Resolución 56, otro pasito hacia la 'prosperidad' socialista en Cuba

La Resolución 56 no funcionará, nosotros lo sabemos porque llevamos 65 años atestiguando la destrucción del país; ellos lo saben porque llevan 65 años destruyéndolo.

A estas alturas, hasta los bosquimanos del Kalahari saben que todo lo que implique intervención del Estado castrista saldrá mal, pero aun así, nosotros seguimos atestiguando en silencio mientras Sandro Castro celebra y ellos, allá arriba donde no se va la luz, aprueban la económicamente genocida Resolución 56 a sabiendas de que empeorarán aun más la ya miserable existencia en esta isla secuestrada, tan rehén como cómplice.

Y justifican tal crueldad haciéndonos creer (aunque ellos saben que ya nadie les cree) que el "ordenamiento de la comercialización mayorista… con la participación de entidades estatales o a través de las comercializadoras mayoristas estatales, permite a los actores económicos no estatales utilizar infraestructura, transporte y experiencia comercial. Contribuye, además, a la disminución de los costos de transportación y almacenamiento, impactando en los precios minoristas de los productos con destino a la población". ¡Qué clase de cara más dura!

¿Se referirán a esa infraestructura de transporte, almacenamiento y distribución que tras seis décadas de socialismo está en ruinas? ¿"Experiencia comercial" llamarán a la ineficiente y corrupta burocracia estatal? ¿Con burocracia, camiones viejos y almacenes con goteras es que la Resolución 56 va a disminuir los costes "impactando en los precios minoristas"? ¿Habrá algún nivel de zafiedad que el castrismo no esté dispuesto a sobrepasar?

Es real que la pobre estructura logística del país —¿culpa de quien será?— está lastrando la actividad comercial, pero estatalizar parte de la cadena de distribución privada es hacer exactamente lo contrario a lo que toda experiencia indica que debería hacerse, que es privatizar todo lo que el castrismo no ha destruido aún.

Lo más importante, sin embargo, es que aun si milagrosamente y contra toda lógica la Resolución 56 redujese los costes de las MIPYMES, eso nada influirá en los precios que esas MIPYMES cobrarán a la población, porque por más que el castrismo legisle ignorando las leyes de la economía, seguirá siendo una verdad axiomática que costes y precios de venta no están relacionados.

Y es que las empresas no trabajan para cubrir sus costes de actividad, sino para ganar dinero, por lo tanto, cuando los costes se reducen lo que hace un buen empresario es aumentar su margen de beneficio, no rebajar sus precios… a menos que la competencia se lo imponga.

Pero la Resolución 56 no solo no elimina la falta de competencia que el castrismo mantiene en Cuba causando altos precios por poca oferta, sino que la agudiza al dejar sin licencia a muchos proveedores que actualmente estaban importando contenedores de harina, fosforeras, azúcar o casi cualquier otra cosa que los cubanos necesitan y el Estado no vende.

Todo precio se define por la interacción de oferta y demanda sin importar para nada cual haya sido el coste de producción. En Cuba, la falta de libertad económica impuesta por el castrismo provoca un desbalance entre estas fuerzas, siendo la demanda muy superior a la oferta de casi cualquier producto lo que empuja los precios al alza, algo que la Resolución 56 empeora reduciendo el número de oferentes e introduciendo a la burocracia estatal en lo que hasta ahora era un negocio privado.

Y junto a los precios de todo lo importado, que en Cuba son mayormente bienes de pura subsistencia muy inelásticos (es decir, que por más que le suban el precio al cartón de huevos, al aceite o al pollo su demanda será estable pues no hay otra opción que comprarlos), también subirá el precio del dólar. Porque la Resolución 56 detalla los mecanismos para forzar a los privados a venderle al Estado, pero nada dice de cómo el Estado pagará esos bienes, con lo que la reacción esperada de todo mipymero con dos dedos de frente será comprar cuanto dólar encuentre. No solo para reabastecerse, sino porque como desde agosto el castrismo está lenta pero firmemente estrangulando al sector privado, sería muy inepto no mantener una posición de liquidez en dólares maximizada, ante la muy posible circunstancia de que la soga termine por cerrarse y haya que cerrar el chiringuito.

56 es 65 al revés, revolución es involución, Cuba avanza hacia atrás.