Las crisis internas que agobian a las presidencias de Gustavo Petro en Colombia y de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil son la guinda en lo que parece constituirse en un rotundo fracaso para la diplomacia regional: la permanencia de Nicolás Maduro en el Gobierno de Venezuela, haciendo caso omiso de los resultados electorales del pasado 28 de julio.
Durante varias semanas, con posterioridad a las elecciones presidenciales del último domingo de julio en Venezuela, creció cierta expectativa por el rol que podrían tener dos presidentes provenientes de la izquierda y quienes, cada uno con sus matices, hicieron saber que no reconocerían a Maduro como ganador hasta tanto no existiesen pruebas públicas y verificables de los resultados.
Al tándem Petro-Lula se sumó por breve tiempo México. Las cancillerías de Bogotá y Brasilia apostaron a no hacer enojar al régimen de Maduro, se mantuvieron al margen de votaciones condenatorias en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) y tomaron distancia de las posiciones más beligerantes que, desde la derecha, hizo Javier Milei, el mandatario argentino y, desde la izquierda, el presidente chileno Gabriel Boric.
Paulatinamente este rol mediador se fue debilitando por una razón simple, Maduro no estaba en disposición de sentarse a dialogar con quienes fueron sus otrora aliados. DIARIO DE CUBA pudo conocer por fuentes diplomáticas de Brasil que el gobernante venezolano ni siquiera le atiende el teléfono al septuagenario presidente brasileño y referente de la izquierda latinoamericana.
"Lula da Silva apostó a que con sus altas credenciales de militante progresista e historial de lucha democrática lograría convencer a Maduro de que aceptase la realidad, de que había perdido las elecciones, pero tal cosa no ocurrió", comentó un diplomático de Brasil a condición de anonimato.
A lo que ya de por sí parecía una gestión diplomática atascada por la falta de voluntad de quienes detentan el poder en Venezuela, se han sumado ahora situaciones críticas tanto en Brasil como en Colombia, dos países que comparten frontera con Venezuela, y que tras el 28 de julio han registrado aumento en el cruce de venezolanos como migrantes sin documentación, como reacción a la consolidación del modelo autoritario del chavismo.
En Bogotá, este martes, el Consejo Nacional Electoral de Colombia anunció la apertura de una investigación y la presentación de cargos contra Petro por presuntas irregularidades en la campaña electoral de 2022, cuando fue electo en segunda vuelta.
Las autoridades electorales señalan, en concreto, a Gustavo Petro, a Ricardo Roa, gerente de la campaña, y a Lucy Mogollón, tesorera, así como a los auditores. Se les acusa de "presunta vulneración del régimen de financiación de las campañas electorales". Cifran la presunta vulneración en unos tres millones de euros.
Se les acusa de omitir información sobre las aportaciones de distintos partidos y sindicatos, así como "pagos a testigos electorales" o gastos de propaganda electoral. De inmediato, Petro denunció esta decisión, a la que señaló de "inicio" de un golpe de Estado que, según allegados al Gobierno, básicamente buscaría inhabilitar políticamente al actual mandatario.
Ante tal crisis, que ha estallado justamente este martes en Bogotá, se ve improbable que el presidente Petro destine esfuerzos a la crisis de Venezuela, cuando lo que está en juego es su propia carrera política.
En Brasil, entretanto, se sigue haciendo análisis de las implicaciones de las elecciones municipales y del papel secundario que ha pasado a ocupar el histórico Partido de los Trabajadores (PT), la agrupación de origen sindical que Lula da Silva fundara en los años 80 y que tuvo un papel protagónico en varios momentos del retorno a la democracia en el país sudamericano.
El PT, en número total de votos, quedó en quinto lugar en las votaciones celebradas este domingo 6 de octubre. Agrupaciones conservadoras y liberales e incluso de centro quedaron por encima del partido fundado por el tres veces presidente de Brasil.
El Partido Liberal, del ex presidente Jair Bolsonaro, un archirrival de Lula da Silva, obtuvo casi el doble de votos que el PT, otrora referencia de la izquierda en América Latina.
Los análisis poselectorales apuntan a que Lula da Silva deberá restar fuerza y tiempo al liderazgo global que ha querido imprimirle a esta presidencia iniciada en enero de 2023, y enfocarse en la gestión nacional con énfasis en regiones y municipios que le rechazaron de forma amplia. Esto es crucial si finalmente decide buscar un nuevo periodo en las elecciones presidenciales de 2026.
