Después que el sábado pasado el Ministerio de Cultura (MINCULT) cubano realizó un diálogo con un grupo de artistas a los que calificó como jóvenes que "no han comprometido su obra con los enemigos de la revolución cubana", los medios oficiales reseñaron el encuentro como un espacio de diálogo y entendimiento.
De acuerdo con el ministro Alpidio Alonso Grau en su perfil en la red social Twitter, el "denominador común del diálogo fue el entendimiento de la naturaleza crítica del arte y el respaldo institucional a ese carácter", mientras que la televisión oficial ofreció un resumen de la reunión donde la mayoría de los minutos están dedicados a comentarios de Abel Prieto y del propio Alonso Grau.
Pero el testimonio público de varios de los participantes pone en evidencia otra realidad.
El escritor y editor Maikel José Rodríguez Calviño, un asistente que no formó parte del grupo de 32 personas que conversó con el viceministro Fernando Rojas la noche del 27 de noviembre, dijo que durante las siete horas que duró el encuentro del sábado último se mencionó "el daño que nos producen los actos de repudio, la intolerancia y el apuro por contraatacar y silenciar al otro o, por el contrario, de la modorra de nuestros medios de comunicación a la hora de reflejar acontecimientos trascendentales, del silencio que tienden sobre ellos y las opiniones tergiversadas que pueden generar reportajes apresurados, construidos sobre la marcha y desde la falta de creatividad e inteligencia".
Rodríguez Calviño señaló que fue "un diálogo complejo y difícil, al principio temeroso, caldeado en varias ocasiones, pero absolutamente necesario. (...) Realmente sería una lástima que la reunión propiciara linchamientos mediáticos y violencia, enemistades y más polarización de la que ya sufrimos. De hecho, si algo se tuvo en claro en todo momento fue la necesidad de construir un proyecto de nación libre de violencias", escribió en su muro de Facebook.
De acuerdo con el fotógrafo Gabriel Guerra Bianchini, otro de los asistentes, en el intercambio "se habló directo, sin tapujos".
"Recuerdo preguntar en qué parte de la Constitución votada por los cubanos está permitido que se le impidan a artistas y periodistas salir de sus casas, poniendo a fuerzas de la Seguridad del Estado en sus puertas. Recuerdo insistir en que los medios de prensa nacionales tienen el deber de transmitir la noticia en el momento en que ocurren y con transparencia. Que las difamaciones y el desprecio hacia personas que piensan distinto, nos separan como cubanos. Que los actos de repudio son una vergüenza y deben desaparecer instantáneamente", escribió en su muro de Facebook.
"Repliqué lo comentado anteriormente por alguien, ese apagón de los medios para desarticular la sede del MSI, ese oscurantismo, no es digno de este país. Eso es cosa de las dictaduras", agregó.
Guerra Bianchini reconoció que "se puso el dedo sobre las llagas", incluyendo "la realidad de que este país vive un asedio constante brutal".
Sin embargo, reconoció que al terminar el encuentro corrió a hablar con el ministro, pero como este hablaba con otra persona, le pidió a Fernando Rojas "que deben transmitir todo lo ahí discutido al MININT, para que cese el modo represivo con que se está encarando este asunto. Al ICRT, al Granma y todos los medios oficiales", sumó.
No obstante, un tercer asistente, el realizador audiovisual Joseph Ross, lamentó en sus redes sociales que "los reportajes en los medios de comunicación (la oficialista y la no oficialista), hasta ahora, sean tan superficiales con respecto al encuentro" en el MINCULT.
"Un ejercicio del diálogo que si no fue todo lo plural que debió ser (faltaron muchas personas que exigían ese encuentro desde el 27N, cosa que fue cuestionado con mucha fuerza por la mayoría de los presentes) fue bastante claro y escuchado... (Al menos en las horas que estuve, que no fueron todas, pero que fueron varias)", indicó.
