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Economía

La inversión en Cuba es más política que economía

¿Habrá hoteles ya a nombre de algunos de los miembros de la elite cubana? Nada les impide hacerlo.

La Habana
Alrededores del hotel Meliá Cohiba, La Habana.
Alrededores del hotel Meliá Cohiba, La Habana. Diario de Cuba

Durante sus primeros 30 años, la revolución de Fidel Castro soslayó totalmente el desarrollo turístico, industria que, cuando este tomó el poder estaba en el preámbulo de un boom que habría convertido a la Isla en potencia mundial del sector. La razón para alejar a los visitantes fue solo una: el gobernante no quería testigos en "su" isla, empañando la pureza ideológica de "su" pueblo.

Este abandono pudo sostenerse gracias a que los soviéticos financiaban a Fidel, permitiéndole subordinar la economía a la política.

La traumática desaparición de la URSS enseñó a Castro que debía desarrollar una fuente interna para sostenerse, no podía depender plenamente de un mecenas internacional. Por eso cuando Chávez aterrizó en La Habana como caído del cielo, Fidel aprovechó el nuevo subsidio para desarrollar esa industria turística que antes había despreciado y en la cual Cuba contaba con obvias potencialidades.

Solo cuando el Gobierno comprendió que era lo mejor para sí mismo se desarrolla el turismo en Cuba. Fue una decisión política más, que se llevó a cabo a costa de no desarrollar lo más básico que tiene Cuba, la agricultura.

La mejor opción para el gobernante

El esquema castrista siempre se ha sostenido con financiación externa, lo que le permitió la centralización económica y el control político. Desde esta perspectiva, el turismo tiene características que lo asemejan a esa fuente financiera externa: puede generar muchas divisas, se desarrolla con socios extranjeros, se les paga poco a los trabajadores que viven prácticamente de propinas, sus beneficios son fácilmente centralizados y puede emplazarse en islotes aislados de la sociedad.

La inversión en hoteles tiene para la elite partidista y militar una ventaja adicional que llevó a GAESA a levantar 57 nuevos hoteles en los dos últimos años: los hoteles son empresas grandes, cada uno en sí mismo es un ente independiente y, llegado el momento, podrían ser repartidos entre los cabecillas del régimen si pasase algo como lo sucedido en la Rusia de los oligarcas. ¿Habrá hoteles ya a nombre de algunos de los miembros de la elite cubana? Nada les impide hacerlo.

De hecho, la corporación CIMEX S.A. de Cuba es una sucursal de la corporación CIMEX S.A. creada en Panamá el 17 de mayo de 1979. Los accionistas de esta última —que son desconocidos— son los dueños verdaderos de la mayor empresa cubana.

A costa de la agricultura

La agricultura emplea a más del 20% de los cubanos y podría desarrollar ingentes exportaciones de azúcar, alcoholes, tabaco, frutales o carnes. Se promovería así  una industria procesadora nacional, lo que habría distribuido la inversión homogéneamente (hoy entre la Habana y el Mariel acaparan más de la mitad de la inversión), evitando los desbalances de miseria y los éxodos desde Oriente a Occidente, que han sido reprimidos violando los más básicos derechos humanos.

Los datos agrícolas prerrevolucionarios demuestran que las condiciones geofísicas de la Isla permiten sostener la alimentación de su población y además situarla entre los mayores exportadores mundiales de alimentos. Para ello solo se necesitaría que los campesinos queden libres del cepo estatal y que haya importantes inyecciones de capital en el sector. Pero en vez de tomar esta vía, optaron por el más conveniente —para ellos—: el turismo.

En 2013, de la inversión total del país, el 8% iba a la agricultura mientras el turismo recibía un 19%, más del doble. En 2018 la inversión agrícola calló al 5,2%, pero en el turismo se disparó hasta el 36,4% de la inversión nacional.

En 2018, se invirtieron en turismo más de 3.000 millones, mientras en agricultura no se llegó a 500. Ese año, por cada trabajador agrícola el Estado invirtió 590 pesos, mientras que por cada trabajador del turismo invirtió 27.000 pesos.