"La diplomacia latinoamericana parece haber encallado. No se logró ningún avance, el Gobierno de Maduro ni siquiera prestó atención al llamado de que por encima de todo debían resguardarse los derechos humanos de los venezolanos que le hicieran México, Brasil y Colombia", sostiene un veterano diplomático sudamericano radicado en Caracas, consultado por DIARIO DE CUBA.
La lógica política, por otro lado, parece apuntar a que tanto Petro como Lula da Silva tienen urgencias domésticas por encima de las demandas diplomáticas en torno a una crisis que envuelve a un país vecino.
Sin embargo, en la reciente Asamblea General de la ONU, los gobiernos de Brasil y Colombia hicieron saber que no reconocerán como legítimo a Maduro a partir del 10 de enero de 2025, a menos que este pueda demostrar su victoria. Esto abrirá otro capítulo, inédito hasta ahora, en materia diplomática.
No hay indicios de que el chavismo vaya a presentar resultados desagregados del 28 de julio, tras haberse vencido todos los plazos legales para ello, según la legislación de Venezuela.
Junto a esto se suma lo señalado por el portal informativo El Pitazo, que llamó la atención sobre la inédita ausencia pública, en tiempos poselectorales, de Elvis Amoroso, quien es el presidente del Consejo Nacional Electoral y quien declaró ganador de los comicios a Maduro en la madrugada del 29 de julio. La última aparición pública de Amoroso data del 5 de agosto, según este medio digital venezolano.
LOS IZQUIERDITAS ASESINOS EN SERIE. EL SINGAOO DE MIGUEL DIAZ CANEL DE CUBA. EL INDIO DE NICARAGUA , DANIEL ORTEGA. EL BURRO ASESINO DE VENEZUELA. NICOLAS MADURO. EL INDIO VIOLADOR DE BOLIVIA. EVO MORALES. EL ASESINO VLADIMIR PUTIN DE RUSIA. EL LOCO ESBIRRO Kim Jong Un. DE NORTH KOREA. QUEDAN LOS PAISES DE VIETNAM CHINA. CON DICTADORES CORRUPTOS Y LADRONES, LES PIDO A DIOS TODOPODEROSO. QUE TODOS SE VAYAN PARA EL INFIERNO EN ESTE MISMO INSTANTE. TODOS AL INFIERNO CON SUS MATONES, REPRESORES. ASESINOS, TERRORISTAS, LADRONES, VIOLADORES. EXPLOTADORES. TODOS AL INFIERNO. PURA LACRA ASESINA
Narco Petro se las va ver negras y con juicio por su prevaricación y fondos de origen dudoso con los cuales financio su campaña presidencial donde estaba implicada la fallecida Narcosenadora Piedad Córdoba, Lula es viejo cagalitroso y corrupto que tendrá que rendirse porque el escándalo estallará de nuevo y es Presidente, porque Bolsonaro es un bestia, no un político de grandes luces.
Solo los tontos útiles y los anormales se han creído el cuento de estos dos grandes castrochavistas, lo de ellos solo ha sido una cortina de humo para mantener alejada la sombra de una amenaza de intervención militar, aunque en realidad el payaso hazmerreir del gobierno gringo jamás ha pensado en ello, a pesar de su famoso slogan "todas las cartas están sobre la mesa" tienen demasiado interés en el petróleo venezolano para que de verdad quieran salir del castrochavismo...
Si la OEA sirve para algo, una intervención armada de los países nor/centro/sur americanos deberían ir proponiéndoselo. Maduro no se irá del poder con flores.
¿Quien en su sano juicio podría insinuar que Lula y Petro realmente han intentado presionar a su narco aliado venezolano para que acepte el resultado de las elecciones o que no lo reconocerán en enero?
Seria algo asi como que una hiena le pidiera a otras que se hicieran vegetarianas.
La ingenuidad de los que verdaderamente creen en la democracia es una de las principales razones de porque el socialismo y el islamismo en todas sus variantes, terminarán tragándose a occidente.
Mucha verdad encierran sus palabras amigo, estamos muy jodidos con estos incapaces, inoperantes, prepotentes y estúpidos gobernantes gringos...
Lo novedoso de esta saga será cuando Colombia y Brasil no reconozcan al gobierno de Maduro a partir del 10 de enero, como dice el artículo.
Quisiera creer que eso pase, pero no apostaría 1 peso para recibir 1,000 por ese escenario.