondicionales al sistema), que éste era una aberración dentro lo que debería concebirse como la verdadera e ideal estructura de un Estado. En pocas palabras, Montesquieu era un aborto de la naturaleza jurídica.
Esclarecedor artículo. Ojalá lo lean en el Comité Central, a ver si se enteran.
Estupendo articulo. Sobre todo esta parte: "y seguir anestesiando al cada vez más reducido segmento de población cubana, en su mayoría ya anciana, que ha sufrido severo daño antropológico y es incapaz de distinguir entre lo cierto y lo falso, lo bueno y lo malo."
Al cubano lo han embrutecido y degradado de tal forma que ya es comparable con la famosa gallina de Stalin, desplumada y hambienta, cuyas opciones son aceptar las migajas de su verdugo o revelarse y enfrentar el peor futuro en la carcel.
Otro dato, Quien escribió el artículo en Cubadebate fue el presidente de la Union de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo, (con mas de 50 años de edad era el subdiretor de Juventud Rebelde, el diario de la juventud castrista). Ronquillo es el vocero que insiste en el "contrato social de la revolución en el periodo socialista", para llegar al comunismo y tener mas desarrollo que EE.UU, Alemania, Japon, Suiza, Holanda, Canada, Suecia, etc
Socialismo para el pueblo capitalismo para los dirigentes
Tremendo articulo. Ya Alejandro Gil lo tienes que estar leyendo y retorciendo sus nalgas en la silla donde está sentado esperando una llamada del dictador puesto a dedo Díaz Canel. De lejos y de cerca lo están estudiando y le están restregando sus mentiras en sus caras. No tienen donde esconderse.