También el artista visual Julio Llópiz-Casal se quejó en Facebook: "Yo no he comprometido mi obra con ese enemigo y sin embargo no estoy en esa reunión. (...) No estoy en esa reunión porque las autoridades culturales no quieren escuchar nada de lo que les voy a decir, les bastó con escucharme hablar aquel #27N durante menos de cinco minutos".
"En Cuba tienes todo el derecho del mundo a decir lo que quieras siempre y cuando no contradiga lo que la revolución es. Lo que pasa es que la revolución no existe, el enemigo no existe, la voluntad de intercambio por parte de ellos no existe, su capacidad para el intercambio no existe, su autonomía no existe, su dignidad no existe, su amor por la cultura no existe, su amor por Cuba no existe", consideró.
Por su parte, el actor Reinier Díaz, parte de la concentración del 27N que asistió a la reunión, contó a 14ymedio que Alpidio Alonso admitió que el encuentro se llevó a cabo a raíz de las protestas de esa jornada.
"De mi intervención el noticiero solo tomó la presentación, no pusieron el meollo de mi discurso, ni cuando asumí la responsabilidad por los 30 que participamos en el primer encuentro (con el viceministro Fernando Rojas) y firmamos el correo (con las condiciones para el siguiente encuentro que no se dio)", aseguró.
"Yo hablé como parte de los 30 y dije que nos oponemos totalmente a los actos de repudio, a la represión policial, a las constantes violaciones a la Constitución por parte del Ministerio del Interior, que actúa fuera de la ley, y a cómo muchos del grupo tenían ese día agentes parados fuera de sus casas para impedirles salir", recordó.
El MINCULT realizó una transmisión directa a través de sus redes sociales en la que no dio espacio a las opiniones de los participantes durante el encuentro, sino que hizo pases a otras provincias e hizo entrevistas con invitados puntuales.
Durante esa transmisión, uno de los jóvenes entrevistados dijo que "el control de los medios está en una sola dirección. Y los jóvenes y el país no van en una sola dirección, van en muchas direcciones y creo que todo el mundo tiene necesidad en algún momento de poder expresarse".
La intervención fue cortada por el moderador Alexis Triana, director de comunicación del MINCULT, a quien se vio mover los brazos en señal de interrupción.
Paradójicamente, mientras el encuentro tenía lugar, más de una decena de participantes del diálogo frustrado por el régimen se encontraban en arresto domiciliario y bajo asedio de la policía política.
Señores, el régimen mafioso TIENE LOS RECURSOS REPRESIVOS NECESARIOS Y SUFICIENTES PARA APLASTAR CUALQUIER FOCO DE REBELDÍA EN CUALQUIER PARTE. Vestidos de verde, azules, amarillos , negros , NO IMPORTA. Son lo mismo y responde a lo mismo: REPRESIÓN. Lo único que estremece los cimientos de este criminal régimen despiadado, es EL LEVANTAMIENTO POPULAR MASIVO por HAMBRE como factor de UNIDAD CIUDADANA. Tienen que sacudirse de encima la PANDEMIA COVID'59.
Oposición?
La Habana estaba llena de policías azules con cadetes de verde cuando el punto álgido de la covid 19.
Ahora está llena de atimotines de negro.
Para defenderse de la pandemia de empingue que tiene este pueblo.
// El castrismo se salva por su gran ventaja //
El grupo del 27 funcionó o funciona con optimismo de pensar que puede lograr que el castrismo se vuelva bueno o menos malo.
El de este sábado lo seleccionó el mismo castrismo, con la esperanza de que fuera más amistoso que el anterior, pero ni así le fue del todo bien, los reclamos para que se vuelva bueno o menos malo también estuvieron presentes.
Pero el castrismo sigue con su ventaja de siempre: disfruta de la ausencia de oposición política efectiva.
Compadre Trelles, usted realmente cansa con la misma letanía de "maaaalo, muy maaalo" y cosas así, sin decir nada concreto. Usted cae en el mismo error de la oposición en Cuba: no educan al pueblo.
Cualquier semejanza con Cantinflas es pura coincidencia.