Si buscamos una explicación racional al hecho de invertir siete veces más en turismo que en agricultura analizando oferta y demanda de ese periodo encontramos que la tasa de ocupación hotelera (demanda) en 2013 estaba en el 55% y en 2018 había bajado al 50%, mientras que las habitaciones hoteleras en Cuba (oferta) pasaron de 65.000 a casi 85.000 en esos cinco años. Es decir, una ampliación brutal del 30% cuando la mitad de las habitaciones hoteleras no se habían ocupado.

Allí donde se puede, como en Cuba, lo habitual es que la agroindustria sea el paso básico de una carrera hacia el progreso integral, que suele proseguir con el desarrollo de industrias textiles, de ensamblaje, turismo, tecnología y finalmente finanzas.

La falta de solidez en la agricultura lastra al resto en Cuba. El propio turismo es menos rentable porque debe importar mucha comida. La improductividad de la tierra es tal, que aun cuando desde 2011 los agricultores pueden vender directamente al turismo, menos del 10% de las cooperativas y menos del 0,5% de los campesinos individuales lo hace.

En conclusión, el Gobierno cubano maneja los recursos del país según sus intereses de casta, provocando desequilibrios macroestructurales que imposibilitan un desarrollo armónico y sostenible de la economía, condenando al pueblo a vivir muy por debajo de las posibilidades productivas de un archipiélago con tantas potencialidades.

Cuba no es pobre, ha sido empobrecida.

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3 comentarios

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Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

Este artículo está lleno de inexactitudes. La retomada del turismo no se inició con Chávez, como afirma la autora, sino antes, en pleno Periodo Especial. El Hotel Cohiba, que ilustra este trabajo, es un ejemplo. Y antes del propio Cohiba se construyeron e inauguraron varios hoteles en Varadero, Cayo Coco, Guardalavaca, Santiago... Por otro lado, decir que Cuba podría situarse "entre los mayores exportadores mundiales de alimentos" es como mínimo un desatino, considerando que Cuba posee pocas tierras, y altamente salinizadas. Sólo le faltó afirmar que Cuba, por ser una isla, podría convertirse en uno de los principales productores de pescados, cuando todo el mundo sabe que la plataforma insular no se destaca por la abundancia de peces y que las grandes capturas y producciones sólo ocurren en alto mar.
---- Pero lo que si le agradezco a la autora es traer a colación algo que ya me he preguntado otras veces: "¿Habrá hoteles ya a nombre de algunos de los miembros de la elite cubana?"

Bobo, mira los datos de producción de cuba antes del 59 pa q veas si no era de los primeros productores mundiales en varias cosas, neto y percapita. El boom del turismo es mucho más para acá del periodo especial, ultimos 20 años, estas bobo hoy

Profile picture for user Ricardo E. Trelles

// Sí sí sí //
El castrismo es maaalo, muuuy malo.
Pero hablemos de LA SOLUCIÓN, de cómo y si es posible tener un país bueno y próspero.
Si trabajamos para establecer un gobierno democrático, y que todos los cubanos reconozcan (o teeengan que reconocer) que es el legítimo y bueno, ese gobierno establece quién es propietario de qué y regula toda la actividad económica nacional.
Para empezar, todo lo que ha sido creado extrayendo abusivamente del patrimonio nacional ¡no es de ningúnos indivíduos, es del patrimonio nacional! Si alguien tiene recursos legítimos, se le puede vender parte de esas empresas en forma de acciones de capital. Quienes hayan demostrado ser capaces, aunque fueron castristas, de llevar bien un negocio, podrían seguir.

¡Todo parte de TRABAJAR para establecer ese gobierno democrático legítimo! Eso es complejo pero PERFECTAMENTE POSIBLE. Si seguimos solo quejándonos de que "el castrismo es malo, Cuba está muy mal" etc LOS SUFRIMIENTOS Y ELHUNDIMIENTO DE CUBA SEGUIRÁN