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Sociedad

'Tratan de convencerme de que los dólares de aquellos que escupimos son los que van a sacarnos a flote'

Con lo cara que ha costado la dignidad 'me la pintan digna de ser subsidiada', dice el escritor cubano Jorge Fernández Era.

La Habana
Cola frente a un mercado de productos en dólares.
Cola frente a un mercado de productos en dólares. Ricardo Robaina/Twitter

"Hoy, ante una crisis que se hizo más visible, pero que nos golpea hace rato, tratan de convencerme de que los dólares de aquellos que escupimos y conminamos a que se fueran hace cuarenta años porque 'no nos eran necesarios', son los que van a sacarnos a flote", cuestionó el escritor y actor cubano Jorge Fernández Era ante la redolarización del mercado interno en Cuba.

"Los valores que recibí desde pequeño incluían cortar todo vínculo con los familiares que habían volado al norte. Una hermana de mi papá, la que me hizo conocer de pequeño las pocetas del Malecón y se fue tras su esposo a un universo desconocido, se convirtió desde mis seis años en una gusana, no importa si nunca tiró un hollejo en la política", refirió en un extenso comentario en su muro de Facebook.

"Solo cuarenta años después mi mamá me confesó que se vio obligada a romper todas las cartas que mi tía Amadita enviaba a sus sobrinos desde Miami, so peligro de ser sancionada", completó, y sumó a ello cómo siendo muy joven tuvo que gritar frente a la Embajada del Perú sabiendo que allí estaba un primo suyo que "meses antes me había acompañado en mi convalecencia hospitalaria tras una operación".

Fernández Era, quien fuera miembro del grupo humorístico Nos-y-Otros y ha trabajado en diversas instituciones oficiales pidió que, ante la apertura de la nueva red de tiendas para vender productos de primera necesidad en dólares, "al menos haya recato".

"Es chiste de mal gusto que se televise un reportaje sobre la inauguración —corte de cinta y todo— de la tienda en MLC 'El Sable' —poco faltó para la consigna '¡Ahora sí vamos a construir el capitalismo!'— y se olvide que una mayoría no puede comprar en ella porque vive de hacerse el harakiri", cuestionó.

"No puedo callar cuando a la dignidad, con lo cara que ha costado, me la pintan digna de ser subsidiada", culminó su mensaje, que ha provocado cientos de reacciones y casi 200 comentarios.

El texto de Fernández Era se suma a la oleada de desacuerdo e irritación que ha generado entre los cubanos la nueva medida, presentada por el Gobierno como una decisión necesaria para la reactivación económica tras la pandemia del Covid-19.

De acuerdo con los funcionarios del Gobierno, los ingresos de esas tiendas permitirían sostener la oferta de los mercados en CUC, donde adquieren sus productos la mayoría de los cubanos y que, a diferencia de la red en dólares, están desabastecidos

"¿Cuántas veces han cambiado ya los 'valores' que debemos defender? ¿Cuántas versiones de 'dignidad' hemos asumido? Nos obligaron a chivatear los problemas ideológicos, a los desviados tras los productos del Norte. A condenar, escupir y tirar huevos a los que se iban porque querían dólares. ¿Y ahora dónde quedamos nosotros, quién reconoce y paga por esta culpa, la culpa de obligar a un pueblo a seguir políticas erróneas, incluso crueles, como repudiar, insultar y quitarle sus propiedades? Las escuelas explicarán como un disparate la Ofensiva Revolucionaria de 1968 y develarán a los culpables ¿cuánto más nos queda ver?", se sumó en el foro de la publicación de Fernández Era el también escritor Alexis Castañeda.

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3 comentarios

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Profile picture for user Amadeus

Fidel Castro se pasó los 60 años de dictadura hasta que se murió, escupiendo para arriba. No hay solo proyecto o invento que le haya salido bien. Para suerte ha quedado para la posteridad aquello de „no los queremos, no los necesitamos“ , una frase que es el monumento al fracaso, mientras la nación solo puede sobrevivir con las remesas del exilio..

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Bueno, tampoco de muela solamente vive el hombre. A cada humillación, a cada patada por el trasero, los cubanos se lanzan a Facebook a escribir unas bellísimas meditaciones, llenas de sanas protestas literarias, de poesía, de indignación con mucho caché, con miles de likes. Pero de ahí no pasan. Si se callaran y se organizaran en secreto (como siempre ha tenido que ser) e iniciaran alguna acción, promovieran alguna solidaridad u organización que fuera más allá de la simpatía por los perros apaleados, entonces las tiendas pasarían a manos del pueblo, y la producción de bienes sería una cuestión privada y eficiente. Pero a pesar de los lamentos, recargarán sus tarjetas con dinero de los gusanos y seguirán quemando gigabites.

Profile picture for user Proscopito Arrechabaleta

Así es, los compañeritos son muy dados a la literatura.