Autoridades de salud investigarán la muerte de una cubana, tras las denuncias de la familia

La Dirección Provincial de Salud de Las Tunas anunció este martes una investigación sobre el fallecimiento, en el hospital provincial, de la cubana Yaneidys Barea Gregori, ocurrido cinco días antes. Aunque la causa de la muerte fue la malaria o paludismo que habría contraído en Angola, la familia exige justicia, pues un diagnóstico temprano habría podido evitar el desenlace fatal.

En una nota publicada en Facebook, en la que no mencionó la causa del deceso de Barea Gregori, la Dirección de Salud de la provincia oriental informó sobre la creación de una comisión médica "para analizar y esclarecer los hechos relacionados con el cumplimiento de los protocolos médicos" realizados a la mujer "teniendo en cuenta las insatisfacciones de su familia".

El texto explica que Barea Gregori, licenciada de Psicología, acababa de regresar de la República de Angola, "donde se encontraba por un contrato personal de trabajo".

Al relatar en la misma red social los hechos que terminaron con la muerte de su hermana, Sandra Reyes Gregori aclaró que esta "no era colaboradora; salió del país hace un año como miles de cubanos, buscando un futuro mejor".

Ambas llegaron al tunero municipio Jesús Menéndez el 20 de junio. Solo Yaneidys Barea tenía que hacerse la prueba de la gota gruesa, que se les realiza a todos los pacientes provenientes de África para descartar o confirmar la presencia de malaria. Sandra, de acuerdo a su publicación, no había viajado a Cuba desde un país de ese continente.

Aunque pensaban ir al policlínico al día siguiente, un médico amigo de la familia, el doctor Miguel Escalona, director de Higiene y Epidemiología de Salud Pública en el municipio, las puso en contacto con una laboratorista para que le realizara el análisis a Yaneidys Barea el lunes 24.

La prueba se hizo el 24 de junio por la mañana y Yaneidys comenzó a presentar dolores musculares, fiebre y náuseas al día siguiente.

"Durante los siguientes días, sus síntomas continuaron y se hicieron más fuertes, pero como no teníamos los resultados de los análisis —que mi tío fue a buscar en tres ocasiones sin éxito— pensábamos que el resultado era negativo. Dada la alta incidencia de Dengue y Oropouche en el municipio, pensábamos que lo que tenía era eso. Durante el día no tenía tantos síntomas, pero por la noche se hacían más fuertes", explicó Sandra Reyes.

Ante la aparición de falta de aire y el cambio de coloración en la orina de Yaneidys, la familia la llevó al policlínico para que le hicieran otros análisis. Estos dieron alterados, por lo que la trasladaron al hospital del municipio.

Un médico, al que Reyes identificó como doctor Elder, preguntó si la paciente se había hecho la prueba de la gota gruesa. Al saber que no habían recibido los resultados, decidió que había que dejarla ingresada. La familia dudó en hacerlo, al principio, debido a las malas condiciones que tienen los hospitales en Cuba y teniendo en cuenta que el tratamiento para el dengue podía seguirlo en casa, pues aún no pensaban que Yaneidys tuviera malaria.

Finalmente, regresaron al hospital, donde se encontraron "con una consulta donde los médicos estaban tomando helado, comiendo y conversando, incluso mientras la atendían", de acuerdo con el relato de Sandra.

La paciente fue ingresada alrededor de las 5:00PM y tuvo que cuidarla su tío, que es enfermero del propio hospital, "porque ese día no hubo cuidado de ningún médico".

El martes 2 de julio, los síntomas eran peores. Ese día, ocho después de que Yaneidys se hubiera hecho la prueba para descartar o confirmar la malaria, el personal médico se percató de que la muestra estaba guardada y nunca había sido enviada al lugar donde debía ser analizada.

El doctor Elder decidió remitir a la paciente al hospital provincial de Las Tunas, pero la familia tuvo que esperar una ambulancia desde la 1:00 PM hasta las 6:00 PM.

Sandra explica que, entre las 7:00 y las 8:00 de la noche, llegaron al Cuerpo de Guardia del hospital provincial, donde Yaneidys "prácticamente fue ignorada por los médicos, y fue ingresada en la sala de infecciosos alrededor de las 11 de la noche".

"En ese momento tenía mucho dolor en el cuerpo, fiebre, falta de aire y el abdomen inflamado", describió la hermana de la paciente.

Al día siguiente, miércoles 3 de julio, los médicos le pusieron sueros a Yaneidys para mantenerla hidratada, pero no le suministraron ningún tratamiento directamente para la malaria, porque aún se ignoraban los resultados de los análisis.

La presencia del paludismo solo se confirmó "cuando le hicieron el análisis, entre las 8:00 de la noche del miércoles y las 2:00 AM del jueves".

Aunque en la sala de terapia intensiva Yaneidys recibió "toda la atención requerida según su condición médica", ya era tarde. Sus órganos comenzaron a fallar y finalmente murió por un paro cardiaco.

Sandra Reyes, quien en su publicación calificó la muerte de Yaneidys como "un Asesinato", consideró que el único error de su hermana fue "confiar en el sistema de salud, ese mismo sistema hizo que perdiera la vida a causa de errores y negligencia de muchas de las personas que la trataron".

"Transcurrieron ocho días desde que se tomó la muestra hasta que verdaderamente se supo que tenía malaria", señaló la hermana de la fallecida.

"En ese período de tiempo, la primera muestra estuvo guardada, y durante esos días la enfermedad avanzó, sin saber (que) iba a terminar quitándole la vida. Nada la traerá de regreso, pero sí se tiene que hacer justicia, porque lo de mi hermana fue un Asesinato", sentenció Reyes.

En los más de 100 comentarios que acumula el post de Sandra Reyes y los 45 que se leen en otra publicación de allegados de la fallecida sobre los hechos en la misma red social, los usuarios expresan solidaridad con la familia y reclaman que se haga justicia.