¿Qué quiere Rusia de Cuba a cambio de sus inversiones en la Isla?

Moscú y La Habana han hecho varios anuncios de acuerdos y negocios en apenas 48 horas. Con ellos, Rusia estrecha la alianza con su más viejo y fiel aliado en América, pero también encuentra nuevos mercados para sus productos, ahora que Occidente le aplica un boicot por la invasión de Ucrania.

Pero, sabiendo que La Habana no tiene dinero ni es un socio puntual para honrar sus deudas, ¿qué garantías le pide a cambio de esos negocios el Kremlin?

Boris Titov, el oligarca que dirige el Consejo Empresarial Rusia-Cuba, encargado de la reforma de la economía cubana o "cubastroika" apadrinada por Moscú, fue explícito en torno a cómo el satélite del Kremlin tendría que responder a su interés en la lejana Isla.

En declaraciones a la agencia rusa Interfax, que los medios oficiales cubanos no replicaron, el encargado por Vladimir Putin de la defensa de los derechos del empresariado de su país dijo que son alrededor de 30 los proyectos que deben ser desarrollados por inversionistas rusos en Cuba.

"Al margen de la comisión intergubernamental, se llevó a cabo el Foro de Diálogo Empresarial Rusia-Cuba, organizado por nuestro consejo empresarial. Asistieron 46 empresas rusas. Y si antes del foro teníamos 11 proyectos de inversión en cartera, después de él ya había unos 30", aseguró el empresario, que acompañó a La Habana al viceprimer ministro ruso Dimitri Chernishenko.

Entre los ejemplos que citó de esos negocios estaría el ensamblaje de carros marca UAZ en Cuba, la venta de automóviles de fabricación rusa en la Isla y la creación de un centro de servicio para su reparación y mantenimiento.

"Se han elaborado proyectos para la construcción de una planta de energía solar, la reconstrucción de empresas de la industria ligera, la producción de materiales de construcción, harina, jugos, bebidas alcohólicas, el procesamiento de harina de soja y caña de azúcar, que es especialmente importante para la economía cubana, a cambio del suministro de fertilizantes minerales de Rusia", dijo Titov, dejando claro que varios negocios e inversiones serían pagados a través del trueque.

El oligarca mencionó además joint ventures para el desarrollo de zonas turísticas: "Ya estamos viendo formas concretas de abrir restaurantes, primero en La Habana y luego en otras ciudades de Cuba. Por supuesto, el tema de interés de casi todos los miembros del Consejo Empresarial es el establecimiento del trabajo de la Casa Comercial Ruso-Cubana. De hecho, esto podría ser un paso decisivo en el suministro de productos rusos al mercado cubano. Hay, por supuesto, problemas con la logística, tenemos que trabajar para reducir el costo del flete, poner barcos rusos y cubanos en la línea", precisó, en referencia al anunciado mercado físico para vender en Cuba productos rusos.

Titov mencionó entre los intereses rusos la digitalización, un asunto al que vuelve siempre después de haber propuesto tiempo atrás hacer negocios con criptomonedas con los aliados, salida que busca Rusia después de ser casi borrada de la economía global.

Según Titov, Rusia ha acumulado una amplia experiencia en la creación de superservicios digitales que ayudan a los empresarios a ponerse en contacto tanto con el Estado como entre sí, con el mínimo esfuerzo. "Esto se aplica al registro de una empresa, al pago de impuestos y a todo tipo de servicios financieros", precisó.

"La parte cubana reafirmó su disposición a adaptar dichos productos. Además, los expertos del centro bilateral para la transformación de la economía cubana, creado con nuestra participación, creen que la digitalización puede convertirse en una fuerza impulsora en el camino de las reformas de mercado, ayudará a Cuba a reducir la facturación del dólar en efectivo y el sector paralelo de la economía en su conjunto", dijo.

Comentó también que las autoridades cubanas están dispuestas a proporcionar condiciones especiales a los empresarios rusos. Por ejemplo, el arrendamiento de tierras a 30 años para la producción; la importación libre de impuestos de maquinaria agrícola rusa, y el apoyo a la casa comercial de Moscú en La Habana.

"Pero nos gustaría ver nuevas medidas", avisó.

"Hasta el momento, la cuestión de las preferencias fiscales; la política de personal de los empleadores rusos en Cuba, incluido el derecho a contratar y despedir libremente a los empleados; el acceso preferencial de las empresas rusas a la contratación pública en la República de Cuba (según una lista separada de bienes), aún no se han resuelto. Esperamos que en un futuro próximo haya progreso en estos temas, y toda la gama de preferencias se consagre en ley", subrayó Titov.

Estos comentarios se suman al anuncio del jueves de que tres bancos de Rusia decidieron abrir sucursales en Cuba y ya han presentado las solicitudes requeridas al Banco Central de la Isla.

"La parte cubana ha confirmado su interés en registrar sucursales de bancos rusos", dijo en esa ocasión Titov, según un reporte de la agencia oficial rusa TASS. El funcionario aseguró que también se está planeando crear bancos conjuntos ruso-cubanos para financiar pequeñas y medianas empresas que operan en la Isla. En resumen, control sobre la economía al mismo nivel del que hoy existe sobre la política del PCC.

De acuerdo con Ricardo Cabrisas, citado por EFE, como resultado de estos acuerdos el capital ruso estará presente en varios sectores estratégicos de la Isla.

El ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera subrayó, sin ser tan explícito como Titov: "Queremos elevar la presencia de Rusia en el plan de desarrollo económico y social de Cuba de 2030 en adelante".

En ese sentido, el vicepresidente Chernishenko aseguró que Rusia ayudará en la modernización de los centrales azucareros cubanos, una industria desmantelada casi del todo por Fidel Castro y que en los pasados años ha tocado fondo, tras alcanzar producciones con cifras del siglo XIX.

Titov, que ya actúa como virtual procónsul de Moscú en Cuba, había anticipado a los empresarios de su país reunidos en La Habana que el Gobierno de la Isla ofreció mecanismos para repatriar ganancias a Rusia y procesos expeditos para la oficialización de empresas mixtas, así como la posibilidad de operar en las monedas locales (el rublo y el peso cubano), e incluso la instalación de una línea marítima portuaria, dada la distancia entre ambas naciones, al estilo de la existente durante la época de la Unión Soviética.

"Se está haciendo mucho para los inversionistas rusos, hay condiciones preferenciales", comentó Titov ante sus compatriotas, citado por AP, en la apertura del foro de negocios.

Como se había anticipado, son los ciudadanos cubanos quienes quedan como simples espectadores de estos negocios, que lucen más como un favor que hace Moscú a sus socios del PCC a cambio de su apoyo como socio geopolítico.